Las mujerews y el alcholismo.

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FASES PREALCOHÓLICAS

- Fase de bebida social o cultural, controlada: Esta es la primera fase de la bebida, la pérdida de control sobre el alcohol se presenta generalmente entre un periodo de diez a veinte años.

- Fase de escape ocasional de las tensiones

- Beber con frecuencia para escapar de algo.

FASE ALCOHÓLICA TEMPRANA

- Inicia la pérdida de conocimiento: El bebedor puede sostener una conversación, caminar, incluso manejar un auto, pero no recordará después ninguno de estos actos.

La tolerancia continúa desarrollándose lentamente, durante esta fase las acciones del bebedor problema denotan una preocupación constante sobre el alcohol. Cuando se presenta un acto social, le interesa más la bebida que se servirá que la concurrencia.

Puede ocurrir que el bebedor haga cambios en sus hábitos de bebida, puede haber periodos de abstinencia total, a fin de probarse que todavía puede dejar el alcohol.

FASE ALCOHÓLICA VERDADERA

- Durante un periodo los bebedores crónicos pasan de la fase alcohólica temprana a la de verdadero alcohólico en la cual todo en su vida gira alrededor del alcohol. Su apariencia, sus relaciones familiares, su trabajo y sus posesiones, son descuidados y comienzan a deteriorarse.

Es durante esta fase que el bebedor ya no puede parar después de la primera copa.

- La sexta fase se anuncia por la ingestión regular de alcohol en la mañana, que generalmente continúa a lo largo del día. El alcohólico se encuentra en peligro de presentar síntomas de privación si deja de haber alcohol en su organismo en todo momento.

Esta fase se presenta a menudo por la figura cómica del individuo que esconde botellas en cualquier parte de la casa o la oficina, pero a este punto el alcohólico es realmente una figura trágica que descuida su nutrición apropiada y cuya vida familiar se descompone.

CAUSAS DEL ALCOHOLISMO

Varios estudios sobre el alcoholismo han demostrado que los alcohólicos suelen ser inseguros, angustiados y muy sensibles, además de insatisfechos consigo mismo y con sus vidas. Sin el alcohol se sienten inferior a otros y no les es fácil ser sociables o sentirse bien en la mayoría de las situaciones sociales.

Los alcohólicos han sido comparados en cuanto a perfil de personalidad con los pacientes psiquiátricos, lo cual ha llevado a muchos investigadores a concluir que el alcoholismo no es más que un síntoma de perturbaciones psiquiátricas más profundas.

Muchos alcohólicos exhiben características de personalidad tales como dependencia, baja autoestima, compulsividad, confusión de los roles sexuales, inmadurez y baja tolerancia a la frustración, que pueden identificarse como rasgos que favorecen la adicción. Otros variantes del modelo psicológico del alcoholismo se inclinan más hacia las conductas aprendidas. Señalan que beber es un mecanismo aprendido por imitación que ayuda al bebedor a enfrentar el exceso de tensiones, mientras más severos y frecuentes las tensiones, más alcohol se usa para resolver los problemas, lo cual ayuda a completar el lazo de reforzamiento. Por supuesto, mientras más problemas de personalidad tiene el individuo, más posibilidad hay de ver la vida como algo lleno de tensiones.

Aunque el desajuste de personalidad puede ser una característica básica de alcohólico, no es la única “causa” que se ha supuesto para el alcoholismo. Una segunda teoría propone que el alcoholismo es el resultado de una deficiencia bioquímica, la falta de ciertas sustancias del organismo, quizá enzimas u hormonas.

El alcohol es una sustancia endemoniada que tiene el poder de acentuar las debilidades morales del hombre si uno conoce el poder del alcohol, entonces el alcoholismo y el emborracharse son, por consiguiente, premeditados. El alcohólico es visto como un pecador que escoge libremente tomar y el hecho de tomar es considerado un signo de flaqueza moral. A pesar de lo exagerada que pueda parecer esta posición, no deja de tener influencia en la lista de causas del alcoholismo.

Si la familia o los amigos del bebedor juzga al alcohólico como un débil o incluso como un pecador, ese juicio puede provocar sentimientos de culpa, odio así mismo y enajenación en el bebedor, que harán más intenso el problema.

El alcoholismo en las mujeres parece estar asociado a menudo con los principios morales. La fuerza de la cadena pública es más pronunciada en el caso de una mujer debido a los remanentes sexistas, que señalan como algo más ofensivo y antinatural el abuso del alcohol en una esposa y madre que en un esposo y padre.

La vergüenza y culpabilidad mayores son sólo un problema especial que enfrentan las mujeres bebedoras.

El resto de las dificultades crea una constelación de causas y consecuencias lo suficientemente especiales para examinarlas en una sección aporte.

LA MUJER ALCOHOLICA

Hasta hoy los problemas de bebida en las mujeres han sido, en gran medida, ignorados. Por mucho tiempo el alcoholismo ha sido considerado una enfermedad de hombres, sin embargo ahora conocemos mejor el problema.

Algunas autoridades creen que las mujeres han tenido siempre problemas de bebida semejantes a los hombres, pero que han dudado más en buscar ayuda, debido a que la sociedad juzga más duramente a la mujer alcohólica.

Atrapados por la imagen mítica de la sociedad sobre la mujer alcohólica como una “perdida”, las mujeres sufren doblemente por ser consideradas no solo enfermas sino también inmorales. No es de sorprender que las mujeres alcohólicas y sus familias se esfuercen por ocultar y negar el problema.

Las mujeres como grupo, sufren grandes tensiones, y algunas de estas son muy diferentes de las que afronta el hombre. Ya que los roles tradicionales que la sociedad ha definido para mujeres y hombres determina una conducta completamente distinta, además de objetivos, imagen propia y experiencias de vida, las mujeres enfrentan ciertos problemas en común que no son relevantes en los hombres.

Desde la niñez las mujeres han sido educadas como el “segundo sexo”; uno que espera realizar su propia valía a través, primariamente, de sus relaciones con hombres más que por sus propios méritos y actividades.

Hasta hace poco tiempo, las