La Atracción del Runenberg

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¿Qué es el mundo?

Posiblemente la misma pregunta nos persuada a no saberlo. Y que de este no- saber, se nos presente un no-ser, que en todo caso disuelve el intento de interpretar y representar una concepción del mundo. Sin embargo hay quienes han tenido del valor de decir lo que es el mundo, como la proporción lógica de Wittgestein, “El mundo es todo lo que es el caso”. Husserl menciona un mundo producto de una actitud natural, que se presenta como un universo de las realidades, que se encuentra pre-dado e incuestionable. Así como un mundo producto de la vida de la conciencia, que forma un sentido, “es un sentido consciente en la interioridad de nuestra propia vida perceptiva, representativa, pensante, valorativa, y un sentido que se forma de nuestra génesis subjetiva; toda validez de ser se lleva a cabo en nosotros mismos”. De esto el problema aumenta, cuando se enfrenta a una incomprensibilidad, provocada por un mundo de conciencia que señala una vacua generalidad. El ser va estar en conflicto con la generalidad. Pero pienso que este conflicto proviene desde el momento en que el mundo tanto como el ser, los queremos pronunciar y explicar. Y que de esta discriminación, inventemos un problema que originalmente no existía. El tao te king tiene la mejor enseñanza para la cuestión de lo mundano, “El Tao que puede ser explicado no es el Tao eterno. El nombre que puede ser pronunciado no es el nombre eterno. Llamo no- Ser al principio del cielo y tierra, llamo Ser a la madre de todos los seres. La dirección hacia el no- Ser conduce a contemplar la esencia maravillosa. La dirección hacia el Ser conduce a contemplar los límites espaciales. Ambos modos son originalmente uno y sólo difieren en el nombre. En su unidad este Uno es el misterio”.

Ornelas Vázquez Xavier Amorhak Psicología 7Semestre

En lo absoluto

Todo inicia en una preocupación del Ser y de conocer. En esa crisis de insuficiencia de registro, que obliga a un ajuste de la realidad a las representaciones de un soma. Entendamos por soma, como la totalidad de la materia corporal de un organismo vivo. Totalidad que de lo orgánico por su insuficiencia e insistencia a lo total se sustituirá en un primer momento a lo imaginario como una imagen o Guestal total, completa o absoluta. De este espejismo imaginario se encuentra entretejido esa insistencia hacia lo total, que quisiera traducirla como continuidad mortífera. En el sentido de que todo absoluto arrasa y aniquila al entorno diverso que en un momento se le podría presentar. Lo mortífero esta en la medida ilusoria de satisfacción que recurre el soma para un control y estabilidad, y que altera y consume al objeto. Esta estación narcisista es lo evidente de todo absolutismo, en el sentido en que el narcisismo lo abarca todo y no tolera una diversidad o discontinuidad a su universalidad. Cuando se da este momento, un holocausto inicia, y se manifiesta esa continuidad mortífera que es lo elemental del soma. Aún así esta destrucción no es exclusiva del momento antagónico. En el mismo absolutismo narcisista, el forzamiento porque la totalidad sea constante, el derroche de lo perfecto, es una violencia continua y recreativa. De toda la serie de ilusiones narcisistas, lo que se nos presenta es una agresividad disimulada, que como hemos padecido esta implícita en un estado, una ciencia o una religión. Que en lo actual, los conflictos son solo narcisismos encontrados.

El Solar

Ornelas Vázquez Xavier Amorhak Psicología 7 Semestre

Dharma humano

Designemos esto, el hombre y tanto su idea, son solo un nombre o una palabra, y como tal no existen.

“Todas las cosas son sólo nombre, se encuentran sólo en el pensamiento, separado de la palabra lo que ella designa no existe”[1]1

Como sabemos, una de tantas invenciones del pensamiento es el de una “idea del hombre”, que tiene de precedentes tantas ilusiones. Podemos dar una cadena para darnos una idea de esa idea de hombre;

Homo sapiens- Conciencia- Razón Logos- Lo divino-El alma -Dios

“Cualquier dharma es designado por cualquier nombre, pero en éste aquel no existe: ésta es la esencia de los dharmas”[2]2

El presupuesto de una facultad, un ser divino o la palabra, nos manifiesta lo vacío. La imaginación que cubre la insuficiencia, de esa inexistencia que ha tratado de evitar el hombre por medio de sus “ideas del hombre”.

Ornelas Vázquez Xavier Amorhak Psicología 7 Semestre

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¿evolución o involución?

En la tercera idea del hombre de la que nos habla Sheller, se hace notar que aún en disciplinas como la biología y la antropología, se presentan creencias, que intentan conservar en la concepción del hombre desde lo científico, un estado de evolución, que nos vincularía con un supuesto desarrollo o progreso de nuestras facultades mentales primitivas, a una inteligencia técnica. Oviamente la argumentación esta ves tiene su base en una satisfacción de los instintos, los cuales determinan y condicionan todos nuestros procesos sensoriales y preceptúales. De aquí que se mencione que los instintos constituyen la unidad del organismo psicofísico. La pregunta que hay que plantearnos aquí es ¿si realmente podemos sostener una evolución en base a una satisfacción de los instintos?, o que de lo contrario, lo que menos suceda en una satisfacción de los instintos sea una evolución, y aparezca una involución del hombre. Una decadencia que se á mantenido latente desde sus inicios. Y que todas las facultades que el hombre posé y presume, son solo los instrumentos para su propia aniquilación y sufrimiento. Tal consideración nos presentaría una insuficiencia orgánica, que seria como una negación de la vida hacia el hombre. Esto es una incapacidad orgánica que padece el hombre, como una enfermedad de la vida, la cual se le niega a este. Y ¿por qué no?, si la mayoría de nuestras relaciones están plagadas de fantasías e ilusiones que nos complican la existencia. Que en lo total, lo que posiblemente nos quieran decir, “tu no perteneces aquí, eres un error de la vida, una dirección morbosa de la vida universal”.

Ornelas