La presencia del indio en la obra poètica de JULIO MIGNO.
Enviado por Stella • 3 de Enero de 2019 • 796 Palabras (4 Páginas) • 392 Visitas
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Y la música viene en auxilio, y entrega sus amorosas vibraciones. Y al padre Francisco le llega la plegaria desde el bronce de la raza arrodillada.
Pagre...Pagre Francisco, Tatita,escuchemé,
el tonto yogo lindo que le gustaba a usté
en mocobí paisano Tata le cantaré.
Y el canto se hace agua y hondonada, en la vertiente del padre río.
No lo vi más, destinos de romeros
por muy distintos rumbos nos lanzaron
no lo vi más, pero escuché a mi río
cada vez con más cánticos
más mensajes de estrellas en sus tardes
sus idiomas de plata más extraños.
Y viajan los mensajes,doloridos de canto en arremetida:
Soy indio,...no me avergüenzo
sanjavielero y de lanza
que como carne de potro
y alzo pluma en la tacuara,
un don naides hecho è bronce
pero de un bronce que canta.
La osatura de bronce se hace estampa vibrante.
Y llega la queja con la petición.Pedido del desvalido que implora por lo elemental, y la yapa del cariño.
Abrile al blanco el pecho
pà que pueda entender
dale un corazón de indio
pa que sepa querer.
Pero el pecho del blanco no cede ante los reclamos.
Y pasan sucesiones de melenas y vinchas,boleadoras,latagás, mocobí patroncito llora desde la estampa.
En la obra de Migno,la presencia del indio es una sombra en progresiva evanescencia,que de a ratos sacude sus contornos.Pasa así por dolorosa galería,desde el ancestro de remotos orígenes hasta la inquietante actualidad.
Así vemos al indio que pide,al que llora, al que impreca,al que se arrodilla.Por sobre esta voz hecha hueco en la ausencia,desteñida en la historia,se lavanta la voz del poeta hablando por ellos.
Huye la figura hecha silueta que se deslíe entre pajonales y distancias:
Ya no maneja la lanza,
ya no se ciñe la vincha,
y ha perdido la esperanza
y es una muerta venganza
y un rancho que se desquincha.
A medida que avanza hacia el silencio definitivo,el canto antes enjambrado en los sones de la flauta mágica, se adelgaza en estirado lamento,en agónico grito de silencio.
Y ahora es el silbo prolongado, metáfora de ausencia traspasando el infinito
Cuando silba el indio
le chifla a la muerte
pa ver si lo lleva
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