¿Quién soy yo? ¿Quién eres tú?

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Pero ¿quién determina qué es correcto y qué no lo es? Nadie posee una verdad absoluta, pues todos somos humanos, por lo cual, todos cometen errores y obtienen aprendizajes de ellos. La sabiduría de nuestros abuelos y las personas de mayor edad, vinieron justamente de ellos, pues la vida se trata de aprender con el paso del tiempo y las experiencias de vida, no metiendo todos los libros de una biblioteca en la mente: “No hay que confundir nunca el conocimiento con la sabiduría. El primero nos sirve para ganarnos la vida; la sabiduría nos ayuda a vivir.”-Sorcha Carey.

El ser humano busca constantemente el pleno conocimiento y control de todo lo que le rodea, y con ello, también interpreta y predispone su juicio a que el resto de individuos pretende planear el futuro, estudiando analíticamente el pasado, dejando en último plano el presente. Pasamos toda nuestra vida ambicionando lo que la otra persona posee, o simplemente esperando que “lleguen tiempos mejores”, esperamos que llegue el Viernes para poder ir de fiesta, que sean vacaciones para descansar y tener tiempo libre, que terminemos la carrera para comenzar a ganar dinero, que ya llegué la jubilación, y cuando menos nos damos cuenta la vida se nos ha escapado de las manos y lo único que hemos hecho es esperar sin disfrutar un solo instante de nuestro tiempo.

“Todos hablan de libertad. Distintas personas, diferentes razas y distintos países luchan por la libertad en todo el mundo. Pero ¿qué es la libertad? La verdadera libertad está relacionada con el espíritu humano: es la libertad de ser quienes realmente somos.”

-Los cuatro acuerdos, Dr. Miguel Ruiz, Edit. Urano, pág. 111.