CONÓCETE A TI MISMO.
Enviado por Ensa05 • 8 de Enero de 2018 • 2.117 Palabras (9 Páginas) • 362 Visitas
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los valores se utilizan dos conceptos: la “intuición” como conocimiento de algo que mueve la acción; y el “valor”, como realidad distinta del “ser” (conocer) y “querer”. El valor de algo por sí mismo es conocido (intuido) y mueve a la acción (es querido) para obtenerlo; con lo que la unidad del sujeto consciente encuentra en su propia naturaleza el fundamento de la acción y del comportamiento social.
Franz Brentano puede considerarse el precursor de la teoría de los valores, pero fueron Max Scheler (1874-1928) y Nikolai Hartmann (1882-1950) además de otros, entre 1913 y 1926, analizaron mejor el concepto. Así trataron el concepto de “apreciación” como íntimamente unido al del valor, se refirieron a la objetividad, cualidad, polaridad y dependencia ontológica (unión de objeto valor) de los valores; y los jerarquizaron desde los instrumentales hasta los espirituales.
EL EXISTENCIALISMO
El existencialismo surge en los años veinte y mantiene su vigencia hasta la década de los sesenta; la idea fundamental del existencialismo consiste en la búsqueda del hombre (sujeto) real y concreto y de los objetos reales del conocimiento que Husserl no había tratado. En definitiva el existencialismo retoma el problema del dualismo del sujeto-objeto e intenta dar una salida nueva. El sujeto ha de salir de sí mismo para captar el objeto y esa salida más es lo más característico del hombre, es la “existencia”. Por lo que hay dos formas de existencialismo: ontológico y humanista.
El existencialismo ontológico ha de situarse en la tradición racionalista e ideológica de la filosofía Europea Occidental, analizar las distintas formas de captar el ser y el desarrollo de la idea desde su expresión más simple hasta la más compleja y cargada de significado.
El existencialismo humanista cuyo representante más destacado es el literato y filósofo francés Jean Paul Sartre (1905-1980).
Al significado ontológico que Heidegger otorgaba al existencialismo, Jean Paul Sartre unía el de la libertad. El hombre, además de producto de su existencia, era el resultado de su libertad o, mejor, de su existencia libre.
EL ESTRUCTURALISMO
La exposición del estructuralismo debe comenzar con la explicación del concepto de “estructura”, por el que se entiende “la disposición interna que guardan entre sí un conjunto de elementos que forman una totalidad y que no coincide con la mera yuxtaposición o suma”.
La estructura es una elaboración mental y, por tanto, algo subjetivo; pero esa elaboración procede del análisis de la realidad exterior, con la que la existencia del objeto se da por supuesta y la idea vuelve a ser la representación del mundo exterior; y el sujeto, por un lado, se halla inmerso en el mundo y, por tanto, en las estructuras, y por otro, está capacitado para la elaboración del conocimiento científico y solo en esto consiste su calidad de sujeto.
EL MARXISMO
Los fundamentos teóricos del marxismo son el materialismo histórico, la dialéctica, como método de conocimiento de la realidad, la estrecha relación entre la teoría y la práctica y el antagonismo de las clases sociales; los fines últimos (metafilosóficos) son la emancipación de la sociedad y del hombre, que suponen la desaparición de las clases sociales y la abolición del Estado.
Las interpretaciones del marxismo que interesan aquí principalmente son las que se orientan en la dirección del estructuralismo y las que miran hacia sus orígenes Hegelianos.
LA FILOSOFIA DEL LENGUAJE
La naturaleza del lenguaje y su análisis supone plantear una relación que existe entre pensamiento y lenguaje y preguntarse si el primero antecede al segundo o si se produce el fenómeno inverso. En el primer caso hay que indagar si el lenguaje es reflejo u ocultamiento del pensamiento, lo que equivale a afirmar que uno y otro son la misma cosa (logos), o es un instrumento, y por lo tanto imperfecto, a través del cual se manifiesta el pensamiento.
La naturaleza del lenguaje guarda una gran similitud con la cuestión de la entidad del pensamiento, es decir, hay que preguntarse si el lenguaje tiene una realidad ontológica o es una convención.
LA FILOSOFIA DE LA CIENCIA
Desde principios de siglo una corriente de pensamiento trato de identificar y reducir la actividad filosófica a la cuestión de la epistemología, teoría de la ciencia y constituir de esta forma una metaciencia.
Sus dos objetivos principales son el análisis del proceso metódico a través del cual se descubren las leyes (principios generales), que explican científicamente los fenómenos naturales y sociales, y el correcto funcionamiento del conocimiento humano que debe expresarse a través de un lenguaje preciso.
Sobre esta corriente de pensamiento influyeron de forma notable las ciencias formales: la lógica y las matemáticas, y las aportaciones de la física moderna en particular la teoría de la relatividad de Albert Einstein (1879-1955).
Otra corriente estrechamente con la filosofía de la ciencia es el racionalismo crítico, que tiene su principal mentor en Karl R. Popper (1902-1994).
EL SUBJETIVISMO FINISECULAR
El abandono del sujeto propugnado por el estructuralismo se ha vuelto a su recuperación por el “postestructuralismo”; pero esta recuperación del sujeto no equivale al subjetivismo de las corrientes anteriores ya que el postestructuralismo es profundamente antilogocéntrico, entendiendo por “logocentrismo” la tradición filosófica que va desde los viejos presocráticos hasta nuestros próximos estructuralistas y que han tenido como preocupación prioritaria el problema del ser, es decir, la relación del sujeto-objeto.
La primera tarea que efectúa el postestructuralismo es la de su crítica al logocentrismo de la filosofía occidental. Esta corriente filosófica procura librarse de una doble tentación porque lo contario supondría caer en las mismas redes del logocentrismo. Por lo que esta crítica debe efectuarse desde dentro del sistema logocéntrico pero situándose en los márgenes del mismo, de manera que aparentando trabajar dentro de él, de hecho se está maquinando contra él, descubriendo sus puntos débiles, sacando a flote sus contradicciones y desenterrando sus fundamentos.
“El conocimiento de uno mismo es el primer paso para toda sabiduría”
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