BIOARQUITECTURA.

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El alejamiento del hombre con la naturaleza ha sido, es y seguirá siendo el origen de sus enfermedades, esto se debe principalmente a los fallidos intentos de tratar de comprender al mundo a base de líneas rectas, cálculos y mediciones, así vemos que por donde quiera que el hombre exista, también existen rectángulos, lo cual no solo refleja un gusto por las formas puras, de igual manera, y con más exactitud, refleja los mecanismos por los cuales comprendemos la realidad, aquella realidad que simplemente sucede, y que como dice Alan Watts: “comienza a ser complicada cuando tratamos de reducirla a formas más simples de las que naturalmente tenemos experiencia.”[1]

Retomando las ideas sobre la representación del mundo en el cerebro del hombre, Watts señala que quizá gran parte del problema se encuentre precisamente en la adaptación tan generalizada que hemos hecho de La Geometría para tratar de traducir los espacios, pues menciona que es un lenguaje limitado, incluso limitante, para la experimentación de una Naturaleza tan compleja; así acaba razonando que ese sentimiento que tiene el ser humano de no pertenecer al mundo es el resultado de un error primario básico en nuestra manera de pensarlo.

Interesante son estas concepciones, pues involucran otras tantas teorizaciones sobre la manera de pertenecer a este mundo. Importante además, porque como se mencionó en un principio, no acabamos de entender nuestro rol en La Naturaleza, por lo tanto lo ignoramos, y como bien lo dice Emilio Lledó: “Uno de los frutos que genera la ignorancia cultivada es la Violencia.”[2]

Y quién no estará de acuerdo que lo que nuestra Naturaleza está experimentando es Violencia, generada a partir de trazos imaginarios, con la finalidad de crear espacios, que pensándolo bien, también resultan imaginarios.

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