LA CONSTRUCCIÓN DE LA ENUNCIACIÓN.

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Existen las enunciaciones que se creen que son monólogos, esas que no son más que pensamientos dichos en voz alta donde el hablante no espera a un oyente diferente de el mismo, se afirma que estas intervenciones intimas si tienen un oyente potencial aunque el hablante ni siquiera haya pensado en eso, se puede evidenciar en la vida cotidiana de todos nosotros cuando pensamos nuestros problemas y nos empezamos a preguntar y responder, el enunciado se va fraccionando de tal manera que toma característica dialógicas.

Para identificar las enunciaciones dialógicas se tiene en cuenta la sociojerarquía, pues se debe tener en cuenta el cómo expresamos el discurso dependiendo del auditorio en que la situación se encuentra, utilizar cierto tipo de lenguajes y cuales gestos se pueden utilizar, o la manera de expresarnos para que el oyente potencial pueda estar a gusto y entender lo que hablante quiere decir, en si es el uso de los buenos modelas en el auditorio.

Retomando a la parte extraverbal de la enunciación, sabemos que no podemos tomar una frase dicha por el hablante a su oyente y simplemente saber que significa ya que nos encontramos ajenos a las situación en que se encuentra desarrollado dicho dialogo, pues en cada situación puede tomar un significado diferente, para conocer lo que el hablante quiere decir con esa frase necesito saber el cómo, el cuándo y hasta el por qué, estas preguntas el hablante y el oyente no se las necesitan hacer, pues son lo sobreentendido de la situación en que se encuentran, por eso para que el hablante y el oyente puedan tener una comunicación tienen que estar unidos por una misma situación.

Para determinar la estructura de la enunciación sabemos que se tiene que tener en cuenta la situación y su tipo social de auditorio, ahora hablaremos de una de las partes más importante de la enunciación la entonación, pues solo al cambiar la entonación de un enunciado podemos darle un significado completamente diferente, la entonación va ligado a la situación y a la organización social, por ejemplo para que un trabajador raso pueda dirigirse a su superior de manera adecuada a la jerarquía social debe emplear cierto tipo de entonación y escoger las palabras que va a utilizar, para hacer su enunciación armoniosa, y en caso de que la diferencia de rango social sea muy alta debe buscar siempre agraciar a su oyente superior, usando un lenguaje más elaborado y suprimiendo la utilización de los pronombres personales, es decir no tutear, también debe tener en cuenta hasta que tipos de gestos puede hacer y el comportamiento que debe tener para que su superior no se sienta ofendido y pueda comprender lo que su subordinado le quiere transmitir.