La generación de Bandung
Enviado por Rebecca • 2 de Enero de 2019 • 20.866 Palabras (84 Páginas) • 318 Visitas
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Por lo tanto, en 1945-1946, un axioma de la política británica fue concertar, en conjunción con los norteamericanos, los acuerdos de seguridad colectiva destinados a contener la expansión soviética y aportar a ellos una fuerza nuclear británica. A lo largo de todos los cambios de actitud y de gobierno, ese hilo conductor recorrió la política británica hasta bien entrada la década de los ochenta. Pero fue el único elemento estable. Todo el resto fue confusión e indecisión. Hubo un decaimiento de la visión, un derrumbe de la voluntad. A fines del verano de 1945, el Imperio Británico y la Comunidad parecían haber retornado al meridiano de 1919. El poder británico se extendía sobre casi una tercera parte del globo. Además de sus posesiones legítimas, Gran Bretaña administraba el imperio italiano de África Septentrional y Oriental,
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Tiempos modernos
muchas ex colonias francesas y numerosos territorios liberados de Europa y Asia, incluyendo los deslumbrantes imperios de Indochina y las Indias Orientales holandesas. Ninguna nación había soportado jamás responsabilidades tan amplias. Veinticinco años después, todo eso había desaparecido. La historia nunca había presenciado antes una transformación tan amplia y veloz.
A menudo se ha dicho, mientras se asistía a la desintegración, que el derrumbe del imperio fue anticipado por la caída de Singapur a principios de 1941. Pero eso no es cierto. No hubo ignominia en 1941. Aunque existió una falla de la dirección en la defensa de la ciudad, no puede decirse que el conjunto de la campaña estuviese signado por nada vergonzoso. En Malasia, los británicos no fueron culpables de hubris cuando despreciaron a los japoneses. Por el contrario, pronosticaron exactamente lo que sucedería si no se reforzaba y, especialmente, se rearmaba a la guarnición. En cambio, se adoptó la decisión de salvar a Rusia. En definitiva, 200.000 soldados japoneses, bien equipados y muy veteranos, con una abrumadora superioridad de poder marítimo y aéreo, fueron contenidos durante setenta días por elementos de sólo tres divisiones y media de tropas de combate de la Comunidad. De todas formas, la imagen de la victoria asiática se vio totalmente anulada por la magnitud de la derrota japonesa. Gran Bretaña hizo rendir a Singapur con 91.000 hombres. Cuando el general Itagaki entregó su espada al almirante Mountbatten en 1945, tenía 656.000 hombres bajo su mando en Singapur. En otros lugares, los británicos recibieron la capitulación de más de un millón de hombres. Más de 3.175.000 japoneses armados se rindieron; fue la derrota más grande que una nación asiática o no blanca haya sufrido jamás. En todos los sectores, la tecnología y la organización occidentales (es decir, blancas), habían demostrado que eran no sólo marginal sino abrumadoramente superiores. Fue no sólo una victoria característica, sino precisamente la victoria arquetípica de estilo colonial del poder de fuego sobre el poder del músculo."
Tampoco hubo pruebas concretas de un derrumbe de la lealtad al Imperio Británico en los pueblos sometidos, sino todo lo contrario. Los intensos esfuerzos realizados por los japoneses con el fin de crear un Ejército Nacional Indio y un régimen independiente fueron un fracaso total. En octubre de 1942 se organizó un "gobierno" dirigido por Chandra Bose; este régimen declaró la guerra a Gran Bretaña y estableció su capital en Rangún. El Ejército Nacional Indio se desintegró tan pronto entró en acción contra el Ejército Indio. Los japoneses nunca pudieron persuadir u obligar a más de 30.000 indios, civiles y militares para que sirvieran contra Gran Bretaña. Muchos miles de prisioneros
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de guerra indios prefirieron la tortura y la muerte antes que el cambio de amo; por ejemplo, de los 200 oficiales y hombres del 2/15 Punjabs capturados en Kuching, prácticamente todos fueron asesinados en abril de 1945; algunos fueron golpeados hasta morir y otros decapitados o asesinados a bayonetazos. La oposición a la guerra de la "nación política" india no produjo ningún efecto sobre la "nación militar". Si entre 1914 y 1918, 1.457.000 indios sirvieron en el ejército, durante la segunda guerra mundial el número sobrepasó el límite de los 2.500.000. Los indios, a quienes se les concedió la Cruz de la Victoria, pasaron de once a treinta y uno.15
¿Quién hablaba en nombre de la India? ¿La "nación política"? ¿La "nación militar"? ¿Alguien podía hablar en nombre de la India? En 1945, la India tenía más de 400 millones de habitantes: 250 millones de hindúes, 90 millones de musulmanes, 6 millones de sikhs, millones de sectarios, budistas y cristianos; 500 príncipes y maharajais independientes; 23 lenguas principales y 200 dialectos; 3.000 castas; con 60 millones de "intocables" en la base de la pirámide. El 80 por ciento de la nación vivía en 500.000 aldeas, la mayoría de ellas inaccesibles aun por caminos de tierra. Sin embargo, a los fines prácticos, en 1917 se había adoptado la decisión, con arreglo a las reformas de Montagu, de comenzar el proceso de entregar el poder sobre esta vasta y heterogénea nación, no a sus líderes tradicionales, religiosos, raciales, económicos o militares —o a todos ellos combinados— sino a una minúscula élite que había adquirido la ideología y las técnicas y, sobre todo, el lenguaje de la política occidental. La decisión había sido confirmada por la reacción frente a la masacre de Amritsar. El hecho indicaba que el Raj británico ya no estaba decidido a aplicar a toda costa el imperio de la ley. La ley de 1935 inició el proceso de abdicación. Al margen de las manifestaciones públicas que pudiese formular, el régimen británico sabía exactamente lo que estaba sucediendo. Como informó a Baldvvin su eminencia gris, J. C. C. Davidson:
El hecho es que el gobierno británico, el virrey y hasta cierto punto los estados han sido llevados por Gandhi a creer que unos pocos agitadores urbanos, formados a medias y semieducados, representan los puntos de vista de 365 millones de cultivadores laboriosos y relativamente satisfechos.
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