Fablehaven - de Brandon Mull

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era desatarle un nudo a Muriel Taggert. Cuando soplaron sobre su nudo, Seth volvió a ser como antes, el abuelo comprobó que a la soga le quedaba sólo un nudo, pero había sido muy necesario que el niño volviera a su estado normal.

El 21 de junio es el solsticio de verano, el día más largo del año, una de las únicas cuatro noches que todas las criaturas pueden no respetar los límites de Fablehaven, el único lugar donde no pueden entrar es la casa. Los niños tenían órdenes de dormir como si nada pasara, en el lugar más seguro de la casa, el desván. Aunque en el jardín se estuviera realizando una fiesta, no podían abrir las ventanas, Kendra y Seth al no poderse dormir, escucharon a un bebé que les pedía ayuda y vieron como la necesitaba. Al no aguantarse más, Seth abrió la ventana, el bebé entró en la habitación y se transformó en una criatura maliciosa, en compañía de otras criaturas más. A ellos no les pasó nada gracias a un círculo de sal que tenían alrededor de la cama.

Cuando salió el sol, bajaron a averiguar qué había pasado y se encontraron con todo destrozado. Al único que vieron fue a Dale, convertido en piedra en el jardín.

Ya sin saber que hacer, encontraron en el desván unos granos de maíz que formaban: ‘‘soy la abu’’, lo había escrito la gallina. Después de hacerle muchas preguntas llegaron a la conclusión de que la única solución era ir a desatarle el último nudo a Muriel y que transformara de nuevo a su abuela. Cuando lo hicieron, su abuela les dijo que haber hecho eso no era la mejor elección, ella en su mente de gallina no podía pensar muy bien y pensó que a la bruja le quedaban más nudos.

Tras hacer negocios con un trol llamado Nero, descubrieron que el abuelo y Lena estaban encadenados en la Capilla Olvidada con un demonio llamado Bahumat y la mismísima Muriel. Su abuela les enseñó que el desván conducía a un pasadizo secreto, del que sacó un arma.

Cuando llegaron, lucharon pero un poco en vano, porque Muriel, tratando de despertar al demonio, los secuestró a todos menos a Kendra que, como se había quedado quieta no le pasó nada. Pudo escapar y sin saber que hacer, corrió al estanque. Patton Burgess había entrado al santuario de la reina de las hadas, el cual es sagrado y había terminado en convertirse en diente de león. Ella no quería que le pase lo mismo, pero ir a solicitar ayuda a la reina de las hadas era su única opción, y la necesitaba en serio, o el mundo se destruiría a causa del demonio. Cuando llegó, muy trabajosamente logró cruzar el estanque evitando a las náyades que la querían ahogar y se arrodilló frente al santuario, pidiendo ayuda. La reina de las hadas le dijo que tenía que preparar un elixir para que las hadas la ayudasen, con leche y sangre. Logró salir del bosque y después de preparar el elixir hizo que unas hadas se lo tomaran, las cuales crecieron en tamaño y liberaron a Dale de su estado de piedra. Con todo un ejército de hadas, logró encerrar a Muriel y a Bahumat y liberar a sus amigos. Al final de la batalla, las hadas una por una la besaron a la niña para recuperar su tamaño normal y éstas devolvieron a Lena al estanque, la cual se convirtió nuevamente en náyade y cuando Kendra se le acercó, la intentó ahogar.

Finalmente, los padres de Kendra y Seth los fueron a buscar y se despidieron, sólo por un tiempo, de Fablehaven.

La saga cuenta con 4 libros más que están buenísimos, los recomiendo!!