CONTTRECULTURA Y UNDERGROUND
Enviado por Mikki • 24 de Enero de 2018 • 1.637 Palabras (7 Páginas) • 304 Visitas
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El movimiento de los años 60, iba en contra de la organización completa de la vida todos aquellos valores que en la sociedad moderna se sugieren, construyen, o imponen con el fin de desarticular el deseo.
Nueva Era” (New Age) no es otra cosa que el Ave Fénix que se levanta de las cenizas de la contracultura. Desde esta interpretación, la contracultura no murió, sino que dio lugar a un fenómeno más amplio, más universal.
Habiendo explicado esto, como es tomado históricamente, ahora se aborda un poco más profundo esta contracultura, argumentando e intentando demostrar por qué no es de un proceso que nació solo en los años 60s, sino que es algo que, aunque no se ha reconocido oficialmente es algo mucho mas antiquísimo, algo que viene desde los chamanes, y que por ende, por tratarse de algo marginal, el autor del texto lo denomina: underground.
El underground, es, sin duda alguna, el éxtasis de cualquier revolución, de la contracultura que tratamos en este caso, sin underground en ella, es probable que este ensayo no se abría escrito, y que el movimiento juvenil como otros tantos no habría pasado a ser mas de un capricho de unos tantos, intentando un cambio no logrado.
A pesar de que contracultura y underground son términos que en ocasiones se confunden, el segundo de estos es mas amplio, abarca mucho mas allá del hombre, mucho mas allá de su vida como solo vida y mas como goce y disfrute, mas como felicidad.
El underground es un pensamiento sin sujeto que todos llevamos con nosotros, es algo que siempre ha circulado por todas las épocas y todas las culturas.
Se caracteriza, en el texto, por tres aspectos fundamentales, que, personalmente pienso, se podría abarcar en una misma: la búsqueda de la felicidad, más adelante, cuando se halla explicado estos tres aspectos será más fácil dar a entender los motivos por los cuales tomo la postura de un solo aspecto general.
La primera que se enuncia es la solidaridad mundial: la cual se resume en una mentalidad global, es decir, cuando todos comprendamos que somos iguales, que venimos del mismo planeta y compartimos el mismo espacio, solo entonces una persona se puede solidarizar con la otra sin lastima ni perjuicios, una solidaridad que búsqueda de un yo que es la sumatoria de todo y de todos, “un no yo” para la sociedad.
Resistencia del poder: como en todos los movimientos humanistas, este, al igual que la contracultura se rebela a las instituciones del poder, pues la sociedad como sociedad siempre será sospechosa en búsqueda de una recompensa individual, donde las buenas acciones, los deseos o la pasión siempre serán aplastados y puestos a parte, se trata de rebelarse y generar una sociedad donde, el poder no se muestre por el éxito, sino por el dejo del ego del hombre atrás, de esta manera la definición del “poder” cambiara por algo mas puro.
Es una resistencia, mas que una confrontación, resistir al poder que nos tienta la nueva sociedad, “sin poder no hay éxito” esto es lo que busca cambiar.
Vida sobre el pensamiento: el movimiento del que hablamos intenta llevar la contraria al desarrollo occidental, que consiste en tener una única verdad y considerar a las demás opciones como vacías, míticas o carentes de sentido, este por el contrario, como decía, abandona la búsqueda de la verdad y toma esta como una simple ilusión de control que puede cambiar en cuanto pasen los años y sustituye esta búsqueda con la búsqueda de la felicidad del individuo con un colectivo global.
Es así como el objetivo principal del underground, no es otro que la transformación del hombre, por un hombre menos controlador y controlado por uno más feliz.
Es aquí, en este último punto, donde la contracultura que hablábamos anteriormente y el underground, hacen referencia a lo que cite en un párrafo anterior: la transformación bien sea de la sociedad o el hombre, pero la transformación de algo para un mismo resultado, un mundo mejor, un mundo donde, se busca un mismo resultado: la felicidad como individuos.
POR: SIMÓN JARAMILLO ALVAREZ
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