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La Nación de los refugiados

Enviado por   •  20 de Diciembre de 2017  •  6.400 Palabras (26 Páginas)  •  320 Visitas

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Y tienden a ir a Europa por una cuestión de proximidad y porque es una región que tiende a garantizarles paz y cierta ilusión de prosperidad económica.

–¿Cómo sería la mejor forma de manejar esta situación?

–No es sencillo encauzar dentro de cierta gobernabilidad estos flujos tan grandes y complejos. La primera reacción de Europa fue de desinterés y falta de solidaridad. Hay que tener en cuenta que Europa no está recibiendo el mayor volumen de migrantes. El 25 por ciento de la población de El Líbano son migrantes. Los que recibió Europa no superan el 0,25. El tema es que se haga de una manera coordinada y consensuada. Cosa que parecería empezar a buscarse en el Viejo Continente, a pesar de muchas resistencias internas. Pero la crisis de los migrantes no debería hacer que olvidemos sus causas. Las guerras en estas zonas no son casuales ni esporádicas. Responden a injerencias múltiples y reiteradas de países occidentales que desde hace décadas, incluso en algunos casos desde la formación de estos países, condicionan su independencia, agitan escaladas armamentistas y finalmente conflictos con la única vocación de hacer más fuerte su influencia política y dominación económica de regiones con muchos recursos naturales y enclavadas en lugares estratégicos a nivel geopolítico.

–¿La hipocresía de Europa se torció con la foto de Aylan Kurdi, el niño sirio muerto en las costas de Turquía?

–Es muy probable que hubieran tenido que cambiar igual su política de persecución y falta de solidaridad para con los migrantes. Pero es cierto que la foto sacudió a la opinión pública europea y de todo el mundo. La actitud inicial en el Viejo Continente cuando menos exhibía una falta de memoria histórica alarmante. La mayor migración registrada en la historia de la humanidad provino de europeos que escapaban de la Segunda Guerra Mundial y, después, de la destrucción y la miseria. Y fueron recibidos en las más diversas naciones del mundo. El desastre que múltiples gobiernos europeos generaron y en muchos casos siguen generando en África es otro asunto insoslayable. Desde el tráfico de esclavos hasta el de diamantes, el robo de petróleo y gas, pasando por el apoyo a gobiernos dictatoriales y guerras. ¡Europa debería ser solidaria aunque más no sea por culpa!

–Los países más ricos de la región no parecen demasiado interesados en aportar una solución al problema.

–No. Cada cual juega su juego. Los países del Golfo incluso han contribuido a estos conflictos. No reciben ningún migrante y en algunos casos envían armas para derrocar al presidente de Siria, Bashar al-Asad, lo que profundizó el conflicto y la crisis humanitaria.

–¿Cómo influye el tema de la desigualdad?

–Cada vez en forma más determinante. El condimento más fuerte de estas migraciones masivas es la guerra. Pero la miseria es un factor continuo y cada vez más importante. Toda persona quiere salir de la pobreza, tener una vida mejor, o al menos expectativas de conseguirla, para él, ella y sus seres queridos. Hoy la desigualdad entre Europa y la mayoría de los países de África y algunos del Medio Oriente es muy grande y, más que nunca, imposible de ocultar. Esa gente postergada ve por televisión, Internet o cualquier otro canal de comunicación que existen lugares donde se puede vivir muchísimo mejor. Y aspiran a acceder a esa calidad de vida y oportunidades.

–¿Cómo se puede encauzar la situación en Siria?

–Es muy difícil. Se trata de una situación muy compleja. Es una guerra interna entre un régimen dictatorial (que lleva bastantes décadas en el poder y que por el otro lado llevó al país al camino del desarrollo) contra insurgentes amparados por potencias occidentales. Ahora la presencia de Rusia se hizo mucho más visible y directa para apoyar al gobierno. Rusia tiene bases militares y un interés geopolítico y económico en Siria. Defiende sus propias ventajas. Por eso intervino en forma tan decidida. La situación para el pueblo sirio es terrible. Nadie sabe en qué momento le va a caer una bomba en la cabeza. Es un cóctel de muerte espantoso. Por eso huyen desesperados, más allá de que muchos son universitarios, tenían un buen poder adquisitivo y una vida plena. En Siria no queda casi nada. El primer paso para encauzar el drama sirio es la paz.

–¿Sería muy ingenuo imaginar que esta crisis de migrantes puede hacer que las grandes potencias piensen mejor el costo que pueden tener sus políticas intervencionistas?

–Ha habido cambios. Aunque es muy temprano para saber su real profundidad y convicción. Las posiciones iniciales de Alemania y Francia han cambiado. La casi total indiferencia del principio quedó atrás. La política de redistribuir a los migrantes según las posibilidades económicas y territoriales de cada país de la Unión Europea parece bastante razonable. A pesar de que enfrenta posiciones muy duras de rechazo por parte de países como la República Checa, Polonia y Hungría, por ejemplo. Es muy triste porque estos países exportaron refugiados a muchos lugares del mundo cuando huían de la dominación de la Urss. Son cuestiones difíciles de aceptar. Hasta en la Argentina se recibió una nutrida colonia de húngaros, entre muchos otros. Pero quizás haya más cambios estructurales de las grandes potencias a futuro. Ojalá.

–En Europa se justifica el rechazo a los migrantes por miedo a que entre ellos se oculten extremistas con capacidad de generar atentados. ¿Es verosímil esa hipótesis?

–Todo es posible. Pero según mi entender se agita ese fantasma por interés o ignorancia. Ese peligro se puede controlar con información. En el caso de Siria vienen de ciudades generalmente medianas y se conocen. No sería tan fácil que se infiltren justamente quienes luchan contra esos migrantes.

–¿Cuál es el verdadero poder e influencia del Estado Islámico?

–Estamos frente a la utilización de una religión por parte de algunos fanáticos y muchos mercenarios. El sostén del Estado Islámico es eso: fundamentalistas y mercenarios que aprovechan la situación geopolítica para ocupar tierras repletas de gas y petróleo que luego venden, lo que les da un poder económico muy importante. Detrás de todo esto están los intereses de las grandes potencias y una coyuntura donde las fábricas de armamento estadounidenses tienen un excedente y estimulan estos mercados. El oportunismo y el fundamentalismo son parte de las claves del Estado Islámico.

–¿Sería

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