Deseo en tinta

...

?.: ¿Tendré que hacer una travesura entonces?

HeeChul rio, y la situación habría continuado siendo un sinsentido en su día si quien esperaba del otro lado no hubiese reído con él, con esa risa que conocía como si fuera suya, con esa risa que llenaba sus oídos y hacía que sus ojos se ahogaran en lágrimas, con esa risa que mantenía a su corazón latiendo, la cual ocupaba cada uno de sus pensamientos, la que le quitaba el sueño pero lo hacía vivir, esa risa que extrañaba, esa risa que amaba.

Quizás minutos, tal vez segundos o milésimas fueron lo que tardó en encontrar las llaves y abrir la puerta que los separaba para poder estar al fin, luego de tanto, frente a frente, ambos con ojos llorosos mirándose fijamente. Lo mismo o quién sabe si menos fue lo que tardó en esconderse entre sus brazos y ocultar sus lágrimas en su hombro. Los dos podían sentir ese calor que tanto anhelaban y la respiración del otro, ese sonido que les hizo falta todo este tiempo, solo que ahora se encontraba entrecortada por sollozos y risas.

HeeChul: Te extrañe Hannie… -las palabras salieron de su boca sonriente, acompañadas por brillantes lágrimas.

HanGeng: Yo también… mucho. -decía mientras lo abrazaba con fuerza-

HeeChul: Ya no te dejaré ir. Quédate conmigo.

HanGeng: Me quedaré.

El reloj marcó las 12 y ahí estaban ellos dos, abrazados junto a aquel árbol de Navidad que alegraba la ya no vacía habitación, parados frente al gran ventanal, viendo como el cielo se iluminaba de vivos colores, siendo felices, otra vez.

En el suelo yacía un viejo sobre abierto, en su interior una carta que pesaba por sus años y el deseo que se repetía Navidad a Navidad desde aquel 24 de Diciembre en el que la persona que más amaba lo abandonó. Entre líneas y tinta gastada podía aún leerse ese antiguo ruego de Navidad…

“Solo una Navidad más a su lado, es lo único que pido”.

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