Análisis de la película "Mi nombre es Khan"

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Así, en su viaje conoce a Mama Jenny y su hijo Joel, de origen afroamericano y le explican acerca del racismo ocurrido en la localidad y toma como ejemplo a Sam. Luego de una tormenta que inundo el pueblo donde vivía Mama Jenny y su hijo, Khan empezó a ayudar a las personas encerradas en sus casas y las llevaba a la iglesia donde estarían a salvo. Unos periodistas interesados en la noticia deciden cubrir el hecho y así el mundo conoce a Rizvan (un buen musulmán).

Inesperadamente, Khan es herido por un fanático de Faisal en el mismo periodo que se celebraba las elecciones presidenciales en Estados Unidos de 2008 y fue internado en el hospital sin haber cumplido la promesa. Días después, unos activistas insisten en que Khan conozca al presidente antes de que saliera y así finalmente la pareja conoce al presidente de los estados unidos en medio de las palmas de público asistente.

A lo largo de la película nos damos cuenta que en la mayor parte de la narración está en la carretera, de un lugar a otro, conectando con el resto de su historia por medio de flashbacks, a través de un diario en el que cuenta su experiencia a su esposa. La música que acompaña a los personajes en algunos momentos destaca más que los propios diálogos haciendo que nos emocionemos viendo la película. Se aprecian cortes bruscos entre los planos haciendo que la transición de la película por momentos violenta, pero, a medida que transcurren los minutos, la mirada se acostumbra y te introduces en el relato.

Esta película consigue que nos pongamos en los zapatos de los protagonistas que sufren por culpa de personas xenofóbicas y hacen que reflexiones, (siempre habrán personas buenas y personas malas sin importa el color de piel ni sus creencias religiosas) dejándote un mensaje claro “no se debe generalizar tras los malos actos que cometan otras personas”