En contraparte de Nitzsche. Lo bueno, lo malo y la compasión

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incluso los afectamos para lograr nuestros objetivos.

Con lo anterior, no pretendo ni quiero dar a entender que las sociedades funcionarían mejor si todos fueran cristianos porque el ser humano por sí solo tiene la capacidad de actuar de manera correcta, es decir, para hacer el bien no es necesario que adopte ninguna doctrina como estilo de vida. Lo que sí quiero sostener es que el cristianismo no es la causa de la decadencia del ser humano ya que que promueve valores/virtudes que lejos de afectarlo, le ayudan.

¿QUÉ ES MÁS DAÑINO QUE CUALQUIER VICIO? LA COMPASIÓN POR LOS DÉBILES, LO QUE HACE EL CRISTIANISMO.

Para Nitzsche, la compasión se opone al principio de la selección natural, por ende, no merece ser una virtud. El principio de selección menciona que los más fuertes serán más aptos para vivir y el débil morirá. Este sentir depresivo y contagioso obstaculiza a aquellos instintos que tienden a la conservación y a la elevación del valor de la vida. Es un elemento multiplicador de la miseria, conservador de todo lo miserable. La compasión es el instrumento de la decadencia y que hace entregarse a Dios.

Etimológicamente, la palabra compasión “del griego συμπάθεια que puede leerse como “sympathia” de donde pasó al latín como “cumpassio” vocablo compuesto, integrado por “cum” = “con” y por el verbo “patior” = “padecer”. La compasión es un sentimiento propio del hombre que importa solidarizarse con el dolor ajeno, comprenderlo y compartirlo, intentando aliviarlo.”

La compasión establece una correlación entre un sentir el sufrimiento ajeno y una acción destinada a remediarlo. ¿La compasión es buena? Es dual, puede ser tan buena como mala, ¿de qué depende? De la manera en la que se ejerce. La compasión debe ejercerse horizontalmente, de igual a igual y debe existir respeto mutuo. Ayudar a quien lo necesita nos hace más humanos. Por el contrario, la compasión puede ser mala si se ejerce verticalmente de arriba hacia abajo creando un sentimiento de superioridad de quien da la ayuda y un sentimiento de inferioridad de quien la recibe. i