“EL HOMBRE MÁS RICO DE BABILONIA PARA NUESTROS DIAS”
Enviado por tomas • 8 de Septiembre de 2017 • 989 Palabras (4 Páginas) • 1.049 Visitas
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De “Las Siete Leyes del Dinero” que propone Siegel no existe una sola que no se haya mencionado en el libro de Clason. El uso de sinónimos es su principal herramienta de trabajo.
Posteriormente establece “Las Siete Claves para Conseguir el Éxito Financiero”. Aquí hay una observación digna de mención.
En su discurso introductorio Siegel menciona textualmente “Aunque el libro original tiene algunas ideas grandiosas... resulta redundante...” punto que comparto con Siegel (en las conclusiones del libro de Clason hago mención de este tema) sin embargo, en la pagina 52 de su libro, menciona también textualmente “Ya se que he repetido esta ley una y otra vez...”
Probablemente a Clason le faltaron ideas, pero al señor Siegel le faltan ideas y algo más.
Atendiendo a la pregunta inicial ¿De que trata el libro? simplemente puedo decir que podría transcribir casi de manera textual mi crítica de Clason y saldría bien librado
En aras de buscar algunos conceptos propios de Siegel puedo mencionar sus apuntes sobre la importancia de contratar seguros para los bienes y seguros de vida, hacer un testamento o bien constituir fideicomisos testamentarios, algunas reglas de seguridad para evitar posibles fraudes financieros, y el peligro de pedir dinero prestado para cumplir gustos personales.
b).- Analogías con cosas practicas.
Por esta vez no tengo comentarios.
c).-Conclusiones
Siempre que veo en algún periódico o cartel publicitario las exclamaciones que los “especialistas” hacen de alguna película, mis sospechas sobre la calidad del film crecen, de manera que el efecto que me producen esos comentarios es totalmente contrario.
Cuando tuve en mis manos este libro y revise su contraportada, la sensación de predisposición fue exactamente la misma. Probablemente en las películas el artificio sea valido; no todo el mundo va al cine a ejercitarse mentalmente. La dualidad arte-entretenimiento, le permite esas concesiones. Sin embargo, esto mismo no opera para un escrito y menos para un libro que se precie de ser serio.
Aun en las novelas cuya estructura se presenta como básica; plagadas de lugares comunes, siempre existe un espíritu alentador o cierta empatía que nos permite una identificación con el texto y posiblemente con los personajes. La anécdota construye y transmite de manera didáctica y transparente la idea que pretende el autor. La descripción de motivos va implícita en el proceder de los actores, lo que además le da un sentido estético a la obra. El no poder ubicar al texto dentro de, ya no digamos un genero, sino por lo menos dentro de un “estilo” (no se si es un manual, un recetario, un disparatado ensayo, un resumen de otro libro, una fábula sin moraleja o una novela de Corin Tellado) nos habla de sus profundas carencias.
Desconozco la forma como se hizo millonario el señor Siegel, pero de algo estoy completamente seguro, de su libro no fue.
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