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El aborto y el origen de la vida

Enviado por   •  13 de Diciembre de 2018  •  5.238 Palabras (21 Páginas)  •  253 Visitas

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y hay muertes), pero existen secuelas importantes derivadas de estas manipulaciones, que pueden influir seriamente en el desarrollo de embarazos posteriores. Hay que mencionar también aquí el alto riesgo de alteraciones psíquicas que pueden aparecer muchas veces de forma tardía. El aborto supone frecuentemente para la madre, aunque se someta a él voluntariamente, un fuerte trauma psíquico. En suma, ningún aborto es “seguro” para la mujer que aborta. Se trata tan sólo de una manera de hablar, por contraposición a otros métodos que implican aún más riesgo.

9. ¿Por qué se llama “aborto terapéutico”?

Inicialmente se llamó así al aborto que se practicaba cuando entraban en colisión la vida de la madre y la del hijo. Hoy se extiende esta calificativo a cualquier dolencia o riesgo de dolencia. En este último sentido, se pretende sugerir que mediante el aborto se cura alguna enfermedad de la madre, aunque, en términos estrictos, un aborto provocado no cura nada, no es terapia de nada.

10. En caso de malformación o inviabilidad del feto, ¿No sería mejor acabar cuanto antes con la vida de esa guagua, antes de que la madre sufra 9 meses por un hijo/a que igual perderá?

(antes de leer la respuesta, es importante agregar a ella que esos problemas se pueden detectar a partir de las 14 semanas, cuando ya está definido hasta el sexo de la guagua y hasta ese entonces, es un embarazo deseado)

Ese argumento, propio del paradigma de los años 70, está obsoleto. El aborto no es ningún tratamiento para ninguna enfermedad psiquiátrica. Por el contrario, según Francisco Bustamante, psiquiatra académico de la Universidad de los Andes, “hoy se ha comprobado que con un aborto las probabilidades de que esa mujer desarrolle un trastorno psiquiátrico son muy altas”. De hecho, agrega Bustamante, las últimas investigaciones han motivado a que la Asociación Psiquiátrica de Gran Bretaña recomendara no aconsejar abortar a los pacientes con embarazos incompatibles con la vida, pues se sobre agrega un trauma que puede desencadenar mayor psicopatología de la que ya tiene. “Las pacientes que abortan quedan con un duelo no resuelto, un duelo patológico, que es muy perjudicial”, explica el Dr. Illanes. También la literatura médica muestra evidencias suficientes de que el aborto en sí mismo produce secuelas psicopatológicas. “En relación al llamado aborto “terapéutico” hay más evidencias aún. Y es probable que se desencadene un trípode sintomatológico clásico: culpa, depresión, angustia”, explica Verdier. Estos tres síntomas surgen simplemente por naturaleza. “Cualquier mujer sabe qué es estar embarazada, sabe que lleva una vida y espontáneamente habla de su hijo. No hay posibilidad de que eso lo discuta. Más aún, en el caso en que se descubre una malformación: esa mujer estuvo asistiendo al ginecólogo y haciéndose ecografías porque tenía una guagua. En esas mamás, no hay otra alternativa: la noción de hijo es patente y evidente, la sintieron y la vivieron. Ya tuvo sentimientos de madre, entonces quitarle la vida a esa guagua, es negar lo que ella sintió, lo que vio, y por lo mismo no es raro que posteriormente aflore la culpa, la depresión, la angustia”, dice Verdier.

12. ¿Es realmente un derecho de la mujer terminar su embarazo, bajo el argumento de decidir qué hace con su cuerpo?

¿Tiene una persona derecho a decidir sobre su propio cuerpo? Sí, pero hasta cierto punto. ¿Puede alguien eliminar a un vecino ruidoso sólo porque molesta a sus oídos? Obviamente no. Es igual en el caso del aborto. La mujer estaría decidiendo no sobre su propio cuerpo, sino sobre el de un ser que no es ella, aunque esté temporalmente dentro de ella. Además, la ciencia moderna reconoce que en un embarazo hay dos vidas y dos cuerpos. Mujer, según definición de diccionario, es un “ser humano femenino”. Dado que el sexo se determina cromosómicamente en la concepción, y más o menos la mitad de los que son abortados son “seres humanos femeninos”; obviamente NO TODA MUJER TIENE DERECHO A CONTROLAR SU PROPIO CUERPO.

13. ¿Es verdad que todo embarazo no deseado ya es de por sí una grave enfermedad psíquica para la mujer, y que por esta razón es mejor un aborto?

Esta es una de tantas creencias erróneas, que se mantienen como consecuencia de la ignorancia, deliberada o no, de una realidad tan evidente como que la vida se compone necesariamente de momentos felices y momentos tristes, e incluso amargos. El llevarse un disgusto grave, sufrir un desengaño importante o tener que soportar consecuencias desagradables de algo que se hizo sin medir el alcance de sus efectos, son cosas que ocurren continuamente en todos los órdenes de la vida, sin que por eso nadie pueda decir en serio que todos los que están en una situación así sufren una grave enfermedad psíquica. Los habrá que sí, pero es obvio que éste no es el caso corriente, ya que de lo contrario habría que aceptar el absurdo de que todos los hombres y mujeres sobre la tierra sufren una grave enfermedad psíquica por el

hecho de existir; el absurdo de que la existencia, por llevar consigo episodios infelices, es en sí misma una grave enfermedad psíquica.

De todos modos, aun suponiendo que una mujer que se encuentra embarazada sin querer estarlo sufre un trastorno psicológico de importancia, hemos de tener en cuenta que la experiencia demuestra que muchos, embarazos no deseados se transforman, si se deja nacer al hijo, en gozosas maternidades deseadas, y bien deseadas. La experiencia demuestra que lo más corriente es que un feto no querido se convierta en niño queridísimo cuando nace. Y eso no tiene nada de particular, porque la madre puede experimentar, ante un embarazo que no quería, una perturbación emocional que le dificulte el hacerse cargo cabalmente de quién lleva en sus entrañas, pero esa situación desaparece en cuanto oye al hijo llorar y lo ve agarrándose a su pecho para tomar su alimento.

Existen, sin embargo, casos en los que la madre detesta a su hijo ya nacido de todos modos, como hay madres, y padres, que aman intensamente a sus hijos cuando son pequeños y los odian cuando ya son mayores, por las circunstancias que fuere. En situaciones así, parece que la legislación más prudente será la que se ocupe de velar por la vida y la seguridad de los eventualmente amenazados, sobre todo si son desvalidos e inocentes de toda culpa (arbitrando sistemas de adopción, de acogida, de educación, etc.), y no una legislación que acepte como legal el infanticidio o el parricidio.

14. ¿Qué pasa si el hombre no quiere abortar?

Las leyes del aborto otorgan a la mujer el derecho a decidir

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