PSICOLOGÍA DE LA MOTIVACIÓN Y EMOCIÓN.

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Asimismo, la disposición demostrada tanto por las docentes observadas como por la entrevistada indica que poseen motivación al logro, aspecto que es definido por Romero García (1983, citado por Flores, 2008) como “una variable asociada a conductas de búsqueda del éxito, utilización máxima de las potencialidades, fijación de metas realistas y establecimiento de niveles de exigencia cada vez más altos” (p.51). Esto se ve reflejado en la profesora entrevistada en cuanto a sus creencias acerca de la motivación orientada al aprendizaje, las expectativas sustentadas por ellos en relación al éxito de sus estudiantes en función de su propia motivación hacia su trabajo, de tal modo que el uso de estrategias motivacionales inciden en las creencias de éxito o fracaso sustentadas por el docente, si éstas fallan el cree que ha incumplido su rol.

Igualmente, el incentivo de los padres hacia los hijos, se traduce en el refuerzo por sus logros, la atención a sus capacidades, habilidades y destrezas, que les permiten desarrollar una adecuada autoestima, el fomento de valores como trabajo, logro, amor propio, autonomía, permiten que los niños se motiven hacia la experiencia de aprendizaje y en general, hacia cualquier actividad que emprendan a lo largo de su ciclo vital. El correcto desarrollo del niño como futuro adolescente y adulto depende, en gran medida de la cantidad y calidad de los estímulos que recibe del ambiente que lo rodea, de la dedicación de padres y el fortalecimiento en la fase escolar por parte de los docentes. Por tanto, la riqueza de estímulos en intensidad, frecuencia y duración adecuada producirá un buen resultado a nivel cerebral, intelectual, físico y emocional, logrando de esta forma un desarrollo armónico tanto de sí mismo como con el contexto que lo rodea.

Pero ¿de qué manera se puede mejorar esta situación? Al respecto, se consideran los muchos problemas que pueda presentar una comunidad educativa con niños de diversas condiciones tanto físicas como emocionales, intelectuales y sociales, por lo cual se requiere la creación de un ambiente saludable y una proyección armónica hacia esos pequeños que como “esponjas” lo absorben todo y como seres de poca experiencia hábiles en imitar utilizan a los adultos significativos como modelos de conducta. Es importante establecer soluciones inmediatas orientadas a resolver esta problemática en el medio familiar y educativo, como seres sociales evaluamos y estudiamos las situaciones que surgen en nuestro entorno, entonces invitemos a colegios y representantes a reflexionar sobre el futuro de los más pequeños.

En función de lo antes señalado, se debe considerar que existen niños poco o nada motivados, esto se debe a múltiples factores por cuanto la falta de motivación tan solo podría ser el trasfondo de alguna otra problemática, como dificultades de aprendizaje e interacción con los compañeros de clase, lo que vuelve difícil el hecho de hacer amigos. Frecuentemente por las altas expectativas que rodean al niño por parte de sus padres y docentes, crean en ellos el sentimiento de temor al fracaso, en tal sentido, se requiere que los adultos significantes que educan a los niños los ayuden a trazarse metas alcanzables, con los recursos personales y materiales que cuentan, de tal manera que aunque no logren de inicio lo que esperan, puedan entender que eso no implica que son incapaces de lograrlas ni que serán señalados o reprendidos por su desempeño actual.

Un aspecto importante a considerar en el marco del estudio de la motivación manifiesta en los niños, es el miedo que pueden sentir ante las tareas y demandas que se les realizan tanto en el medio familiar como en el educativo, así como hacia ser excluido del grupo de sus congéneres porque su nivel de ejecución no corresponda con el de la mayoría. Para atender a esto, es importante fomentar en el niño la comunicación fluida y pertinente con los adultos que lo rodean, así como el desarrollo de lazos de afiliación con otros niños, por cuanto, estos dos aspectos de no estar bien establecidos, pueden generar que tiendan a perder el interés por las actividades académicas e incluso lleguen a dejar de asistir continuamente a la institución educativa, lo que disminuye sus habilidades sociales y las posibles fuentes de estímulos asociados a la recreación, al compartir, a la convivencia, que también contribuyen a su desarrollo.

Adicionalmente, se requiere para fomentar la motivación en el ámbito escolar se requieren docentes con vocación con estándares de excelencia en su desempeño, que les permitan superar cada obstáculo que se les presente en su labor y que puedan generar estrategias acordes a los necesidades de cada estudiante, de modo particular para lograr integrar a esos niños “reto” que se encuentran incorporados a las aulas regulares como parte de las políticas de inclusión que se establecen en el contexto educativo actual.

REFERENCIAS

Chiavenato, I. (2010) Administración de recursos humanos, México: Interamericana.

Flores, C. (2008) Motivación,