Dejemos de matarnos.

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Decirle no a la venganza significa borrar el odio, el rencor y la intolerancia que solamente incrementan las estadísticas de los conflictos violentos; también significa perdonarse a sí mismo y al que me hizo daño escapándose del dolor que siempre se sufrirá.

La idea del proceso de paz es solucionar los conflictos de una forma que no sea violenta, y en vez de matarse uno al otro más bien tener la posibilidad y el nombre para poder discutir sobre un desacuerdo y solucionarlo. Por esto es que se le ha dado la oportunidad de tener poder político a algunos líderes opositores, entonces no está bien decir que se está regalando el país ya que esto es una solución diplomática a los conflictos que hay, la cual es mucho mejor que seguir con la alternativa violenta.

En el proceso de paz no hay equipos ni nada parecido, pues en este proceso solo participa gente que piensa distinto pero que tiene en común una misma meta, que es llegar a la paz en Colombia, así que no tiene sentido pensar que si alguien apoya al proceso es porque sigue a una ideología o grupo político en especial, solamente está de acuerdo con que se busque paz en Colombia, además que la paz no es política ni nada parecido, es un grupo de acciones que están dentro de cada uno.

Otro problema que hay dentro de la paz es que una gran parte de la gente que no sabe mucho sobre este tema se cree todos los rumores positivos o negativos que llegan a sus oídos desde la boca de alguien que ve la paz como un caso político.

El proceso de paz es la puerta que tiene abierta Colombia para salvar futuras vidas, terminar muchos conflictos y problemas, cambiar noticias malas por noticias llenas de las cosas buenas que los colombianos son capaces de lograr, para mejorar la reputación que tienen los otros países de Colombia, y para poder motivar a otros países de llegar a la paz y a su vez dándole más paz a la humanidad. Claramente la paz es buena para todos.

Juan Pablo Arbeláez Martínez