1810 - 1816

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de justicia y por el Cabildo que se encargaba de controlar a los funcionarios de la Primera Junta, en caso de mal funcionamiento los podía destituir. Es por esto que la Junta debía moverse con mucha cautela. Removió a los miembros de las dos instituciones destinadas a limitar su poder y colocó en ellas personas leales a la misma. La razón invocada era la sospecha de complicidad entre estas instituciones y el Consejo de Regencia.

El término independencia tenía diversos significados, para algunos era cortar definitivamente todos los vínculos con España (la alternativa radical) y para otros era formar un gobierno autónomo, aunque no independiente de la metrópoli.

El término autonomía alude a la posibilidad de buscar en la crisis la oportunidad de crear el marco para el autogobierno de los asuntos locales y regionales, sin que esto significara una ruptura con la monarquía.

La Primera Junta buscó apoyos en el amplio territorio que pretendía dominar. Hubo una convocatoria a que las ciudades eligieran un diputado para integrar esa Junta (lo mandaban a Bs As), acompañada por expediciones armadas, con el objetivo de dar a conocer la nueva situación e ‘’informar’’ a las jurisdicciones que debían garantizar obediencia a la Junta recién creada.

Mientras que la Junta provisional estaba esperando a los diputados electos en las ciudades del interior, en la Península, pasaba algo más importante; la convocatoria a Cortes Generales. Mediante un decreto se invitaba a todos los territorios dependientes a elegir diputados, otorgando representación tanto a los territorios peninsulares como a los americanos. Declaraba que los territorios americanos no eran colonias, sino parte esencial de la monarquía. Se integró a América a la representación de las Cortes, pero se les otorgó mayoría de diputados a la Península. Como América no envió representantes, entre los residentes americanos establecidos en Cádiz, se designaron diputados suplentes, hasta que estos fueran elegidos y enviados a Cádiz los representantes definitivos.

Se iba a discutir acerca de la redefinición del imperio y la forma de gobierno que iba a tomar, a través de un TEXTO CONSTITUCIONAL.

El Río de la Plata se opuso a participar de las Cortes de Cádiz debido a la desigualdad representativa.

Cuando los diputados elegidos en el interior arribaron a Buenos Aires se desató un conflicto debido a las diferentes opiniones de cómo deberían seguir las cosas. Estas eran las dos cuestiones; o los diputados electos se incorporaban a la Junta o, con ellos se formaba con un Congreso Constituyente. Mariano Moreno lideró uno de esos grupos con la posición de que los diputados debían formar un congreso destinado a dictar una constitución y a establecer una forma de gobierno. Esta era una posición más radicalizada, ya que un congreso con función constituyente implicaba transformar el orden vigente y abrir el camino hacia la emancipación definitiva

Cornelio Saavedra, junto con los 9 representantes del interior, apoyó la idea de formar una junta ampliada. Esta era una posición más conservadora, porque implicaba mantenerse dentro del orden jurídico hispánico, pero también dentro de la autonomía lograda en 1810, asumiendo que el poder ya no estaba en un monarca, sino en manos de un cuerpo que representaba tanto a la capital como al conjunto de ciudades que habían aceptado esa alternativa.

Triunfó la posición Saavedrista y se instituyó una junta de ciudades. El 18 de diciembre de 1810 quedó conformada la JUNTA GRANDE. Esto fue posible porque las colonias sabían que España no estaba en condiciones de reprimirlos (por Napoleón). Esta Junta gobernaba en nombre del rey y se mandaban tropas a los focos rebeldes.