EL RETRATO DE DORIAN GRAY.
Enviado por Rimma • 20 de Noviembre de 2017 • 1.758 Palabras (8 Páginas) • 705 Visitas
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El Sr. Gray huye rápidamente de ahí sin ser visto, por lo cual, nunca se le relaciona con la muerte de Basil, a pesar de ser su asesino.
A la mañana siguiente, Dorian manda a buscar a un químico llamado Alan Campbell para deshacerse del cadáver del Sr. Hallward.
El Sr. Campbell en un inicio se niega a ayudar a Dorian Gray, pero Dorian al saber cosas de la vida de Alan, él tuvo que aceptar para cuidar su reputación.
Alan utilizó ácido nítrico para eliminar el cuerpo muerto de Basil. Al terminar su trabajo, éste le dijo que ojalá nunca volvieran a encontrarse en su vida, y así fue. Dorian verificó todo y Alan Campbell salió de su hogar.
Tiempo después, Dorian empieza a experimental el terrible, pero excitante placer de llevar una doble vida. Dorian se empezó sentir enfermo al poco tiempo, como si tuviera un mal invisible, indiagnosticable, e incurable.
Se veía miserable el joven Gray, y decidió ir a una casita humilde cerca del muelle, a la cual entró sin decir alguna palabra. Dorian miró por todos lados y encontró cosas que lo disgustaron y empezó a llorar en silencio, sintiendo una culpa inherente e inquebrantable, la cual hacía que Dorian se arrepintiera de todos sus crímenes.
Podía ver los ojos de Basil mirándolo, sintiendo que sus propios ojos se le volvían pesados y lagrimosos.
El Sr. Gray no aguantó más y fue al muelle a beber algo, al terminar soltó el dinero sobre la barra, y antes de salir de ahí, escuchó a una mujer que tomó el dinero y gritó: “¡Ahí va el que hizo un pacto con el Demonio!”, a lo que Dorian le respondió maldiciéndole y apresuró su paso para salir de ahí.
Antes de poder atravesar la puerta, un hombre, fornido y enojado le puso la mano en el cuello, y soltándose con esfuerzo le preguntó que quién era a lo que respondió que era el hermano de Sibila Vane, Jaime Vane. Éste le acusó de haber destruido la vida de Sibila 18 años atrás y que era el culpable de su suicidio. Dorian le sugirió al enfurecido hombre que lo llevara a la luz, y éste lo cuestionó, el joven Gray insistió y al hacerle caso el Sr. Vane se dio cuenta que Dorian se veía demasiado joven, y que nunca pudo haber conocido a su hermana. Jaime, avergonzado le pidió una disculpa al Sr. Gray y lo dejó ir en paz.
Dorian estaba ahora aterrado por la muerte, y esclavizado por sus culpas y recuerdos. Se arrepintió por haber deseado liberarse de la culpa y del paso del tiempo y dijo que hubiera sido más fácil tener una rápida y segura pena por cada pecado en su vida, que haber acumulado todo a tal grado de que el mismo sentía como su alma ardía en viles actos de depravación, maldad y odio.
Dorian Gray decidió que la culpa era del cuadro, y razonó, que si el cuadro moría, todo su mal sería liberado, y lo hizo. Fue al cuarto donde el cuadro yacía y una imagen horrenda se presentaba, y tomo el cuchillo con el que mató a Basil Hallward, tiró de cortina que cubría el retrato, y apuñaló el retrato del señor Dorian Gray. Al hacer esto, se escuchó un grito espantoso en sus aposentos y sus criados rápidamente fueron a ver qué ocurría, y ahí encontraron a un viejo horripilante, vestido de etiqueta, y con un cuchillo enterrado en su corazón. El retrato volvió a la normalidad y mostraba la figura del Sr. Gray de cuando era joven.
Al analizar las sortijas que usaba el anciano difunto, descubrieron que eran de Dorian Gray, y llegaron a la conclusión que Dorian Gray había muerto aquel día en aquel cuarto, con ese hermoso cuadro frente a él.
Y francamente, todo es una muy buena historia de egocentrismo, decadencia moral y corrupción personal.
Óscar Wilde logra muy bien su cometido con esta obra de muy buen guión y muy buenos diálogos en muchos puntos de la trama.
Dorian Gray representa obviamente el odio interno creciente en cada uno de nosotros, siendo que Basil Hallward podría llegar a ser la inocencia y bondad de cada uno. Se nota que Henry Wotton es un ser vil y perverso, el cual podría a representar en algún modo al Diablo en una forma humana.
Religiosamente podríamos notar que Dorian Gray es nuestro ‘mal interno’ y que se debe erradicar. Pero si se ve a ‘El Retrato de Dorian Gray’ de una manera cívica o moral, llegaríamos a la conclusión que hay que mantener nuestra moralidad y ética ante todo, sin antes siempre tener un respeto propio, ya que con el tiempo empezaríamos a envenenarnos como Dorian Gray y terminaríamos destruidos tanto emocional como físicamente.
Es un excelente libro, un clásico de la literatura occidental, y francamente, por mucho, es una gran historia que hace reflexionar a todo el que la lea.
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