Drogas y Alcohol... Enemigos en acecho

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A un buen amigo la ha plantado su novia y ha terminado con él, diciéndole que está enamorada de otro. El invita a algunos amigos a que lo acompañen y se emborrachen para olvidarla. ¿Qué se puede hacer por él?

Convencerlo de que la muchacha no vale la pena como para sufrir las incomodidades de una borrachera y la cruda subsecuentes. Sugerirle invitar a otras muchachas para ir al cine, a tomar un café o a bailar con ellas. Si no quiere saber nada de mujeres en ese momento, invítelo a jugar boliche o a cualquier espectáculo deportivo que pudiera apasionarlo. Convénzalo de que el alcohol no soluciona ningún problema y de que suele provocar otros.

¿Y qué decir de las drogas? ¿Cómo zafarse de la presión de los amigos que acusan de marica a alguno porque no quiere probar lo que le ofrecen y que todos parecen estar usando?

Hay una buena disculpa para zafarse de esas situaciones. Puede decir una mentira necesaria: “Ya he probado eso y resulta que estuve apunto de morirme. ¿Quieres que te cuente todo lo que me pasó y lo que dijo el doctor Garcés que me pasaría si volvía a probarla? Entre otras cosas me aseguró que me provocaría la muerte. ¿Quieren que les explique exactamente cómo? A nadie le gusta escuchar descripción de síntomas y enfermedades, pero provéase de buena información médica sobre el efecto de los alergenos en el organismo y de las drogas en general a los jóvenes. Puede impresionar lo suficiente a otros para que lo dejen en paz.

¿Y qué sucede si quien los presiona es una hermosa chica?

Puede usar el mismo truco. Las mujeres suelen ser más susceptibles a este tipo de relato que los hombres. Si es una joven insensible y sigue insistiendo, sin importarle que pueda costarle o no la vida, aconseje al joven inventar un compromiso repentino e ineludible y alejarse a toda prisa de ella. De cualquier manera, entre más lejos esté de una muchacha así, mejor.

¿Y qué hacer ante las ofertas que en las escuelas y en las discotecas hacen los vendedores de droga?

Aquí un simple y firme NO suele ser suficiente. Los vendedores no pueden correr el riesgo de ser demasiado insistentes frente a alguien que demuestra una convicción profunda del peligro que hay en las drogas.

Los números hablan

Los accidentes automovilísticos son en la actualidad una de las tres causas más frecuentes de muerte. Se disputan este triste honor el cáncer y las enfermedades del corazón. En el 75 por ciento de los accidentes, el conductor iba bajo los efectos del alcohol.

El alcohol y las drogas influyen directamente en la comisión de 7 de cada 10 homicidios.

Se calcula que el 83 por ciento de los drogadictos tienen cualquiera de estos tres fines: la prisión, el manicomio o la muerte. Sólo 17 de cada 100 logran obtener ayuda a tiempo para su total recuperación. Estos cálculos son hechos por gente que está relacionada con la rehabilitación.

Está comprobado científicamente que tanto la marihuana como la cocaína, aun en pequeñas dosis, destruyen neuronas del cerebro. Este es un daño irreversible, porque las células del cerebro son las únicas que NO pueden renovarse en modo alguno.