El arte de Amar Fernanda Custode

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Los días pasan, ¿Qué vas a hacer? ¿Lo piensas tener?, ¡Por loca te pasa eso!, tal vez tengan algo de razón, hay que tener un plan, no tenerlo y seguir con la vida como estaba no fue mi opción, de lo contrario no hubiese historia por contar. La barriga crecía y con ella las dudas, al tiempo mi madre se enteró, decir que hubo decepción está de más, de sus sueños para mi futuro se despidió con recelo, nunca quiso que la historia se repita, lamentablemente así fue. Todos tenían preguntas, yo necesitaba respuestas, no conté con huir de la responsabilidad como lo hizo la otra parte de los implicados, pues el delito de nuestro “amor” estaba pegado a mi cuerpo al menos por unos meses más. Aun así tenía la mejor respuesta de todas: “es mi hijo y siempre lo voy a amar”.

De algo sí hui y con la mayor bendición, pues al matricidio aborrecí desde el principio y a un océano de distancia fue a parar el que me dijo por toda la vida amar. Llegó así mi mayor alegría, si de algo estoy segura es que nunca voy a olvidar esas horas de dolor previas a la cita con mi amor, demolida y con lágrimas exhaustas fui callada por un beso infantil y el más dulce llanto, mi travesía comenzó el ser para toda la vida mamá.

Los primeros meses son un recuerdo borroso, mal que no le deseo a nadie, no hay tortura tal como la privación del sueño. Prueba a mi amor otra vez, con la baja de hormonas intentar levantarse de la cama es un reto grande, levantarse para atender a otro ser es imposible y no tener tiempo ni para comer es inhumano, prueba superada, el amor de madre lo consigue. Estar al pendiente las 24 horas trabajando por el sueldo de un beso y una sonrisa traviesa no todos tienen la valentía de tomarlo.

Pasando los meses la carga se vuelve más llevadera, los días son menos cortos y las noches tienen la recompensa de no terminar con más cansancio, pero ese ser aún te necesita, siempre lo hará, desde ten la costumbre que mamá serás para toda la vida. Si pasas horas separada de tu amor, al encontrarse de nuevo tu corazón estalla de alegría y de sus labios se escuchan un “mami” que te toca el alma, los problemas del día se callan, el estrés se anula, el trabajo más importante lo has comenzado.

No puedo hablar sobre el amor a Dios, aunque crecí bajo formación católica, hay demasiadas cosas de la religión y del mismo “Dios” que no me gustan o no me parecen, sin embargo respeto pero no comparto. Creo que si vamos por temas de religión nos retrasan más en temas tan básicos que ni siquiera deberían ser topados, como la homosexualidad, no creo que sea algo controversial, tampoco que deba meterme a opinar en vida ajena, es vida de cada uno, de cualquier forma es amor, nadie puede negar ese sentimiento, nadie puede ser tan experto en el tema porque nadie nos puede enseñar a amar. Yo siempre he creído en la experiencia. Para cada uno es diferente,

Amar.