Rebelión,sedición,motín.
Enviado por Sara • 4 de Abril de 2018 • 7.863 Palabras (32 Páginas) • 259 Visitas
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En este trabajo nos limitamos a describir en lo que concierne a la rebelión, sedición y motín. Porque creemos necesario para el mejor entender de cada uno de los lectores, ser precisos en los puntos a tratar y señalando algunas jurisprudencias, algunos ejemplos. Hemos visto conveniente en casi cada uno de estos delitos agregar sus respectivas concordancias para un mejor entender.
La primera descripción en lo que concierne al delito de Rebelión describimos un caso que suscito en el Perú a finales del 2004 y comenzando el año 2005 en donde se detalla el caso de Ollanta Humala
Por otro lado también hablaremos del Derecho Penal Electoral y concretamente a los "Delitos Electorales o también conocidos como delitos contra el derecho de sufragio” ,si bien toda Sociedad Democrática busca que su ciudadanía participe en forma responsable en las Elecciones de sus representantes, hay infracciones que se dan y deben ser reprimidas.
Finalmente se hablara del Derecho Electoral, se explica los antecedentes el concepto, se hara mención a los artículos establecidos en el código penal para estos delitos y se comentara algunos casos en los que se presentan los mismos.
DELITOS CONTRA LOS PODERES DEL ESTADO Y EL ORDEN CONSTITUCIONAL.
CAPITULO I
- ANTECEDENTES DE REBELIONES EN EL PERÚ
El Perú siempre ha sido un país de rebeliones, revueltas, revoluciones, alzamientos, asonadas y golpes de Estado. Particularmente el sur del país tiene una larga y arraigada cultura de la revuelta, desde Ollantay hasta el teniente-coronel Ollanta Humala, cientos de páginas se podrían escribir sobre ellas. Podemos decir con cierto orgullo que, al menos en golpes, somos los primeros.
En estas tierras ha habido, hay y con seguridad, habrá siempre "salvadores de la patria" que no dudarán en recurrir a la fuerza para derrocar a un tirano o para hacerse de todo el poder.
En esta oportunidad les ofrecemos las rebeliones a partir de los años 60 hasta el caso Ollanta Humala.
Las rebeliones de los años 60: Los años 60 fueron plagados de rebeliones y de movimientos guerrilleros inspirados por el éxito de la revolución cubana. Hugo Blanco y Luis de la Puente Uceda fueron los más famosos líderes revolucionarios. Se realizaba la toma de pueblos, haciendas y puestos militares con el fin de ganar adeptos. Pero a la población no le interesaba la ideología que predicaban y no los respaldó.
Fernando Belaúnde no trajo la ansiada estabilidad al Perú. En 1968 su gobierno firmó un convenio con la International Petrolium Company que tuvo el apoyo multipartidario. Pero el Director de la Empresa Petrolera Fiscal, Carlos Loret de Mola, denunció que había desaparecido la página once del acuerdo, donde estaría estipulado el monto de la indemnización que pagaría el Estado a esa empresa. Se produjo un gran escándalo que llevaría a una nueva rebelión. El 3 de octubre se produce un golpe de Estado que depone a Belaúnde. La junta militar presidida por el General Juan Velasco Alvarado contaría con el apoyo de la izquierda peruana y del partido comunista.
El Gobierno Revolucionario de las FFAA: El gobierno de Velasco nacionalizó los recursos, reformó el agro, la educación, expropió las empresas, los bancos y los medios de comunicación. El autoritarismo campeaba y la radicalización de los bandos opuestos era evidente.
Fue un buen momento para que el General Francisco Morales Bermúdez planeara un "relevo institucional", es decir, un golpe al golpista, que se produjo en agosto de 1975.
El "relevo institucional": Morales Bermúdez estuvo cinco años en el poder y durante su gobierno continuaron confiscados los diarios y canales de televisión. También siguieron los encarcelamientos y las deportaciones de los críticos al gobierno. Fue entonces que se engendran las rebeliones y el terrorismo que sacudirían al país durante los años 80 e inicios de los 90. El alzamiento de dos grupos armados que sembrarían el caos y la muerte en el país y que dejarían un saldo de más de 25 mil muertos (70 mil según la Comisión de la Verdad instaurada en 2001).
El Autogolpe de Fujimori: En 1990, en medio de la híper-inflación y la violencia terrorista, Alberto Fujimori llegó al poder sin ningún apoyo de los partidos políticos tradicionales y tuvo que enfrentar una fuerte oposición en el Parlamento. Fujimori acusaba al Congreso de ser "paquidérmico" y el Congreso a Fujimori de tener actitudes "totalitarias".
La discusión terminó el 5 de abril de 1992, a la voz de "disolver", cuando Fujimori cerró el Congreso e intervino el Poder Judicial, tomando el poder absoluto. El sui generis golpe sería conocido como "el autogolpe" de Fujimori y contó con un respaldo de entre el 80% y el 90% de la población.
El gobierno de mano dura de Fujimori consiguió vencer la híper-inflación y capturar a los cabecillas terroristas.
Sin embargo, Fujimori las vería difíciles cuando el 13 de noviembre de 1992 el Gral. Jaime Salinas Sedó lideró un "contragolpe" que a última hora fue debelado y sus líderes encarcelados.
Luego de ello Fujimori hizo una nueva Constitución, fue reelecto e "interpretó" la Constitución para reelegirse nuevamente.
Montesinos y su intento de tomar el poder: En el año 2000 se hicieron evidentes las fraudulentas manipulaciones del asesor presidencial Vladimiro Montesinos, el cual controlaba casi todas las instituciones del Estado, sobre todo, las Fuerzas Armadas. Tras exhibirse un vídeo donde Montesinos sobornaba a un congresista, Fujimori destituyó a Montesinos y anunció que acortaría su tercer mandato.
Pero al asesor presidencial no le gustó la idea y trató de mantenerse en el poder deponiendo a Fujimori y colocando a un títere en su lugar, sin embargo, gracias a la presión popular por regresar a una verdadera democracia, Montesinos se vio obligado a huir y vivir en la clandestinidad por varios meses hasta ser encarcelado.
Cuando los humalas eran buenos: Mientras Fujimori y Montesinos se peleaban, en Moquegua surgió una rebelión periférica liderada por el teniente-coronel Ollanta Humala y su hermano, el militar retirado, Antauro Humala secundados por 50 soldados.
Los Humala se dieron a conocer entonces, como los líderes de un movimiento ultranacionalista, racista y xenófobo llamado "etnocacerista" que proponía la supremacía de la "raza
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