El mensajero de los dioses
Enviado por Helena • 23 de Noviembre de 2018 • 6.847 Palabras (28 Páginas) • 369 Visitas
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El joven Nihibo lo vio en el límite de su retirada en la mano llevaba el lazo lo lanzo de mango corto y la mano izquierda en la espalda el arco.
El animal se resolvió y lanzo un feroz rugido en la montaña y en el bosque todo quedo en silencio, no tenía, salida Nihibo sentía que le temblaba el cuerpo las manos le sudaban, el corazón le latía con fuerza sin embargo debía superar cualquier temor, levanto el brazo sobre su cabeza.
Pensó él es animal porque así su abuelo le había enseñado y debía de pensar y sentir igual que su adversario. El jaguar se había escondido detrás de una roca y asomaba la cabeza.
Nihibo avanzo para coger la fiera pero esta dio un salto y un tremendo rugido que el joven lo vio sobre su cabeza. Este dio un salto y lo enlazo e hizo un aro en el que anudo su cabeza y el jaguar cayo golpeándose violentamente en la cabeza y le enlazo la otra garra el jaguar estaba intenso y el golpe del costado lo mantenía atontado pero este trataba de zafarse y furioso rugió tan fuerte que estremeció al bosque.
Sintiéndose vencido se fue quedando quieto y solo movía la cabeza. El abuelo miraba la escena en silencio había sido una pelea rápida que había mostrado la superioridad de Nihibo y a su vez estaba súper agotado miro las garras y la lustrosa piel y se sentó en una piedra y se puso a llorar.
El abuelo se acercó sonriendo y le dijo aquí triunfo el valor y el coraje y agrego que él era un digno discípulo que los tiempos malos habían terminado para el pueblo y de rodillas con los brazos elevados dio gracias.
Se levantó y le dijo al nieto que él iba hacer un hombre y que le había luchado como el papá. El nieto se había dado cuenta que tras una herida en el pecho el abuelo lo miro y dijo que no era nada grave y la curo con ungüentos aromáticos y le cubrió la herida.
Capítulo 2
EL VIAJE DE NIHIBO
Nihibu descendía de la montaña y por momentos el camino se hacía difícil. Los altos y milenarios árboles confundía el camino y además de los sonidos de la montaña. El horizonte se veía verde y a lo lejos el rio se veía apacible. Hasta ese momento los ancianos mantenían al pueblo de las mejores condiciones a pesar de la edad que tenían y pensando Nihibo se imaginó su pueblo desaparecido.
Los tíos, los hijos de sus tíos, tanta gente que desapareció como también guerreros que murieron en esa lucha que le contaba su abuelo mientras su pueblo desaparecía.
En el fondo Nihibo sabía que estaba solo desde niño que en realidad hace falta el amor de madre, padre, abuelos, familia, medio ambiente y todo lo que nos rodea.
Sintió que era mejor pensar en otras cosas, el abuelo le había enseñado todo lo relacionado con la creación del universo y tenía como propósito en los planes de Eloyama-xo. Pensar, analizar y reflexionar se había hecho muy habitual en él, porque era un equilibrio perfecto.
Los pequeños, armoniosos y melódicos como los de un ruiseñor, los medianos, altaneros agudos tonos que imitaban todo los sonidos de la selva, y generalmente a él le gustaba alimentarse de los huevos de los carengos .
Las nardas o aves de hermoso plumaje parecidas a una flor roja y azul que poblaban todos los árboles del bosque.
Las infinitas variedades de insectos que vivían en las rocas como en el agua, los peces de todos los ríos como también de las altas montañas, y las aguas que eran tan transparentes que no se veían.
Las especies mayores, entre ellas como el jaguar, los tigres, las carrascas, las lapas, las dantas y las demás, no se veían muy habitual mente.
Era el segundo día de su viaje y había dormido en un templo abandonado. Los sobrevivientes mantenían los templos de otra manera, limpios, organizados y con el fuego llamado siria que nunca se debe de extinguir porque es el fuego sagrado, allí se repetirían las oraciones a Eloyama-xo para la supervivencia de su raza, el alimento, la salud y las cualidades de un hombre.
Al descender cada vez se alejaba más de la montaña madre, sintiendo que entraba a un mundo desconocido y cada vez que se iba acercando extrañaba todo lo que había en su pueblo porque mediante que se acercaba a la llanura todo cambiaba muy fácil.
Rebasando una colina cubierta de un helecho grueso, Nihibo se encontró un paisaje muy hermoso por que las plantas a su alrededor, ríos, animales, Era lo más maravilloso que había visto hasta ese momento. Por doquiera había una vegetación maravillosa y por ultimo un templo de la montaña en marcado por la naturaleza de la llanura.
El rio pasaba con su murmullo, que era caudaloso pero de aguas tranquilas, más lejos, un bosque de árboles oscuros, en la llanura corrían unos venados jugando quitándose la ropa y poniéndosela sobre la cabeza, el abuelo y su nieto competían en atravesar la laguna sagrada eran más de dos horas de ida y de vuelta Nihibo nunca pudo superar al abuelo que lo aventajaba más de cien metros.
El nador en el rio le pareció fácil y la corrinte del agua le ayudaba a sostener el cuerpo y recordó una vez que estuvo en el mar y maravillado no podía comprender como podía haber tanta agua en el mundo.
Y nadar le pareció aún más fácil y observo cantidad de peces, anguilas, serpientes marinas, mantarrayas, estrellas de mar y erizos y también le llamaba la atención unas plantas marinas de varios colores y tamaños. Nihibo agradeció tanta vida hermosa y universo pleno de luz.
El último Estrecho del bosque estuvo acompañado de una oscuridad creciente. Escogió un cedro el más grande y tupido de follaje para descansar y saco de su mochila una manta y unos envueltos de maíz y huevo duro, carne salada y un pozo de agua endulzada con miel para cenar y la noche cayo rápidamente.
Capítulo 3
NIHIBO Y ZHIYA
Después de un par de días recorriendo aquella llanura y acompañado de toda clase de animales y también de un tigre que merodeaba las manadas . Se ubicó en una extensa llanura en la cual había cualquier cantidad de cultivos en la cual sobre salía el maíz, también había árboles frutales, abundaban los pájaros y una perdiz grande.
Las casas eran cuadradas y techadas con hojas de una palmera enana y amarilla más parecida a la de la aldea de Nihibo estas eran construidas en espiral y terminaban en el centro rodeadas de flores moradas.
Había una construcción con
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