Tanya Harmer
Enviado por tomas • 11 de Diciembre de 2018 • 1.685 Palabras (7 Páginas) • 280 Visitas
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Llegado el 11 de septiembre, para los cubanos fue el comienzo de una época de represión y de malos tratos por parte de la junta militar. Cuba lamentó no haber actuado con mayor fervor/ energía en la defensa de Allende y del bombardeo de La Moneda. Esto para la autora se enmarca en la visión de que toda la región americana es un lugar difícil de dominar/ manejar en primer lugar por su geografía; cosa que hizo más difícil una ayuda directa a Chile durante ese momento; pero no sólo ahí, sino, que en todo el continente. Esto la lleva a plantear que incluso el manejo e inserción del comunismo era más fácil y fortuito en África que en América Latina.
Vemos así como se marca el fin a la vía chilena gracias al 11 de septiembre, haciendo que todo el Cono Sur sufriera cambios políticos.
2. BRASIL, ESTADOS UNIDOS, CHILE Y LA GUERRA FRÍA.
Desde que USA llevaba a cabo la Guerra de Vietnam en el sudeste asiático, América Latina se convirtió en un segundo plano (o más abajo aún) para la Casa Blanca. Pero, este mismo organismo se encargará de respetar la decisión chilena (debido al carácter democrático de la votación), pero también de oprimir y contener al nuevo gobierno.
Dentro de lo anterior, podemos ver que USA se preocupa principalmente de generar aliados al ‘sistema capitalista’ en la región, para así tener una carta más cercana a nuestro país. Es así, como la dictadura brasileña será la encargada de contener regionalmente al socialismo de Allende. Harmer ayuda a ver que esta preocupación por parte de Brasil hacia el proceso chileno, fue algo natural que no necesitó de la intervención extranjera. Esto se comprueba aún de mejor medida gracias a las críticas que el régimen brasileño hace al poco y casi nulo manejo político que Washington hace hacia Chile.
En este contexto, podemos ver cómo ante el triunfo y el desarrollo del gobierno de la UP, Brasil comenzará a levantar una lucha ideológica anticomunista, creando un imaginario en el país carioca de un Chile que debía ser sofocado y atacado ante la amenaza comunista. Esto ayuda a entender a Brasil como una nación inmersa en el contexto de Guerra Fría Interamericana, viendo como el mismo y como a su vez Cuba poseen un rol transnacional dentro de este proceso.
Como antesala a la ayuda chilena, Brasil sofocó peligros populistas e izquierdistas tanto en Bolivia como en Uruguay, haciendo que la administración Nixon viera a Brasil como “el faro que América Latina deberá seguir” (Cf. 217). Este interés por el cómo Brasil maneja el descontento hacia la izquierda, hará que la autora destaque las dimensiones multilaterales y regionales que tendrá la campaña antiallendista de USA en América Latina. Además, veremos que el interés de establecer relaciones permanentes con Brasil, empezará justo cuando Nixon vuelque su interés desde Asia a Chile, con la idea de “proteger la seguridad nacional de USA a través de la colaboración de Brasil como aliado en el hemisferio sur”.
Con la idea clara de que Chile tendría como sucesor a un gobierno de corte militar, genera vínculos con Brasilia para que éste sea el principal aliado del nuevo régimen, proveyéndolo de apoyo logístico y como “colchón” en la región. Ya llegado el 11 de septiembre, vemos que efectivamente Brasil será uno de los primeros países en reconocer a la junta militar chilena como gobierno legítimo, prestando apoyo permanente en materia monetaria y militar; siguiendo -paradójicamente-, los mismos pasos que en comienzo tomó Cuba con Allende.
LA GUERRA FRÍA INTERAMERICANA
Harmer, comienza a finalizar su escrito con la idea de situar a Brasil y a Cuba como actores locales que ayudan a “bajar de nivel” a la Guerra Fría, dejándola plenamente en un contexto latinoamericano; sin injerencia ni de USA como tampoco de la URSS. Es gracias a estas relaciones que hablaremos de una ‘dimensión latinoamericana y/o regional’ de la Guerra Fría.
Esta dimensión se extrapola incluso al papel de los gobiernos, pues; mientras Washington y Moscú cada vez dejan de ver detenidamente a América Latina, vemos que ese papel es ocupado por países plenamente locales/ latinoamericanos, ayudando a ver cómo el conflicto ideológico baja de un nivel superior para situarse en la esfera local, haciendo a la Guerra Fría un conflicto completamente propio de América Latina.
Finalmente vemos como a pesar de lo anterior, que no podemos quitarle importancia al pepel de USA y de la administración Nixon en el proceso, pues vemos que exitosamente logra cambiar el paradigma de los países latinoamericanos, y dejarlos situados en su órbita; como ojos vigilantes permanentes que cada vez se multiplicaron en más lugares del mundo; en un contexto en el que estar desprevenido podía jugar una muy ‘mala pasada’.
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