FRANCHESKA AYBAR

...

Finalmente recordó al monje Thomas Merton y aseguró que sigue siendo fuente de inspiración espiritual y guía para muchos, quien fue sobre todo un hombre de oración, un pensador que desafió las certezas de su tiempo y abrió horizontes nuevos para las almas y para la Iglesia; fue también un hombre de diálogo, un promotor de la paz entre pueblos y religiones.

“Tres hijos y una hija de esta tierra, cuatro personas, cuatro sueños: Abraham Lincoln, la libertad; Martin Luther King, una libertad que se vive en la pluralidad y la no exclusión; Dorothy Day, la justicia social y los derechos de las personas; y Thomas Merton, la capacidad de diálogo y la apertura a Dios. Cuatro representantes del pueblo norteamericano”.

El papa Francisco explicó también que desde el principio de su apostolado, se ha dedicado a trabajar en diferentes niveles por la defensa de la abolición mundial de la pena de muerte.

"Estoy convencido de que es lo mejor, dado que cada vida es sagrada", apuntó. "No sólo les apoyo, sino que respaldo a quienes están convencidos de que un castigo justo y necesario nunca debe excluir la dimensión de la esperanza y el objetivo de la rehabilitación". Expreso el Papa, lo más impresionante de esta parte del discurso es que no se centró en la iglesia diciendo que Dios es quien da la vida y así mismo la quita sino que este defendió su posición desde un contexto general para así no crear controversias y que sus palabras puedan llegar a todos.

Francisco también mencionó la responsabilidad de proteger y defender la vida humana en cada etapa de su desarrollo.

También expresó su inquietud por el tema de la cultura de lo descártale, que parece darle poco valor agregado al ser humano, tratando a las personas como viene descartables sin tomar en cuenta sus necesidades y sentimientos. Más y más personas parecen ser dejadas de lado por una cultura que está muy enajenada. Lo vemos en las noticias a diario, pero el papa ha hablado además de cuán importante es el trabajo simple, ha dicho que el desempleo dignifica a una persona. En particular, para los jóvenes de hoy caer en el desempleo significa un desaliento crónico, o aun peor la apatía.

En cuanto al uso de armas, el papa evidencio que pese a la carta de las Naciones Unidas que señala la paz y solución pacifica de las controversias hay un contraste con la proliferación de las armas, especialmente las de destrucción masiva como las nucleares.

Aquí tenemos que preguntarnos por qué se están vendiendo armas letales a aquellos que planean generar sufrimientos indescriptibles a personas y a la sociedad -continuó-. Tristemente la respuesta es por lo que todos sabemos: por el dinero. El dinero que está empapado de sangre, a menudo, sangre de inocentes".

"Es nuestro deber enfrentar el problema y detener el tráfico de armas", les dijo a los legisladores, en este sentido pidió hacer un llamado a un examen de conciencia de quienes están a cargo de asuntos internacionales y cultivar la tolerancia, ser mejores personas y contribuir con soluciones para los problemas que está enfrentando nuestra sociedad.