Pollock

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Lo que tenemos, entonces, es el arte que tiende a perderse fuera de límites, tiende a llenar nuestro mundo consigo mismo, el arte que en su significado, se ve, el impulso parece romper bastante fuertemente con la tradición de los pintores de nuevo a por lo menos los griegos. Cerca de la destrucción de Pollock de esta tradición bien puede un retorno al punto donde el arte participó más activamente en el ritual, la magia y la vida que hemos conocido en nuestro pasado reciente. Si es así, es un paso muy importante y en su forma superior ofrece una solución a las quejas de aquellos que nos quieren poner un poco de la vida en el arte. Pero, ¿qué hacemos ahora? Hay dos alternativas. Una es continuar en esta línea. Probable- mente muchos buenos cerca de las pinturas "se pueden hacer variar esta estética de Pollock, sin apartarse de él o de ir más lejos. La otra es renunciar a la fabricación de pinturas del todo-l significa la única maraña reco- plana u ovalada como la conocemos que se ha visto cómo Pollock llegó bastante cerca de hacerlo él mismo. En el proceso, se encontró con algunos valores nuevos que son muy difíciles de discutir todavía llevará sobre nuestra alternativa ent presión. al igual que las marcas, los gestos, la pintura, los colores, la dureza , suavidad, que fluye, parando, el espacio, el mundo, la vida, la muerte puede sonar ingenuo. Todo artista que se precie tiene "brimientos Ered" estas cosas. Pero el descubrimiento de Pollock parece tener una sencillez fascinante peculiar y franqueza sobre el tema. Era, para mí, amaz- vez más infantil, capaz de involucrarse en la materia de su arte como un conjunto de hechos concretos visto por primera vez. No es, como he dicho antes, una cierta ceguera, una creencia de silencio en todo lo que hace, incluso hasta el final. Insto a que esto no se ve como una cuestión simple. Pocas personas pueden tener la suerte de poseer la intensidad de este tipo de conocimiento, y espero que en un futuro próximo se llevará a cabo un estudio cuidadoso de esto (tal vez) la calidad del zen de la personalidad de Pollock. De todos modos, por ahora podemos considerar que, salvo raras ocasiones, el arte occidental tiende a necesitar muchos más indirecciones en el logro en sí, poniendo más o menos igual énfasis en las "cosas" y, por tanto, las relaciones entre ellos. La crudeza de Jackson Pollock no es, por lo tanto, inculto; es manifiestamente franco y sin cultivar, inmaculado por el entrenamiento, los secretos comerciales, la delicadeza, una franqueza que los artistas europeos que le gustaban esperaban y parcialmente consiguieron pero que él nunca tuvo que esforzarse después porque tenía que por la naturaleza. Esto por sí mismo sería suficiente para enseñarnos algo. Lo hace. Pollock, como yo lo veo, nos dejó en el punto donde debemos preocupamos con e incluso deslumbrado por el espacio y los objetos de nuestra vida cotidiana, ya sea nuestro cuerpo, la ropa, las habitaciones, o, si es necesario, la inmensidad del cuadragésimo segunda calle. No satisfecho con la sugerencia a través de la pintura de nuestros otros sentidos, vamos a utilizar las sustancias específicas de la vista, el sonido, los movimientos, la gente, los olores, el tacto. Objetos de todo tipo son materiales para el nuevo arte: pintura, sillas, comida, luz eléctrica y de neón, humo, agua, calcetines viejos, un perro, películas, otras mil cosas que serán descubiertos por la actual generación de artistas. No sólo estos creadores audaces mostrarnos, como si fuera la primera vez, el mundo en el que siempre han tenido sobre nosotros, pero ignorado, pero divulgará completamente inaudito acontecimientos y eventos, que se encuentran en los botes de basura, archivos policiales, vestíbulos de los hoteles; se ve en los escaparates y en las calles; y detectada en los sueños y los accidentes horribles. Un olor de fresas trituradas, una carta de un amigo, o un cartel de venta Drano; tres toques en la puerta principal, un rasguño, un suspiro, o una voz dando conferencias sin fin, un destello cegador staccato, un bombín todo se convertirá en materiales para este nuevo arte concreto. Jóvenes artistas de hoy tienen por qué ya no dicen: "Yo soy un pintor" o "poeta" o "bailarina". Son simplemente "artistas". Toda la vida estarán abiertas para ellos. Ellos descubrirán sin cosas ordinarias el significado de lo ordinario. No van a tratar de hacerlos extraordinario, pero sólo indicar su significado real. Pero de la nada van a diseñar la extraordinaria y luego tal vez la nada también. La gente estará encantada o horrorizado, los críticos se confundan o se divertían, pero estos, estoy seguro, serán las alquimias de la década de 1960.