SADE, EL NUEVO SÍMBOLO DE REVOLUCIÓN

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En otras palabras, lo heterogéneo es lo revolucionario, lo que busca cambiar las viejas formas de control, lo que no se dice, lo nuevo.

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El texto de Bataille, aunque muy difícil de entender si no se conoce el contexto, propone, según lo entendido, una idea de socialismo, donde se busca romper los lazos del capitalismo, que la gente ya no alimente ese sistema homogéneo y que empiecen a exigir el cambio a través de una revolución. Que cuando por fin se logre esa revolución, no caer en una homogeneidad igual o peor aún, comenzar el caos por un desorden social. La gente debe entender que se debe seguir en una constante evolución.

De igual forma, un buen ejemplo sobre la sociedad homogénea la puede dar Aldous Huxley en su texto “Un mundo feliz” (Huxley, 2017). Se habla sobre una sociedad totalmente nueva, donde la ciencia ha estado en un auge y ha logrado por fin cuantificar todos los fenómenos, todos aquellos que no entran en el marco de esa ciencia, simplemente es destruido o ignorado. Se llegó a una armonía social de tal magnitud que todo mundo es feliz, aunque claro con drogas y terapias hipnóticas que ayudan a suprimir los sentimientos, y nadie busca hacer un cambio.

Aquí ya no existen autores como Donatien Alphonse François de Sade, Georges Bataille o Karl Marx que buscan despertar la consciencia de las personas o autores como Franz Kafka, George Orwell o Humberto Eco que hacen volar la imaginación de las personas con sus novelas. Ahora todo lo que existe es simplemente libros que enseñan lo esencial para poder trabajar sin descanso y gastar lo ganado en productos materiales. La gente ya no exige sus derechos, la censura es algo de todos los días, en fin, es una sociedad homogénea.

La parte de la heterología que aun sobrevive es mandada a una pequeña isla donde pueden seguir pensando en una forma de cambio, pero sin obstaculizar la armonía de la nueva gran sociedad.

La única vez donde la heterogeneidad entró en aquella sociedad homogénea, ocurrió exactamente lo mismo que ocurrió con Sade. Una persona, que la gente consideraba como “salvaje” por ser diferente a ellos, que se crio a las afueras de esa sociedad, llegó con otro tipo de pensamiento, la gente al mismo tiempo que lo admiraba, lo creían inferior y de alguna forma, pensaban que en su sociedad sería imposible que alguien se convirtiera así. Ellos simplemente se habían acostumbrado a la homogeneidad.

Para poder entender lo dicho por Bataille, es indispensable conocer los textos de Sade. Si se conoce esto, entonces la lectura se vuelve un poco menos pesada.

Referencias

- Bataille, G. (S.F.) El valor de uso de D. A. F. de Sade. Buenos Aires: Estala

- Huxley, A. (2017). Un mundo feliz. México: Editores Mexicanos Unidos.