Cien años de soledad, escrito por Gabriel García Márquez

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El autor nos inmerge en conflictos políticos que tratan de asimilar las guerrillas datadas de Latinoamérica en las cuales el coronel Aureliano Buendía es principal participe, y no ha de involucrarse en este medio por ningún bando político, si no, por mera humanidad al notar los fraudes que se realizaron en macondo cuando se intentó instaurar un régimen gubernamental.

Para poder tener un desenlace en la historia se debe encontrar el momento exacto que el autor nos oferta como clímax, y sin miramiento puedo decir se encuentra precisamente con la introducción del ferrocarril a macondo llevado por Aureliano triste (uno de los 17 hijos del Coronel) pues con ello llega población de lugares varios y empieza un multiculturalismo y convivencia con gente externa, se introducen muchas nuevas invenciones como la proclamada luz eléctrica y telefonía. Dentro de esta etapa se describen múltiples etapas de bonanza y miseria en el ya no tan pequeño pueblo, lo que hace referencia a las épocas de crisis de cualquier nación así como sus etapas de crecimiento.

Este clásico literario nos ofrece un desenlace con el fin de la estirpe que según Melquiades, uno de los primeros gitanos en llegar a macondo, las estirpes que estaban condenadas a cien años de soledad, no tenían una segunda oportunidad en la tierra. El ultimo descendiente fue llamado Aureliano, hijo de Aureliano Babilonia y Amaranta Úrsula Buendía, relacionados como sobrino y tía, sin ser de su conocimiento, y así como la primera generación de Buendía temían por un hijo con cola de cerdo, a ellos últimos creadores de la estirpe que no tenían uso de razón acerca del parentesco y mucho menos de la leyenda, les salió su hijo y ultimo Buendía con cola de cerdo. Así como macondo surgió con los Buendía, llego a su fin y culmino con el último descendiente, pues no quedaba nadie en el pueblo que no tuviera parentesco familiar.

El propósito general de la obra es narrar desde ejemplos coloquiales la vida que vivimos día a día, el cómo las cosas se repiten de generación en generación, el desarrollo de una civilización partiendo de la nada y culminando con el descontrol de la propia creación.

El autor nos transmite con su obra el paso de la novela basada en la realidad a la fundamentada en lo maravilloso, pues parte de acontecimientos tangibles y comunes en cualquier sociedad pero le da un giro de maravilla al hablar de cosas inexplicables, claro ejemplo de esto es la subida al cielo de Remedios, la bella, cuando no se trataba más que de un evento de escape enamoradizo, pero así mismo el autor nos envuelve en su historia al narrarlo como en hecho fantástico y de magnitudes superiores, en lugar de dejarlo como una simple realidad. Así como esto ocurren eventos fortuitos que se presentan en nuestra vida común y lo conocemos hoy día como el conocimiento empírico e intuitivo, al hablar de la magia en la lectura de cartas, en el conocimiento de la venida de la muerte o anteponerse a algún evento que no hay forma de saber qué ocurriría, los hilos de sangre en la calle anunciando muerte, y las pláticas prolongadas con los muertos que nos visitan como si nunca se hubiesen ido, el asombro con que es visto el centenar de eventos ocurridos en macondo por los residentes, pero así como ellos, nosotros, yo en particular, somos inmersos en un mundo paralelo, donde lo inexplicable tiene fundamento y no se hace un evento extra normal, simplemente se aprende a ver la vida de la forma que lo hacen los habitantes de macondo al momento de leer y vivir dentro de las páginas de este clásico literario, cien años de soledad.

En lo personal ha sido un honor leer una obra maestra, llena de sorpresas y con un millar de cosas por analizar y descubrir.