DISCURSO: LA SUSTANCIA DE LA POESÍA.

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El poeta reconoce esa sensación espontanea, eso que puede ser llamado: iluminación, lira, arrebato, entusiasmo, musa, numen, sugerencia, sugestión, vena, excitación, soplo, aspiración, inhalación, respiración, henchimiento o comúnmente dicho inspiración es una sustancia fundamental para un poema, también parte de la receta es la técnica, la malicia, la pasión, el pesar, los hallazgos y cadencia. De sus manos desnudas comienzan a aparecer imágenes, desprenden realidades, el lenguaje se mezcla con un universo de emociones, que duelen o regocijan al escribiente, es un estado de emergencia dentro del individuo, se convierte en una necesidad escribir y liberar todas esas ideologías; eso que hace enfadar a los Dioses.

Esto hace creer que el poeta tiene que pasar por fases, pienso en humillación, conocimiento del ser mismo, el estudio, el ocio y la vagancia, reconocer que ha sido tocado por la mano de Aglaya y le ha dado el donde la creatividad, se debe arrastrar, ser humilde, crear y ser creado, inventar y ser reinventado, encontrar y ser encontrado. El poeta sabe que tiene que hacer esto y más, porque él no es un filósofo o matemático, no señores él es un reflejo de lo que la humanidad, en el cual se reconocerán las manos de los que nunca han escrito, las bocas de los que no han hablado, los ojos de los que nunca han mirado, los oídos de los que jamás han escuchado.

La técnica es un requisito de la poesía, pero no es algo que sea necesariamente obligatorio, el poema suele ser único e irrepetible, puede morir en el mismo momento en el que es creado. Que falten diez minutos para las cuatro y veinte, importa, que sea un atardecer frio y perfecto, importa, el entorno físico, temporal y emotivo, pero tal vez lo que hoy mueve todos esos sentimientos pueden mañana no hacerlo.

Esto lleva a otra pregunta ¿Por qué poesía y no otro género?, uno de los materiales fundamentales de la poesía es el momento sentimental, como lo llamamos el embellecimiento de la realidad. El sentimiento es diferente en cada autor, por sus vivencias y como logra moldearlo. La poesía ha sido explicada en diferentes tipos por estas situaciones del sentimiento. Pero el poeta vive de la percepción más profunda de la realidad, un proceso mental que puede hundir al más simple ser mortal destruyendo su vida ante sus ojos o llevarlo al cielo en solo un momento, es aquí donde nace un texto lirico.

La naturaleza no racional de la vida a los ojos del individuo sentimental, quizá cursi para algunos, impide que la experiencia sea plasmada y transmitida mediante un discurso lógico. Existe una barrera y la comunicación no puede ser de manera directa, pues las palabras tiene una carga emocional, esto impide que la prosa sea útil o pierda fuerza; haciendo que no se pueda contagiar la situación emotiva. La prosa, es por definición, es incapaz de trasmitir sentimientos ya que su estructura toma naturalmente el lenguaje para expresar conceptos.

El llamado lenguaje poético da una posibilidad de hacer trabajar el cerebro, a imaginar paisajes, caminos, figuras, circular por sus órdenes genera la escribiente a formular palabras que tranquilizan, entristecen, aniquila o animan. Un poeta ha desarrollado una sensibilidad que lo hace poder expresar sobre el papel las cicatrices que le a dejado su andar por la vida.

Es muy cierto que la poesía ha estado en la historia, las culturas diversas la han tenido, al igual que el lenguaje, el cual puede ser un ingrediente más de esta sustancia, un ingrediente no tan fácil de controlar por el autor, ya que en algún momento de la lírica, existen sentimientos, sensaciones, emociones, que no se pueden expresar con el idioma poético, es cuando en este momento el autor recurre a los otros supuestos ingredientes; metáforas, alegorías, incluso llegará a forzar la sintaxis; esto provocara que el lenguaje sea maleable para el escritor y por fin poder hablar en su idioma incondicional. Sabemos que un lenguaje es el principio de la comunicación, pero después esto pasa al papel; entonces con este argumento podemos decir que la poesía nace del habla.

La escritura poética es la forma de hacer permanente lo escuchado por el autor. Ya que para revivir la poesía se tiene que declamar en voz alta, mejor dicho cantarlo, el leyente tiene respetar la fuerza de las palabras, hacer las pausas necesarias, respetar los renglones, párrafos, la censura, porque la lectura es darle vida a un momento en especial.

Si se publica algo de las obras de un poeta, no lo hace por fama o popularidad, el autor busca la expresión, le da un valor propio a su trabajo, el esfuerzo y amor que existe detrás de tantas hojas desperdiciadas, borrones, desgaste físico y emocional, tal vez exhibirse es inútil, porque estamos hablando de poesía. Una publicación es puesta en bandeja de plata para los monstros llamados críticos, cuyos comentarios entran en el cuerpo como puñaladas, recorriendo todo el cuerpo entre tanta sangre hasta llegar al corazón y descontrolarlo, y sin distinción de género.

Al publicar se arriesga el artista a no ser escuchado, no sabemos si existe un receptor, tal vez publicar en estos tiempos es inútil, se puede comprar como buscar agua en el desierto, y es increíble que en nuestra sociedad mexicana sea más conocido un tipo llamado Espinoza Paz que Octavio Paz, se escucha ridículo, pero esto es demasiado cierto, es triste que entre el leyente y el escritor no exista una comunicación.

El texto poético es un líquido que adopta la forma del recipiente que lo contiene sin perder sus características: se evapora cuando no es leído y se condensa en cada voz que lo pronuncia. La poesía es algo que se debe sentir y no comprender, no existe lo que algunos llaman contexto dentro del poema.

La lectura, es envolvente, lleva al lector a otro mundo, al momento exacto donde el poeta escribió este poema, se vuelve propio, deja de ser un receptor; ahora es el protagonista, la piel se eriza y siente ese golpe tan duro en el pecho, el corazón late cada vez más rápido, descubre la metáfora y es tan profunda que puede sacar una sonrisa o algunas lágrimas Esto puede cambiar según la necesidad del lector ya que el encontrara entre los versos lo que el autor quiso expresar, pero también lograra encontrar entre tanto cascajo una nueva idea, la cual provocara una barrera en el mensaje real.

A través del creador y el recreador la poesía va encontrando al cuerpo y a la persona, a la persona y al cuerpo. Respira de manera propia con el aire de las voces que la cantan y se viste con nuevas caras. Se reconoce en sí una falta que satisface la visión de otra persona; la visión es la del mismo, porque si no sería imposible la empatía y, por lo tanto,