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1830: Bajo la sombra del terrateniente

Enviado por   •  5 de Septiembre de 2018  •  4.866 Palabras (20 Páginas)  •  483 Visitas

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(La Esposa ve cuando el terrateniente se aleja, y llama cuidadosamente a la esclava)

- Dorotea: Can… acércate Can ven.

(La esclava se acerca a su ama)

- Candelaria: Si ¿mi señora?

- Dorotea: Necesito decirte algo, esto no lo puede saber nadie excepto tu y yo

¿De acuerdo? Esto se queda aquí

- Candelaria: Dígame ama. ¿Qué desea?

- Dorotea: Tengo una idea para deshacernos de mi esposo. Y sé que esto te va a gustar.

- Candelaria: No ama, ay Dios mío, como puede pensar esas cosas señora…

- Dorotea: Sé que te suena como una barbaridad. Pero he notado como te trata mi esposo, sé que a ti no te agrada y honestamente a mí tampoco me gusta que él nos trate de esa manera.

- Candelaria: ¿Pero ama cuáles son sus planes?

- Dorotea: Mmm bueno, tengo la intención de matarlo y hacerlo desaparecer de nuestras vidas.

- Candelaria: ¿Y cómo piensa hacerlo mi señora?

- Dorotea: Bueno, en realidad aún no lo sé. Pero él merece sufrir bastante por todo lo que nos hizo pasar.

- Candelaria: ¿Pero señora yo como voy a poder hacer todo eso que dice?...si algo sale mal y se da cuenta de esto me matará!

- Dorotea: No te preocupes candelaria, yo solo necesito que me ayudes. Y si algo sale mal, le diré que fue mi idea y no te hará algún daño.

- Candelaria: Esta bien mi ama, yo la ayudaré. Pero dígame, que tengo que hacer.

- Dorotea: Aún no lo sé can. Pero, algo se me ha de ocurrir…

- Dorotea: Ya sé. Talvez tú puedas hacer un té de hiervas venenosa, yo se lo doy. Así moriría muy dolorosa y lentamente, tal como merece.

- Candelaria: Pero ama, estamos en pleno 1839, las últimas guerras de la independencia han dejado el país en quiebra, y los campos no se han recuperado todavía, la hierba que necesitamos es muy escasa , y no se halla muy cerca de aquí.

- Dorotea: Cierto Candelaria, se me escapaba ese pequeño detalle. Pero podemos hacer otra cosa…. Y si mandamos a alguno de los esclavos del campo a que consiga una serpiente, extraiga su veneno y se lo damos en la comida. Así se retorcerá en el suelo cuando el dolor lo invada desde sus entrañas como la víbora rastrera que es.

- Candelaria: Mi señora, perdone la interrupción de nuevo. pero los otros esclavos trabajan en las afueras de la hacienda, y esta es una de las más grandes del país, como para irlos a buscar nosotras… aquí solo estamos el Señor Claudio Blanco, usted y yo.

- Dorotea: Perfecto solo estamos mi esposo tu y yo. Excelente, así nadie sospechara cuando acabemos con él. Si solo pudiera hallar la manera de deshacernos de él…solo tengo que…ya sé, prepara un té de hierbas para dormirlo, yo se lo doy y luego yo me encargo del resto.

- Candelaria: eso si señora, cerca de aquí se encuentran unas hiervas que puedo usar para eso… solo dígame para cuando lo necesita y yo se lo hago.

- Dorotea: Está bien, excelente. Pero aún no lo sé, quiero esperar a que mi esposo se valla a Caracas, y que firme los papeles del terreno, y así cuando acabe con él, todo esto me pertenecerá.

- Candelaria: Bien ama, solo avíseme para cuando lo quiere, yo me encargo de buscar las hierbas y hacer el té.

(Se acerca el terrateniente a la cocina, y la esposa advierte a la esclava para que salga del lugar)

- Dorotea: ¡Can, Can, sal de aquí… Viene mi esposo!

(Sale la esclava de la cocina y el terrateniente entra)

- Claudio: Todavía estas aquí mujer? Eres como el excremento del ganado, desagradable pero en todos lados.

- Claudio: Me voy a acostar, estoy cansado mujer. No me fastidies.

- Dorotea: Pero aún es muy temprano.

- Claudio: ¿Acaso pedí tu opinión mujer?

- Dorotea: No señor.

- Claudio: Eso imagine.

(El terrateniente se retira a la habitación y se recuesta en su cama)

(La esposa lo acompaña desde lejos)

- Dorotea: Mi amor, sé que viajaras a caracas a firmar los papeles de un terreno.

- Claudio: Mujer ya te he dicho que no te metas en mis asuntos.

- Dorotea: Lo sé mi amor, pero solo quiero saber cuándo partirás, para poder acomodar y organizar lo que necesitas para el viaje.

- Claudio: Parto dentro de dos meses y necesito provisiones para seis meses como mínimo. Tal vez regrese a mitad del año próximo. y cuando regrese, seremos los terratenientes más ricos del país.

- Dorotea: Está bien mi amor. Te tendré todo listo para entonces.

- Claudio: Ya déjame dormir. mañana nadie se va a partir la espalda trabajando en mi lugar.

(El terrateniente se queda dormido y la esposa le susurra al oído, sin que éste se dé cuenta)

- Dorotea: Descansa, pero cuídate, no te imaginas lo que vendrá.

(Entra Astolfo)

(El minifundista llega de su viaje y llama a su esclavo para que lo atienda)

- Astolfo: Pilato! He llegado de mi viaje. Dele de comer a los caballos y guárdelos en el establo.

- Pilato: Si, mi amo

- Astolfo: He terminado de cerrar el trato y muy pronto tendré otra extensión de terreno y por supuesto tú serás libre.

(El esclavo guarda a los caballos)

(Entra Claudio)

(Cl audio se levanta de su cama y llama a su esposa)

- Claudio: Doroteaa! Ven acaa!

-

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