CREACIÓN Y SALVACIÓN.

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Cuando todo parecía caminar con equilibrio, las malas nuevas con Plutón se conocieron, pues vino a augurar un desgarrador cataclismo. Él había sido muy observador y a la corriente estudió, cayendo en la cuenta de que ya no resistiría y con una explosión todo el mundo devastaría.

Una oleada de miedo y desilusión se instaló en todos, pero sabían que en el pánico no se podían encerrar. Comenzaron a cavilar cuando alguien se propuso, con dicción perfecta y una apariencia humilde pero de total seguridad, dijo su cuerpo donaría para que los demás lo habitaran y todo continuara.

A todos impactó con su acto de benevolencia y en desesperación aceptaron su oferta, discrepando Plutón señaló que no sería posible, la energía del mundo ya no alcanzaba para un nuevo planeta aparecer. A pesar de ello nadie flanquearía y los demás cuerpos celestes crearon un plan, fruto de su energía la Tierra iba a hacerse notar.

El indispensable calor de hogar y la luz como guía el Sol patrocinó. Y la luna como siempre fue contraria al antecesor, así la oscuridad fue su aportación, esta causó el misterio y el deseo de explorar, pero el miedo a la penumbra fue un problema, entonces el Sol le propuso iluminarla, esta entendió y después de un rato de ardua reflexión, que a la Tierra cultivó, al final accedió y su ayuda agradeció.

Mercurio, que impacto con su acción, a la nueva esfera la valentía le enseñó, además sin pensarlo se le pudo aprender, que aunque algunos te perciban invisible, solo tú tienes el poder de sobresalir, y en símbolo de eso que se asimiló; el viento, transparente pero potente sobre ella sopló.

Venus y Marte que por sus diferencias parecían no coexistir, ante y tras la Tierra se quisieron colocar, para que esta los pudiera separar, sabían que sus conflictos a los demás podrían perjudicar.

Venus con creatividad, gracia y sencillez, cuidando hasta el más mínimo detalle, en su decorador se convirtió; y a la corteza pulcra, hermosa y vasta, personalidad le dio.

Haciendo uso de su intensidad, Marte eso quiso otorgar; en el fuego y los volcanes se pudo proyectar. Más su idea de guerra no pudo olvidar y dentro de su faena la promovió. Sin embargo cambio su intención, olvidando la prepotencia y la imponencia que lo caracterizaban, se dio cuenta de que pisotear a otros no es lo que esperaba exponer, sino que la pasión saliera a resurgir como el motor que nos lleva a todos a seguir. Tal argumento incluso a Venus provocó fervor, siendo que su idea con razón se aceptó.

Y estos dos planetas, que parecían sus ideales no poder juntar; amor y guerra hicieron, de ahí la relación, siendo que la Tierra, hermosa y aparentemente frágil, la defensa conoció.

Júpiter con su instinto paternal, a los ciudadanos y su nuevo hogar planeaba cuidar. Usando su grandeza y todo su poder a la nueva Tierra con un manto la cubrió, la atmósfera así fue que apareció; y por si fuera poco nos dio un regalo más, el cielo inauguró como señal de paz.

Inspirado por sus anillos Saturno el valor le ofrendó y los territorios ensambló. Pero a él llegó un pensamiento, del tiempo se acordó, pues con los movimientos de la Luna y del Sol, encontró la forma contarlo, así día resplandeciente y noche de oscuridad, se pudieron obsequiar. El tiempo como reloj en maratón parecía avanzar.

La angustia, añoranza, y una dosis de tristeza a Urano le llegó, y sus lágrimas sobre la Tierra derramó. Nostálgica y melodiosa la lluvia se volvió, maravilla que nos rememora a aquello que ocurrió.

Pero su gemelo, no lo soportó y detuvo y recogió las lágrimas que su hermano generó, sabía dónde acogerlas, entre los continentes las regó, y a los mares dio creación. Agua, fuente de vida y salvación, también fue la mano con que su hermano ayudó.

Plutón siendo realista y un poco pesimista señalo que debían darse prisa, y con certeza afirmó que al viajar no podían llevar su fuente de poder, un día la batería se iba a acabar, y así la muerte al mundo quiso aportar.

No importándoles lo anterior, el proyecto prosiguió. Cada habitante con alguien su cable conectó, formándose una red como la del internet, y para poder a todos trasladar, con la mínima cantidad de fuerza que aún prevalecía, se levantó un cometa.

Con el vínculo de seres, de quienes responsable se sintió; con un objetivo en mente y la esperanza en su interior, el cometa audaz de un gran salto despegó. Y estando a medio vuelo de en la Tierra aterrizar, el doliente presagio, que Plutón vino revelar, con monstruoso estruendo se vino a presentar.

Como tormenta de arena, se levantó una cortina de polvo estelar, que a lo planetas no les permitió contemplar eso que se predecían como la consumación total. Pero aunque el pronóstico no se mostraba amable, la fe y la ilusión de su plan culminar, los mantenía expectantes hasta el final.

A par con la neblina que se iba disuadiendo, su optimismo también se estaba disolviendo. Entonces en un último soplo de ilusión, en ese desierto oscuro un oasis de esperanza apareció. Así desde la bruma, un ser celeste se elevó. Ardiente como brasa un superhéroe semejaba, y al sol su camino encauzaba. Ese ser que a todos parecía extraño al Sol dirigió palabra, y al percibir su voz; única, clara y organizada; como la de un soldado al informar a su general, a todo volumen con orgullo e impaciencia al sol le anunció que la misión fue completa y que todo se cumplió.

Ante tal declaración hubo toda una conmoción, -¿Cómo? Y ¿qué pasó?- al unísono se le cuestionó. Con un toque de alegría a todos les contó, que cuando ya no veía salida algo singular pasó, cada miembro de la trama en ese punto recordó, el mejor momento que vivió, y una centella a todos protegió y esparciéndolos en el vacío este de estrellas se llenó, algunos aún continuaron juntos creando colonias, que constelaciones se les denominó.

Pero lo más increíble aún no sucedía, cuando todos festejaban el acontecimiento, el sol en ellas pensó y su esplendor como en la luna les reflejó, pero entonces hubo una que propiamente centelló y a gran velocidad, que se puede decir fue fugaz, una estrella en la Tierra se cayó, pero no desapareció, al contrario, ahí se encarnó, y olvidándose de lo que ocurrió en la nueva casa la vida prosiguió.

Al parecer cuando el habitante su cuerpo entregó, el universo conspiró para que este no pereciera, y en su corteza lo multiplicó. Así cuando la estrella sus ideales decretó, brillo por su propia gracia, pero ya no explotó, como imán la atrajo el cuerpo para en alma convertirla y en la Tierra