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EL ACHACHILA DE HUALLAT AUQUI.

Enviado por   •  25 de Abril de 2018  •  1.408 Palabras (6 Páginas)  •  230 Visitas

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NARRADOR(A) : Anastasio, junto con su esposa y niños lloraron tanto como si el ancianito fuese parte de su familia. Luego, decidieron enterrarlo al costado de su choza.

NARRADOR : Al día siguiente Anastasio subió al cerro para cumplir su promesa. Subió con mucha fe. Mientras caminaba recordaba todas las palabras que había escuchado del anciano.

NARRADOR(A) : También pensaba compartir todas las riquezas con las familias más pobres del lugar.

(Sonido de lluvia y truenos)

NARRADOR : Cuando llego a la cima descanso. Minutos después se oscureció misteriosamente, después cayó una torrencial lluvia acompañada de fuertes y continuos truenos que hacían derrumbar la tierra.

NARRADOR(A) : En medio a aquella lluvia se escuchó una voz muy grave que decía:

APU : ¡Ja ja ja ja…! ¡Por qué te asustas! ¡Yo soy el cóndor! ¡Tranquilo… yo tuve un pacto con el anciano al cual ayudaste! Ahora, por tu buen corazón, te daré muchas riquezas y deberás compartirlo con los más necesitados.

NARRADOR : Dicho esto desapareció. Así también, la intensa lluvia y los truenos cesaron como por arte de magia.

NARRADOR(A) : Anastasio había permanecido paralizado ante la misteriosa presencia del gigantesco cóndor. Pero en realidad era el apu Huallat Auqui, quien había tomado la forma del cóndor para hablarle a Anastasio. Después reaccionó y se preguntó:

ANASTACIO : ¡A donde se fue el cóndor…! ¡Y la lluvia…! ¡Y los truenos…! ¿Qué paso aquí? ¿Esto será todo? Mejor regreso a mi casa.

NARRADOR : Muy temeroso pum, pum, pum… bajo del cerro velozmente cayéndose muchas veces.

(Sonido de animales)

NARRADOR(A) : Al llegar a su choza se dio con la sorpresa de que en sus pequeños corrales había alpacas, llamas, ovejas, vacas y otros animales. Cuando entró a su choza vio muchos víveres y ropas. Su esposa muy sorprendida le preguntó:

KATITA : (Asombrada)

¡Anastasio! ¿De dónde has traído todos estos animales?

ANASTASIO : Katita es una bendición que nos envía el anciano al cual ayudamos. Antes de fallecer me dijo que me recompensaría con grandes riquezas.

KATITA : (Incrédula aún)

Entonces, ¿él nos envió estos animales, estas comidas, estas ropas y todo lo que hay?

ANASTASIO : Así es. El ancianito cumplió con su palabra.

(Sonido de animales, sonido de látigos)

NARRADOR(A) : Al día siguiente, Anastasio dejó todos los animales al cuidado de su esposa, luego se fue a la hacienda donde trabajaba como peón. Cuando llegó, le contó todo a su patrón:

ANASTASIO : ¡Patrón!, ¡patrón…! Anteayer por la tarde recogí de las pampas de Jipawi a un anciano y lo lleve a mi casa. Muy agradecido el ancianito me dijo que fuera al cerro Huallat Auqui para recibir mi recompensa. Cuando termino de hablar el ancianito falleció y lo enterré al lado de mi choza. Y ayer subí al cerro, allí escuche una misteriosa voz, después apareció un cóndor y me habló. Yo, después de permanecer paralizado muy asustado regrese corriendo sin siquiera mirar atrás. Cuando llegué a casa encontré los corrales llenos de animales, y muchos víveres dentro de mi casa.

Dime patroncito, ¿qué hago con todos esos animales y víveres?

PATRÓN : Fácil pues Anastasio, tráelos aquí. Recuerda… tú no tienes terreno para que los puedas criar.

ANASTASIO : (Con temor)

Pero en anciano me dijo que debía compartirlo con las familias más pobres de Pisac Umaña.

PATRÓN : (Furioso)

¡Ya te dije que lo traigas aquí y punto! ¡Ahora ve a traerlos!

NARRADOR : Anastasio no pudo negar la petición del patrón, porque este le dio varios latigazos.

NARRADOR(A) : Cuando llegó a su choza le dijo a su esposa y a sus dos pequeños hijos que tenían que arrear todos los ganados a la hacienda Garnica.

NARRADOR : Su esposa sin hacer pregunta laguna le hizo caso. En medio camino hacia la hacienda del patrón, se escuchó una voz encolerizada:

APU : (Muy enojado)

¿A dónde llevas todos los ganados? ¡Veo que olvidaste mi mandato! ¡Yo te dije que compartieras todo lo que te envié con las familias más pobres!

NARRADOR(A) : Anastasio al escuchar la voz del Apu sagrado se asustó e inmediatamente regresaron a casa con los ganados.

NARRADOR : Esa misma tarde Anastasio fue a visitar a las distintas familias llevando un par de animales.

NARRADOR(A) : Así lo hizo por varios días hasta cumplir con el mandamiento del apu Huallat Auqui.

NARRADOR : Desde aquel día Anastasio vivió feliz junto a su familia hasta el día de su muerte.

NARRADOR : Fue una producción de “La voz de José María Arguedas” con el auspicio de la Unidad de Gestión Educativa Local Chucuito Juli.

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