Galeano, E. (2004). Las venas abiertas de América Latina. México: Siglo veintiuno editores, pp. 379.

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El mercado mundial funda la desigualdad en el comercio, donde los países Latinoamericanos resultan los más vulnerables; son los productores que no consumen, casa pobre de la abundancia, productores de tecnología viviendo en el pretérito y la ignorancia. Hace mucho que perdimos el nombre, ya ni eso nos queda; antes podíamos llamarnos americanos, ahora somos aquellos sin nombre ni identidad, pero aquellos que gozan de la prosperidad y el desarrollo fruto de nuestra necesidad nos ignoran y critican. “El engranaje internacional ha continuado funcionando: los países al servicio de las mercancías, los hombres al servicio de las cosas” (Galeno, 2004).

Todo esto se trata en Las venas abiertas de América Latina, un reflejo de la realidad y tradición. Una compilación histórica amplia y completa de hechos bien fundados; se habla de personajes importantes y de conceptos que van desde lo filosófico hasta lo económico, haciendo de este libro un ensayo completo. Pero, quizás el aspecto más significativo es el lenguaje prácticamente poético y filosófico que emplea Galeano, haciendo saltar el interés ante frases como: “Los niños latinoamericanos continúan naciendo, reivindicando su derecho a obtener un sitio natural bajo el sol en estas tierras espléndidas que podrían brindar a todos lo que a casi todos niegan” (Galeano, 2007).

Este libro puede considerarse una obra maestra, si bien no de la literatura, al menos si de la historia; este texto se ha vuelto famoso en todo el mundo porque ocasionó una gran polémica evidenciando una serie de situaciones que se encontraban ocultas bajo el velo de la ignorancia para la mayoría de los latinoamericanos; es una obra que se basa en la verdad, una verdad poco convencional que nos muestra la otra cara de la moneda y que además Galeano logra plasmar de tal modo que las hojas por si mismas reflejaran ese aire revolucionario y de esperanza que caracteriza a los latinoamericanos; es un escrito fuerte, con muchos datos y nombres, tan completo que llega a ser confuso, pero a la vez tan inspirador que fue capaz de sobrepasar fronteras, demostrando que el subdesarrollo de América Latina no es producto del desarrollo, sino su consecuencia; trascendiendo hasta llegar a los rincones más apartados a pesar de las limitaciones, pues es en lo prohibido donde subyace el espíritu del cambio.

Paola Corina Salazar Calderón