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La macroeconomía.

Enviado por   •  29 de Abril de 2018  •  12.346 Palabras (50 Páginas)  •  288 Visitas

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El multiplicador y el gasto autónomo.

De acuerdo a lo anterior, tenemos ahora que Z = co + c1(Y – T) + I + G

Esta identidad la podemos escribir también como Z = (co + I + G) + c1(1 – t) Y ,

Denominaremos (co + I + G) como el “gasto autónomo” o A, dado que se trata de variables de gasto que no dependen del ingreso. Si reemplazamos Z por Y, tendremos el ingreso de equilibrio:

Y = A + c1(1 – t)Y o Y (1 – c1(1 – t)) = A

Por tanto:

Y = 1/ (1 – c1(1 – t)) x A

Esta identidad importante nos dice que cualquier aumento de A o gasto autónomo, ya sea por un cambio en la inversión o por un cambio en los gastos del gobierno, tiene el mismo efecto: el producto varía en una proporción mayor que el cambio directo en el gasto autónomo. Por ejemplo, si c1 = 0.8 y t = 0.25, el multiplicador es 2.5 y un aumento del gasto autónomo de $100 determina un aumento del producto de $250. Esto tiene claros efectos en la política fiscal.

La identidad dY = 1 / (1 – c1(1 – t)) x dG nos permite poder calcular el aumento necesario del gasto del gobierno (o de cualquier componente del gasto autónomo) para un crecimiento determinado del producto o PIB: ejemplo, si el gasto del gobierno aumenta en $2 mil millones, y el multiplicador es 2.5, el aumento del PIB es de $5 mil millones (y viceversa).

Resumiendo: la producción depende de la demanda, la cual a su vez depende del ingreso, donde el ingreso es igual a la producción. Un aumento de la demanda, debido a un aumento de los gastos del gobierno, determina un aumento en la producción y un aumento en el ingreso. El incremento del ingreso determina un aumento de la demanda con el consecuente aumento correspondiente de la producción y así sucesivamente. El resultado final es un aumento superior del producto frente al aumento inicial de la demanda debido al multiplicador.

De acuerdo a lo anterior, podemos contestar las dos preguntas iniciales en la letra b): ¿puede elegir el gobierno el nivel del producto? ¿ha sido activa la política fiscal los últimos 20 años en Chile?

Acerca de la primera pregunta, debemos señalar que numerosos aspectos de la realidad no están incorporados en este modelo simple de equilibrio del mercado de bienes, aspectos o circunstancias que dificultan y complican de sobremanera la tarea de un gobierno si su intención es aumentar el producto subiendo el gasto, en particular, las dificultades políticas evidentes para aumentar los ingresos fiscales mediante alzas de los impuestos y la venta de activos (subir impuestos requiere de un acuerdo parlamentario), por las expectativas de los inversionistas y los consumidores frente a los nuevos impuestos y las alzas de los existentes (si son transitorios o permanentes, sin distorsionan o no la asignación de recursos, etc.), los problemas asociados a eventuales problemas de balanza de pagos (si las nuevas compras del gobierno redundan en un aumento de las importaciones en lugar de un aumento de la producción interna, etc.).

Sobre la segunda pregunta, la actividad de la política fiscal, de acuerdo a las cifras de balance fiscal (T – G) de los últimos 20 años (1990-2010), se aprecia claramente un deliberado intento de los distintos gobiernos de no estimular el crecimiento económico por un mayor gasto. Entre los años 1990-2001, el balance fiscal fue positivo, 1% en promedio, lo mismo que entre los años 2001-2010, un 2% en promedio. Esto no obstante la caída del crecimiento económico de un promedio de un 6,2% entre 1990-2001 a un promedio de un 3,7% en el periodo 2001-2010. En este balance y en la falta de un rol activo de la política fiscal contribuyó fundamentalmente la nueva regla fiscal implementada desde el año 2001 (cifras del Banco Central de Chile).

La Inversión igual ahorro: una alternativa para abordar el equilibrio en el mercado de bienes (teoría keynesiana)

Si tenemos en cuenta que el ahorro privado S es igual al ingreso disponible Yd menos el consumo total C, podemos desarrollar las siguientes identidades:

S = Yd – C

por tanto, S = Y – T -- C dado que Yd = Y – T

Si Y = C + I + G y restamos en ambos lados T, tendremos

Y – T –C = I + G – T o lo que es lo mismo

S = I + G – T o su equivalente

I = S + (T – G) que significa que la inversión I, en equilibrio, es igual al ahorro privado S más el ahorro público (T – G).

Resumiendo, la decisión de consumir o de ahorrar es una y se toma al mismo tiempo, en atención a que dado un ingreso disponible los consumidores elijen su consumo C, determinando en ese mismo acto su ahorro S, y viceversa.

Podemos también deducir la ecuación anterior sobre el producto a partir de la ecuación del ahorro:

S = Y – T – C , si reemplazamos C por co –c1 (Y –T), tendremos:

S = Y – T – co – c1 ( Y – T )

Esta identidad se puede expresar de la siguiente manera:

S = I – (T – G) o I = S + (T –G)

I = Y – T – co – c1 (Y – T) + (T –G)

I = -- co + ( 1 –c1) x ( Y – T ) + ( T – G ) donde (1 –c1) es la propensión a ahorrar y donde, en equilibrio, la inversión debe ser igual al ahorro total (privado más público) .

Resolviendo por Y tendremos

Y = ( 1 / 1 – c1 ) x ( co + I + G – c1T ) esto es, la misma ecuación inicial que determina el producto de equilibrio.

Los mercados financieros

La demanda de dinero: Md

Md = $Y L ( i )

La demanda de dinero es igual al ingreso monetario $Y multiplicado por la función de la tasa de interés L ( i ). La función L ( i ) tiene signo negativo lo que significa que un aumento de la tasa de interés hace bajar la demanda de dinero. Por tanto: a) la demanda de dinero crece proporcionalmente con el aumento del ingreso monetario. Si $Y pasa a $2Y entonces la demanda de dinero se duplica, pasando de $Y L

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