Realidad Nacional: mercado vs Estado de Guatemala

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Esto se traduce a que un tercio de la población guatemalteca no posee ingresos para cubrir un gasto mensual de Q.851.50, o un gasto diario de Q. 27.99. Analizando los datos a profundidad es perceptible la gravedad de la situación. Concatenado a dicha intelección, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (desde ahora UNICEF) refiere en el Panorama de Guatemala que entre el año 2007 y el 2011 el 20% más rico de la población percibía un 60% del ingreso total, mientras que el 40% más pobre de la población percibía un 10%. Esto significa que si se simplificara a la sociedad guatemalteca a cien habitantes y al ingreso a cien monedas, veinte personas tendrían sesenta monedas mientras que cuarenta personas tendrían únicamente diez. Es evidente la total y absurda desigualdad.

Es posible extraer del breve análisis de indicadores expuesto tres grandes conclusiones: (1) no existe verdadera causalidad de desigualdad derivada de los indicadores de pobreza; (2) la pobreza en Guatemala es un problema principalmente estructural, nocivo en plenitud para la mayoría de la población; y (3) la distribución de ingresos es desigual, existiendo una brecha abismal entre el estrato más pobre y el más rico. No obstante lo anterior, se hace necesario un análisis jurídico, que se incursione en la esencia de la regulación constitucional y en las bases fundamentales del Estado que regulan a todo el componente social.

Al respecto, el artículo 3 constitucional refiere a que el Estado de Guatemala garantiza y protege la vida de todos los habitantes de la República desde su concepción, incluyendo la integridad y la seguridad de la persona. Sobre el tema Jorge Mario Castillo González determina que «La conciencia da calidad a la vida humana. La conciencia equivale a lo racional, a saberse hombre o mujer, con libertad para querer y obrar. La calidad humana de vida se basa en el concepto de persona (…) se basa en el concepto de dignidad (…) el derecho a la vida se relaciona con toda clase de derechos». En otras palabras, el licenciado Castillo González otorga especial importancia al aspecto de integridad que refiere el artículo 3 constitucional, determinando que su sustento es la dignidad humana. Al respecto el Diccionario de la Real Academia Española determina que dignidad refiere a la cualidad de digno, lo cual significa merecedor de algo. De dicha suerte, se entiende que el Estado de Guatemala tiene como finalidad la protección de la vida de la persona, la cual incluye su dignidad, que le atribuye al ciudadano necesariamente ciertos elementos por el simple hecho de ser persona. Dentro de estos elementos se incluye la posibilidad de construir un proyecto de vida, de alimentarse propiamente, de engendrar una familiar y sostenerla, etcétera. Total, la dignidad engloba la facultad de ser libre, de elegir y no encontrarse sujeto a un orden por disposición o necesidad. Con eso en mente, surge la interrogante: ¿Cómo puede una persona ser verdaderamente libre con Q. 27.99 al día en la coyuntura guatemalteca actual?

Relacionado al tema anterior, el artículo 102 constitucional en su literal a) determina que toda persona tiene derecho a una existencia digna, posibilitándosele libertad en elección de trabajo y atribuyéndosele condiciones económicas satisfactorias. Nuevamente surge el tema de dignidad, más allá de condiciones económicas suficientes la Constitución Política de la República de Guatemala exige condiciones económicas dignas.

Con todo lo anteriormente expuesto queda en evidencia una dicotomía en el mundo jurídico referente al ser y al deber ser. El deber ser dicta que el Estado de Guatemala debe proporcionar a todos los habitantes de la República condiciones de vida dignas, bajo las cuales la persona se pueda desarrollar íntegramente. El ser se determina por la realidad, la cual es compleja en su totalidad, pero su esencia permite concluir que existen condiciones deplorables bajo las cuales vive la mayoría de la población. Estas condiciones generan pobreza, y coadyuvan a su crecimiento. Irónicamente el crecimiento de la pobreza se refleja en una mayor igualdad, porque la mayoría de la población se vuelve pobre mas no vive en mejores condiciones. Desde las bases sociales más fundamentales, como lo es la familia, se evidencia una falta de respeto hacia la vida, fomentando una cultura de consumismo, de individualismo, de supervivencia. En Guatemala no se vive, se sobrevive.

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