La enseñanza.

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- La enseñanza en la escuela se encuadra dentro de prácticas pedagógicas bastantes uniformes. Cada establecimiento escolar crea un escenario en el que estos rasgos propios de la escuela como institución social asumen formas similares; cada establecimiento se incribe en unas coordenadas temporales y espaciales que encuadran el trabajo cotidiano de maestros y alumnos: (contexto social y político; su entorno geográfico; la población que atiende; la arquitectura escolar; la dotación docente; el equipamiento). Algunas escuelas ofrecen apoyo a la tarea de enseñanza: proyecto pedagógico formalizado, cursos de actualización, instancias de supervisión individual a la tarea pedagógica, reuniones periódicas de equipo, socializaciones, etc. En otras, la enseñanza es una tarea solitaria y el intercambio de ideas y consultas corresponden al ámbito informal y quedan librados a las relaciones sociales espontaneas.

Sobre todo cada escuela a través del tiempo produce una cultura institucional, un sistema de ideas y valores que otorga sentido a las formas de pensar y actuar. La cultura institucional arroja productos de diversa índole, desde objetos materiales hasta producciones simbólicas, concepciones, modelos e ideologías institucionales hasta mitos y novelas.

Muchas de estas construcciones se refieren a la tarea de enseñanza y modo de llevar a cabo, constituyendo el marco conceptual que justifica las propias practicas pedagógicas de la institución. Este orden nunca asegura la conducta institucional de los sujetos, sino que busca defender su espacio de libertad individual dentro de la voluntad institucional. La cultura institucional delimita una imagen ideal del rol del docente, el alumno, el padre, el equipo directivo, la enseñanza y aprendizaje que condicional la percepción, la interpretación e i

Intervención en cada situación. Se trata de una serie de certezas compartidas, de carácter implícito, que pueden ser reconstruidas a partir de las acciones de los otros docentes o sus reacciones frente a las propias. La enseñanza encuentra determinaciones que vienen del contexto sociopolítico y del propio dispositivo dentro del cual se desarrolla: la escuela en general y es establecimiento en particular.

La enseñanza y el docente

La enseñanza es, la acción de un docente, a la vez sujeto biográfico y factor social. Es situada, porque transcurre en un contexto histórico, social, cultural e institucional. Se inscribe en muchos tiempos a la vez: el tiempo del docente, del grupo, de la escuela, y a su vez, ella misma devenir, duración y transformación. Implica una particular organización de actividades a través de las cuales un actor interviene sobre la realidad, en el marco de una serie de sucesos en el curso. Supone por parte del sujeto la capacidad de atribuir sentido a su obrar y llevar a cabo diversos procesos de monitoreo y reflexión en torno a su propia actividad.

La enseñanza es una forma de influencia, algo que se irradia y cuyos efectos son diversos a largo plazo y los escurridizos. Parte de la tarea de enseñanza tiene que ver con buscar vicios, y saber aprovechar la ocasión en el encuentro pedagógico con el alumno.

Enseñar es una acción orientada hacia otro y realizada con el otro: enseñanza requiere de un proceso de comunicación. La forma de organización social de la tarea y el modo de comunicación que da lugar son dimensiones relevantes a considerar en cualquier análisis empírico de un dispositivo didáctico.

Esta interacción se da en el seno de un grupo de alumnos, brindando marco de relaciones e intercambios, que se desarrollan en el tiempo y generan afinidades, alianzas, exclusiones, antagonismo, pugnas etc.

Cada grupo es único, la singularidad está dada por la singularidad de sus integrantes, las interacciones de las configuraciones que van surgiendo en el transcurso devenir. La acción pedagógica es una forma de influencia que se orienta en una dirección determinada, hacia lo que se supone que es el bien para el niño o el joven, se trata de un interés bien diferente del te puede tener un científico que estudia las etapas evolutivas o los procesos de aprendizaje.

El discurso pedagógico se ha ocupado de retratar las actitudes que debían caracterizar al educador, desde un punto de vista más normativo.

Burgblules ha diferenciado una importancia de encarar la enseñanza como forma de dialogo. La relación dialógica instaura un tipo de intercambio con otros a través del cual logramos una aprehensión más plena de nuestra subjetividad y la de los demás. El dialogo requiere comprensión mutua, respeto, disposición a escuchar de y poner a prueba las propias limitaciones y prejuicios.

La enseñanza involucra un encuentro humano. Enseñar es en definitiva, participar en el proceso de formación de otra persona, tarea que solo puede hacerse en un sentido pleno con este otro.

Enseñar es desempeñar un papel mediador entre los estudiantes y determinados saberes. A diferencia de la animación sociocultural la tarea distintiva del enseñante es impulsar de modo sistemático esta apropiación, la actividad enseñanza ubicaba al docente en una condición bifronte: esta de cara el alumno pero también ocupa una particular posición en relación con el saber. Esta relación es compleja y presenta distintas facetas.

Los rasgos de este vínculo están asociados a la función propia de la escuela en el proceso de transmisión cultural. Por otra parte, como señalaba Stenhouse, esos saberes son públicos y forman parte del capital emocional, intelectual y técnico de una sociedad.

La relación con el docente con el saber esta también marcado por las creencias compartidas acerca de ese sabe y de los grupos ligados a su producción y transmisión. No todos los saberes gozan de la misma legitimidad desde el punto de vista social, y esto establece distinciones entre los actores, marca distancia y jerarquías. Por todo esto, la relación del profesor con el saber es personal pero se nutre de significados cuyo origen es social.

Según Shulman, hay una forma especial de conocimiento que es de incumbencia propia del docente y constituye una especial amalgama de contenidos y pedagogías. Este conocimiento pedagógico del contenido hace que la relación de un profesor, por ejemplo, de historia con el saber histórico sea diferente de la que pueda tener el propio historiador, porque lo distintivo reside, en que se trata de un conocimiento acerca del saber en vista de su enseñanza.

Conocimiento que el docente tiene de su materia y la relación que establece con ese saber se inscribe en su historia