Psiquiatría y depresión
Enviado por Ledesma • 19 de Febrero de 2018 • 1.737 Palabras (7 Páginas) • 288 Visitas
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Me llena de pavor pensar en lo que sucede con la salud mental, primordialmente porque soy estudiante de psicología y es lo que me compete. Me afecta muy duramente como la prescripción de drogas es tan fácil, no lo digo por el documental solamente, este muestra una realidad existente y clara, pero también peca de una exageración a mi parecer en momentos, dicho eso, no fue el documental quien me ha hecho escribir con esta intensidad, más bien es lo que he creído hace mucho donde el centro inicial de toda “estabilización” mental es a base de psicotrópicos, lo cuales están llenos de cuestionamiento y faltos de demostración empírica que ha provocado grandes efectos secundarios en quienes los consumen, en especial la dependencia farmacológica para subsistir.
El famoso TDHA, es uno de los más preponderantes en la actualidad, en especial en nuestro país, donde el recetar indiscriminadamente este tipo de medicamentos ha inferido directamente en los niños, en su educación como en sus comportamientos, estados de ánimo, etc. En cierto modo se trata de alienar a los niños y jóvenes en vez de modificar el sistema de educación que ya está obsoleto para los tiempos que estamos viviendo, donde ni siquiera los psicólogos han pensado en el desarrollo del niño, puesto que son quienes derivan post evaluación psicométrica y no con una atención contextualizada a un neurólogo o psiquiatra por posible TDHA.
Uniendo este tema con el texto “cuestionamiento al diagnostico de depresión” debo admitir que quise buscar una contraparte a lo expuesto y si lo hubiese leído hace un año atrás, habría tenido una. Pero en este caso no, puesto que como mencioné anteriormente, se ha buscado cualquier excusa para medicar, donde el DSM es el principal promovedor del aquel hecho y no lo digo por que salga en el texto, más bien he leído de distintos lados la cantidad de nuevas patologías y como se ha provocado un rechazo generalizado hacia esta nueva edición, el DSM-V. Hace un año atrás yo creía en la existencia de la depresión congénita como tal, pero nuevamente, mi paso por la universidad y los ramos cursados, más la lectura de distintos portales me han hecho creer en la depresión no como una enfermedad genética como lo es la diabetes y tantos otros, sino que creo que es por una parte un aprendizaje a un modo de comportarse frente a situaciones de dificultad desde las personas significativas de un niño, como que existen también gatillantes estresores (de distinta índole) que la persona no logra identificar produciéndose una baja constante del estado de ánimo a través de un tiempo indefinido. Puede que esté equivocado en este momento al escribir con respecto a la depresión y lo que creo, pero es parte de mi formación como psicólogo y si cambio de parecer o estoy equivocado, deberé dirimir mi opinión. Una vez dicho eso, creo que la depresión debiera tener una psicoterapia orientada en la resolución de los motivos de lo que le genera el conflicto, acompañada de dependiendo del grado depresivo de fármacos regulados y controlados, en concordancia nuevamente con el texto.
Me es difícil sacar una conclusión positiva de acuerdo a lo visto en el documental como en el texto ya que no hay señales que indiquen que puede haber un cambio de rumbo en la salud mental de nuestro país, mucho menos a nivel mundial donde el poder económico ha ido ganando terreno y no existe fuerza suficiente no para hacer que desaparezcan, más bien para que hagan productos que de verdad ayuden a la salud mental invirtiendo en investigación a favor de ello aunque suene utópico. Esto junto a profesionales cada día menos humanos y más mecánicos, preocupados de su propio interés y no de lo que juraron un día que es el amor por la medicina. No puedo mencionar solamente a psiquiatras, sino que también la labor de los psicólogos, puesto que son quienes han aportado a la visión negativa de nuestra hermosa profesión, donde también se ha priorizado la rapidez y desinteresada atenciones hacia los pacientes. Un psiquiatra podrá atender mal, pero al adormecer al paciente y quitar su “dolencia” volverán a él, en cambio un psicólogo que no ha tenido la capacidad de dar toda la atención y contención a un paciente, se ira y no volverá, sin dejar de promover lo ineficientes que somos y probablemente decidiendo ir a un psiquiatra para salir de su problema con una pastilla cada ciertas horas, luego una atención de cinco minutos.
La psicología tiene mucho que aportar en la salud mental, pero para eso se necesitan más profesionales empoderados y con convicción, es muy difícil cambiar un paradigma si no se están cohesionados en un mismo fin común, mejorar la salud mental de las personas sin doparlas para que sean conscientes de principio a fin de su proceso, lo que hará que pueda ser parte eficientemente de su recuperación y muy probablemente en menor plazo a lo que un fármaco lo puede llevar.
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