El “Fracking” y los problemas ambientales

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En Colombia, la fractura hidráulica fue incorporada como tecnología de extracción de hidrocarburos alrededor de hace cincuenta años como un método de estimulación e incremento de producción en pozos de yacimientos convencionales ubicados particularmente en la zona del valle del Magdalena , la técnica fue crucial en el incremento de la producción de campos maduros que habían empezado su periodo de descenso productivo y resultó en muchos casos de gran éxito razón por la cual se popularizó en el país hasta la actualidad, de tal manera que según Leyla Tovar Aguirre (funcionaria de Ecopetrol) “entre 5% y 8% de sus pozos ha ingresado a esta tecnología, principalmente en los campos de Orito –al sur del país– y Catatumbo –en el nororiente–; así como algunos pozos en el campo de Cantagallo, Neiva y De Mares (Llanito y Lisama) en los dos últimos años.)

Si bien la tecnología del Fracking ha sido utilizada en el país por casi cinco décadas, el auge de la explotación de los denominados Hidrocarburos no tradicionales, auspiciada y fomentada por los Estados Unidos , la reconfiguración sociopolítica resultante del posicionamiento de este país como nuevo mayor productor de crudo en el mundo y las posiciones de diversas fuentes que argumentan el alto impacto ambiental de esta técnica y la necesidad de suspender y prohibir su implementación, ha situado a esta tecnología en el núcleo de una controversia nacional que se ve articulada alrededor de las normas proferidas por el Ministerio de Minas (Decreto 3004 el 26 de Diciembre de 2013 y Resolución de Marzo 27 de 2014) que permiten y regulan la práctica de esta técnica al interior de las fronteras de Colombia.

Que es el Fracking?

El Fracking es una técnica para la extracción de gas natural y petróleo del subsuelo. El procedimiento consiste en la perforación de un pozo en el cual, una vez alcanzada la profundidad deseada, se inyecta en el terreno agua a presión mezclada con arena y productos químicos, para ampliar las fracturas que encierran el gas o el petróleo en el subsuelo, y así favorecer su salida hacia la superficie. Países donde se ha permitido su aplicación, han visto diversos daños al medio ambiente, por lo que se ha prohibido en países de Europa, sin embargo recientemente se decretó una nueva ley en la reforma energética, en la que se permite su aplicación en estados del país como Veracruz, Puebla, Oaxaca y Nuevo León, en donde es evidente que afectará, puesto que son zonas donde hay escasez de agua.

Esta técnica de fracturación del suelo provoca diferentes problemas los cuales son tales como la contaminación de mantos acuíferos, un elevado consumo de agua, la contaminación de la atmósfera, contaminación sonora en las zonas donde es aplicada, migración de los gases y productos químicos utilizados hacia la superficie, contaminación en la superficie debida a vertidos, y posibles efectos en la salud derivados de todo ello. Los partidarios de esta técnica argumentan los beneficios económicos de esta técnica, puesto que anteriormente no era posible extraer estos gases. Sus oponentes, en cambio, señalan el impacto medioambiental, así como que también se han producido casos de incremento en la actividad sísmica, la mayoría asociados con esta técnica, todo estos problemas los vemos reflejados en países donde se practica el fracking el cual hace tan polémico este medio de extracción .

Cómo funciona el Fracking

Se hace una perforación y se inyectan abundantes cantidades de agua –entre 9 y 29 millones de litros por pozo–, junto con más de 2,500 productos y 750 tipos diferentes de químicos en el fluido. “Los expertos señalan que más del 25% de estas sustancias pueden causar cáncer y mutaciones, el 37% afectar al sistema endocrino, el 50% dañar el sistema nervioso y el 40% provocar alergias”, según la Alianza Mexicana Contra el Fracking. Los líquidos provocan fracturas en el suelo, con la consecuente e inevitable emisión de metano, un gas altamente contaminante que provoca un efecto invernadero 21 veces más potente que el dióxido de carbono.

Fracking en México

El fracking se extiende cada vez más por todo el territorio Mexicano sin que las autoridades informen a la sociedad los riesgos que ocasiona esta práctica, han alertado organizaciones civiles y especialistas en la materia.

En México, cada día se extiende más la práctica del fracking, un método de extracción de gas de esquisto que plantea importantes amenazas para el aire, agua y salud, de acuerdo con diversas investigaciones científicas que demuestran que los daños causados por esta técnica no pueden ser evitados a través de marcos regulatorios como lo pretende hacer el Gobierno federal a través de la Agencia Nacional de Seguridad Industrial y de Protección al Medio Ambiente del Sector Hidrocarburos (ANSIPA).

“La ANSIPA dice que está trabajando en un protocolo de lineamientos no vinculantes (no obligatorios) para las empresas, a partir de los cuales puedan regular la parte de la fractura hidráulica. Dicen que observando estos lineamientos podrán evitar la mayor parte de los impactos ambientales. Eso es mentira porque claramente tenemos el convenio de estudios donde la conclusión dice que esta actividad no se puede regular”, explicó Francisco Cravioto Lagos, investigador de la Alianza Mexicana contra el Fracking, en entrevista.

El especialista añadió que en el mundo no existe suficiente regulación que permita que esta actividad se realice de forma segura, por lo que esta práctica “se debe prohibir en México”.

La Alianza Mexicana contra el Fracking, conformada por 45 organizaciones que se encuentran presentes en toda la República Mexicana, desde 2013 ha presentado múltiples estudios y evidencia científica sobre las afectaciones de este método; sin embargo, exponen que las autoridades tanto federales como locales no han emitido algún pronunciamiento sobre esta práctica, a pesar de la preocupación de la ciudadanía.

Al contrario, dicen, “las autoridades parecen defender el fracking debido a que están coludidos con las empresas que buscan explotar estos mercados”, destacó Cravioto.

“En el tema se han hecho declaraciones tanto por el Gobierno federal a través de la Secretaría de Energía, la Comisión Nacional de Hidrocarburos, inclusive la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), pero éstas han sido para mitigar en la opinión pública las afectaciones de este tipo de proyectos y los promueven abiertamente descartando los estudios que han presentado las organizaciones”, añadió.

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