Comparación Wittig y Bajtin

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como una parte importante de la discurso, por ser a quien se dirige el mismo. Así también, es de quien se espera una respuesta.

Como ya dijimos, los enunciados tiene ciertas caracteristicas, tanto de composición como de estilo, y estas dependen de un hecho concreto: “ a quien está destinado el enunciado”. Es decir, la figura de “el otro” es sumamente importante para el hablante, para la composición de sus enunciados y para la delimitación de los mismos, por marcar el cambio de un sujeto al otro los límites.

De esta manera, es posible afirmar que la figura del otro en los géneros discursivos se presenta como una pieza importante.

Por un lado, es posible apreciar la presencia de la figura de “el otro”, en el texto de Bajtin, como la figura del oyente en el discurso, con todas sus características. Por otro lado, pasaremos a analizar cómo aparece “el otro” en el texto de Monique Wittig.

El texto de Wittig, analiza a “la heterosexualidad” como régimen político. Afirma que los discursos de heterosexualidad oprimen, en la medida que niegan toda posibilidad de hablar si no es en sus propios términos. A su vez, aquellos discursos que oprimen principalmente a las lesbianas, las mujeres y a los hombres homosexuales muestran que la sociedad está fundada sobre la heterosexualidad. Y así, estos subrayan el sentido político que reviste en la sociedad heterosexual actual la imposibilidad de comunicar.

La sociedad heterosexual “está fundada sobre la necesidad del otro/diferente en todos los niveles”. Este concepto es sumamente importante para esta sociedad, de manera tal que esta no puede funcionar sin el. Esta figura del “otro/diferente” no es más que la figura de “el dominado”. Tal es el ejemplo del concepto de diferencia de sexos, en el cual se constituye a las mujeres como los otros/diferentes, mientras que los hombres no son diferentes.

En síntesis, es posible afirmar que la figura de el otro en el, texto de Wittig, no es más que la figura del dominado. En este caso, dentro de la sociedad heterosexual esta figura está encarnada por las lesbianas, los hombres homosexuales y las mujeres, quienes son los oprimidos.

En fin, es posible mencionar que en ambos textos se hace una importante referencia al papel de “el otro” y, especialmente, a su participación en el lenguaje. Por un lado, en texto de Wittig, aparece como el dominado, a quien se le niega la posibilidad de hablar. Por el otro, en el texto de Bajtin, es visto desde dos perspectivas. Una en la que no es tenido muy en cuenta, y donde su papel es tomado simplemente en función de ser un “oyente pasivo a quien tan solo se le asigna el papel de comprender al hablante”. Y otra, a la que se le pone más énfasis, y le da mas importancia al oyente y lo que serian sus procesos pasivos de recepción y comprensión del discurso en cuanto al oyente. De esta manera es una pieza fundamental, de quien se espera pase de su posición pasiva de compresión a una activa de respuesta, pase a ser el hablante. Así, en ambos, esta figura es importante para la construcción tanto de la sociedad heterosexual como de las prácticas discursivas, y sin la cual estas no podrían completarse.