Nevus
Enviado por tolero • 16 de Mayo de 2018 • 2.382 Palabras (10 Páginas) • 308 Visitas
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algunos nevos melanocíticos que desde su origen son lesiones exclusivamente intradérmicas y carecen de componente juntural, y estas lesiones son los nevos azules y sus variantes y se cree que son el resultado de la proliferación de melanocitos que en su migración embriológica desde la cresta neural no llegan a alcanzar la unión dermo-epidérmica y quedan atrapados en el espesor de la dermis, estos nevos azules son intensamente pigmentados y su coloración azulada se debe a que existe abundante pigmento también en las áreas profundas de la lesión por lo que se trata de pápulas hemisféricas de superficie lisa, con coloración azul oscura o negruzca, de consistencia firme y que se localizan preferentemente en el cuero cabelludo, frente, cara, dorso de manos y pies, región glútea y tobillos.
El nevo de Ota es otra melanocitosis dérmica que afecta a las partes laterales de la piel inervada por las dos primeras ramas del trigémino, por lo que la lesión consiste en una pigmentación maculosa azulada o grisácea de la frente, región periorbitaria, esclerótica, conjuntiva, mejilla y ala nasal, cuya pigmentación también se extiende a la mucosa nasal, bucal y conducto auditivo externo homolateral, este nevo es más frecuente entre japoneses.
Los nevos melanocíticos congénitos son lesiones que están presentes en el momento del nacimiento y son menos frecuentes que los adquiridos ya que parece ser que sólo el 1% de los recién nacidos tienen uno o más nevos melanocíticos en el momento de nacer, se trata de lesiones de mayor tamaño que los nevos melanocíticos adquiridos, afectando a veces grandes áreas de la superficie corporal con una distribución “vestimentaria”, la superficie de la lesión suele ser rugosa o papilomatosa y con frecuencia se observan gruesos tallos pilosos terminales en su interior, además los nevos melanocíticos congénitos se han clasificado en gigantes, cuando la lesión mide más de 20 cm de diámetro, y no gigantes, cuando la lesión mide menos de 20 cm de diámetro.
La importancia del tamaño está en la posibilidad de degeneración en melanoma, porque aunque la proporción varía mucho de unas series a otras, está claro que los nevos melanocíticos congénitos muestran mayor potencial de degenerar en melanoma que los nevos melanocíticos adquiridos y que esta probabilidad es mayor cuanto mayor sea el tamaño de la lesión.
HISTOPATOLOGÍA
Los melanocitos neoplásicos tienden a invadir la dermis y los nevos junturales se transforman primero en nevos melanocíticos compuestos, con tecas junturales y tecas en la dermis superficial y posteriormente en nevos melanocíticos fundamentalmente intradérmicos, en los que se pierde el componente juntural o este es muy escaso y la lesión está constituida por nidos de melanocitos que ocupan un espesor variable de la dermis, esta evolución desde nevo juntural a nevo compuesto y nevo intradérmico va acompañada de un cambio morfológico de los melanocitos que constituyen los nidos o tecas de células névicas.
En los nevos junturales, los melanocitos de las tecas junturales son melanocitos epitelioides o células névicas tipo A, con abundante citoplasma eosinófilo pálido y núcleo vesiculoso, los nidos intradérmicos superficiales están constituidos por melanocitos linfocitoides o células névicas tipo B, que recuerdan a linfocitos porque son células névicas con escaso citoplasma y un núcleo redondo e hipercromático.
En las lesiones intradérmicas de largo tiempo de evolución los melanocitos de las áreas más profundas de la lesión muestran morfología de células fusiformes o células névicas tipo C y con frecuencia se agrupan en estructuras que recuerdan pequeñas fibras nerviosas, constituyendo la diferenciación neuroide de un nevo melanocítico.
Este cambio morfológico de las células névicas desde la superficie a la profundidad de la lesión se denomina maduración y es un signo histopatológico muy útil a favor de la benignidad de la lesión, ya que los melanomas no muestran este tipo de maduración y muchas veces los melanocitos neoplásicos de un melanoma son más grandes y más epitelioides en las áreas profundas que en las superficiales de la lesión.
Existen algunas características histopatológicas específicas dependiendo del tipo de nevo melanocítico que se trate.
El nevo displásico o nevo de Clark es un nevo juntural o compuesto, pero confinado a la dermis papilar, que muestra nidos junturales y en la dermis superficial una pápula central y nidos sólo junturales en el halo periférico.
El nevo de Miescher es una lesión exoendofítica o completamente endofítica, predominantemente intradérmica o con escaso componente juntural, con forma de V abierta hacia arriba y que se extiende hasta la dermis reticular profunda o incluso la hipodermis.
El nevo de Unna es también una lesión exofítica, de superficie papilomatosa, predominantemente intradérmica o con escaso componente juntural, en la que los nidos de melanocitos están confinados en una dermis papilar ensanchada y se observan grietas entre los cordones verticales de células névicas que simulan espacios vasculares.
El nevo de Spitz, es un nevo melanocítico adquirido, puede ser juntural, compuesto o intradérmico, y cuando tiene componente juntural esta cubierto por una epidermis hiperplásica, la lesión propiamente dicha esta constituida por nidos junturales de gran tamaño y a veces dispuestos verticalmente y se observan dos tipos de melanocitos en estos nidos junturales: unos son grandes, epitelioides, de morfología poligonal y de amplio citoplasma eosinófilo y otros son fusiformes y con escaso citoplasma, frecuentemente, se observan células névicas salpicadas en capas altas de la epidermis, lo que plantea el diagnóstico diferencial histopatológico con el melanoma in situ.
Todas las melanocitosis dérmicas muestran la misma histopatología, que consiste en la presencia de escaso número de melanocitos fusiformes, con largas dendritas y abundante contenido melánico salpicados intersticialmente entre los haces de colágeno de la dermis, algunas melanocitosis dérmicas están constituidas por un número tan escaso de melanocitos dendríticos fusiformes que es fácil confundirlas histopatológicamente con piel normal.
Los nevos melanocíticos congénitos también muestran algunas características histopatológicas diferentes a los nevos melanocíticos adquiridos. Aunque estas características histopatológicas no son absolutamente distintivas y pueden observarse también en nevos melanocíticos adquiridos, la infiltración de anejos, paredes vasculares o nervios por células névicas, así como la presencia de células névicas dispuestas perivascularmente o “en fila
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