El cortafuegos
Enviado por Antonio • 29 de Septiembre de 2017 • 820 Palabras (4 Páginas) • 318 Visitas
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El periodismo, que debería velar por contar las verdades y criticar lo que está sucediendo, sólo sabe envolverse en su halo de polémicas bajo el paraguas de grandes grupos mediáticos que gestionan todo lo que se tiene y no se tiene que decir. De esta manera, al menos en España, nos encontramos con un sistema con infinidad de cicatrices como en la justicia, con la corrupción y los escándalos impunes, castigando a los pocos que se atreven a alzar la voz, viendo cómo se disuaden manifestaciones con represiones policiales, mostrando brutalidad y asustando a la población a no alzarse, pues si algo les ocurre nadie pagará por ello. Y creo que eso se traduce con una desafección general hacia los partidos políticos y en general un incremento en la simpatía hacia las iniciativas ciudadanas, cada día más respaldadas. Si esas iniciativas fueran capaces de alinearse con otros frentes abiertos a lo largo de Europa, Bourdieu podría empezar a sentirse satisfecho de que su mensaje ha llegado y que nos ha advertido a tiempo para salvaguardarnos de esta gran invasión de los fantasmas del pasado.
La reflexión está servida. Nos dice que el Estado evade sus responsabilidades con la ciudadanía, nos dice que todos estamos afectados cada vez más por la precariedad laboral, castiga a los medios y a los periodistas por su no implicación en la lucha y su búsqueda de contenidos basados en dicotomías populistas de si uno dice, el otro no dice y lo bueno es que todos estos problemas que él vio hace unos 15 años se cuestionan también hoy en día. El lenguaje tampoco ha cambiado, nos siguen encantando los eufemismos, palabras como desregulación o flexibilizar, siguen estando en el diccionario de las clases gobernantes, cuando unos países se muestran afines les llamamos gobiernos, cuando parece que se vuelven en contra les llamamos regímenes. Hay que salir del letargo con lecturas como ésta o con otros autores valientes capaces de avanzarse a su tiempo y de enfrentarse a la “razón” del darwinismo económico que nos acerca más a la supervivencia en los árboles que a los grandes pensadores que han iluminado este planeta a lo largo de los siglos.
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