PATRONCITOS DE UBINAS
Enviado por Sandra75 • 19 de Abril de 2018 • 2.509 Palabras (11 Páginas) • 311 Visitas
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El valle de Ubinas es típico de aquellos de la serranía, caracterizado por su agricultura de andenería en donde se cultiva productos de pan llevar en los suelos sumamente accidentados. Los principales productos son: trigo, cebada, habas, papas, oca, alfalfa, maíz, resistentes a las inclemencias del clima, por ser zonas de vida frígida. La Andenería típica con sus cultivos andinos constituyen un atractivo de vistoso panorama, especialmente en los meses de enero a junio.
- FESTIVIDAD DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN
En el distrito de Ubinas tenemos 3 festividades importantes:
- 1 de enero: Niño Jesús de Praga
- 24 de junio: San Juan Bautista.
- 8 de diciembre: Inmaculada Concepción.
Relacionado a nuestro tema, está la Festividad de la Inmaculada Concepción. Esta se realiza cada 08 de diciembre. La fiesta es asumida por un devoto principal y otros menores que se encargan de la quema de “Chamiza” o “Kapo”, de los castillos (generalmente llegan a 3), de cirios, etc., mientras que el devoto principal, afronta el mayor gasto como: la banda de músicos, (que llega desde Yunga, Ichuña, y San Miguel), el convite (para todo el pueblo), la misa de honor, la procesión, la presentación de la danza “Los patroncitos”.
La fiesta tiene una duración de 3 días, amenizada por una banda de músicos y otra de sikuris, (que llegan de Ichuña, Yunga, o Chojata), en la que se puede apreciar la participación de todo el valle de Ubinas, con bastante fe religiosa.
El 1er. día se produce la entrada de “Chamiza” a lomo de bestia (llamas, asnos) se descarga en la plaza, frente a la Iglesia, y se empieza a quemar desde que oscurece aproximadamente 6.00 p.m., esto congrega a todo el pueblo, previamente se instalan los castillos de fuegos artificiales, la banda de músicos, los sikuris.
El día central 08 de diciembre, mientras que en casa del devoto se prepara el convite que consta de 2 platos, generalmente a elección del devoto a partir del mediodía se realiza la misa de honor con asistencia del devoto, autoridades, visitantes y personas del pueblo. Aproximadamente a las 2 de la tarde luego de la misa se procede a la procesión que recorre las calles de Ubinas a la Santísima Virgen de la Inmaculada Concepción.
Haciendo paradas a cada altar que se haya preparado, inmediatamente se procede a ubicar a la patrona de Ubinas en la puerta de la Iglesia y frente a ella el devoto bate la bandera peruana, la hace girar en ambas direcciones en señal de despedida de su cargo, se procede luego a agradecer a los devotos, y otros colaboradores, luego se apuntan en el libro de actas los devotos para el próximo año. Seguidamente culminada esta ceremonia aparecen Los patroncitos, en una agrupación dirigida por un arriero mayor o personaje de mayor edad danzando al compás de melodías y cantos propios del lugar y en alusión a los viajeros comerciantes que llegaban de Tucumán (Argentina).
De la misma forma, que el día anterior se convierta en una fiesta del pueblo con animación de la banda y Sikuris, que tocan alternando con la danza de los patroncitos. A veces el convite se realiza en casa del devoto, trasladando la fiesta a su casa. Otras veces, se realiza en la plaza.
1.3. LOS ARRIEROS TUCUMANOS
Los historiadores nos comentan en sus publicaciones, que el arriaje es una actividad comercial que viene desde la época colonial, la cual era económicamente fructífera no solamente para ellos sino también para el territorio al que llegaban, en este caso el Perú, como cita lo siguiente:
“En este sentido, el surgimiento de la arriería colonial dentro de la gobernación de Tucumán estuvo directamente relacionada con el desarrollo y consolidación del espacio económico peruano, cuyo centro estaba dado por los mercados mineros de Potosí y el sur de la actual Bolivia.” (Conti y Sica: 2011)
Aquí, nos hacen referencia que los arrieros hacían largos viajes desde Argentina, especial mente desde las provincias de Jujuy, Buenos Aires, Tucumán trayendo mulas para el trabajo, además de productos propios de las tierras argentinas que comerciaban o intercambian por otros productos de los lugares a los cuales llegaban. En el blog Nuevo Mundo también nos citan lo siguiente:
“En la etapa colonial, el arrieraje desde Jujuy comprendía a las mercancías que arribaban a la ciudad en carretas procedentes de Buenos Aires, Córdoba o Tucumán y que debían continuar su viaje hacia los centros de venta en el Alto Perú, de donde retornaban con tocuyos, coca y productos de la costa del Pacífico.” (Conti y Sica: 2011)
Esta referencia nos recalca lo expuesto anteriormente. Así mismo también encontramos que los arrieros no eran los únicos dedicados al comercio en los andes, sino que también competían con otras economías como cita la siguiente:
“En 1870, troperos y arrieros tucumanos abastecían con el producto a Santiago del Estero, Catamarca, La Rioja, Córdoba, Valles Calchaquíes, Salta y, en reducidas cantidades, a las provincias de Cuyo, pero ya en 1874 se hacían especulaciones sobre las posibilidades de competir en el mercado chileno, entonces abastecido con azúcares peruanos, brasileños, franceses, alemanes y norteamericanos.” (Bonaudo: 1999)
Teniendo todo esto en cuenta, podemos considerar los extensos viajes que realizaban los arrieros en busca de una buena economía. Estos eran recibidos en los pueblos y como suele ser en todos los lugares, especialmente en territorio peruano, su llegada era contada con sarcasmo y exageración debido a que eran caballeros de tez blanca, con narices prominentes, ojos claros, fornidos y de barba larga por el descuido de sus largos viajes.
Es así, como adherido a la creencia cristiana y de la necesidad que hizo que los arrieros tucumanos lleguen a menudo a estas tierras a comerciar productos generando una sátira que poco a poco fue tomando forma de danza gracias a la música de los pobladores, que fue surgiendo la danza de los Patroncitos o Arrieros de Ubinas.
CAPÍTULO II
LOS PATRONCITOS DE UBINAS
2.1 CONTEXTO HISTÓRICO
Los historiadores indican que el acarreo de azogue se hacía desde Huancavelica hasta Chincha, y de las minas de San Juan (Caylloma) hasta Ilo, por tal motivo se necesitaba entre 80,000 y 100,000 mulas anualmente, ya que debían prever la muerte de algunas de ellas en el camino por falta
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