La Maestría del amor ensayo
Enviado por Antonio • 28 de Octubre de 2018 • 1.889 Palabras (8 Páginas) • 1.141 Visitas
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En el capítulo séptimo menciona que toda relación en tu vida es susceptible de ser sanada, toda relación puede ser maravillosa, pero siempre empezará por ti. Es necesario que tengas valentía para utilizar la verdad, para ser completamente sincero contigo mismo.
El autor menciona que todos vivimos inmersos en un sueño y somos maestros de nuestro sueño, y que tenemos la capacidad de modificar nuestro sueño. Si bien no somos capaces de modificar el entorno si somos capaces de modificar nuestras reacciones hacía lo que nos ocurre. Si somos capaces de controlar estás reacciones podremos cambiar nuestras costumbres y de esta manera lograr cambiar el rumbo de nuestra vida.
Cuando logramos controlar nuestras reacciones también somos capaces de ver o mejor dicho de percibir las cosas como realmente son. Normalmente veríamos las cosas como son en verdad, sin embargo debido a todas nuestras creencias nos creamos una interpretación errónea de todo.
Podemos reaccionar de una infinidad de formas ante una situación, sin embargo, si somos capaces de ver las cosas como verdaderamente son no tomaremos nada personal.
En el capítulo octavo, habla del sexo el mayor demonio en el infierno. El autor hablar de que si a los seres humanos se les arrebatara la capacidad de juzgar serían justo como el resto de la naturaleza, no habría buenos ni malos, correcto o incorrecto, simplemente todo sería como es.
“En el Sueño del Planeta, tenemos la necesidad de justificarlo todo: hacer que todo sea bueno o malo, correcto o incorrecto, cuando sencillamente, las cosas con como son y punto.” Sin embargo nos comportamos de acuerdo a los conocimientos que adquirimos, a las creencias y normas que nos impone la sociedad y la religión.
Habla que en la sociedad de que el sexo, se tiene un concepto de lo que debe ser, que es malo, y es por eso que cuando lo haces te sientes mal y avergonzado, mas sin embargo la mente y el cuerpo tienen necesidades diferentes, la mente dirige al cuerpo, y las necesidades del cuerpo son las necesidades básicas, dormir, comer, beber y tener sexo. Es ahí cuando el sexo está en la mente es sólo una ilusión ya que este no es una necesidad de la mente. Lo que la mente realmente necesita se llama amor.
En el capítulo noveno habla de la cazadora divina, Artemis quería poseer, cazar y ser su predadora de Hércules.
Mas sin embargo el autor explica que todos somos predadores y presas, cuando la mente cree que las necesidades del cuerpo son las suyas, nos creamos una ilusión, es entonces que cazamos algo que no necesitamos y nos volvemos predadores.
De igual manera los seres humanos perseguimos el amor, lo buscamos en otros seres humanos, cuando el amor está dentro de nosotros. Buscamos el amor en otros seres que posiblemente sean como nosotros, si no se aman a sí mismos jamás podrán dar amor, porque es algo que no tienen, entonces cuando la mente siente la necesidad de amor, no podemos satisfacerla ya que no existe y nunca existió.
“El amor que necesitamos buscar es aquel que reside en nuestro interior, pero este amor es difícil de apresar.”
En el capítulo decimo, habla de ver con los ojos del amor. Que te aceptes tal y como eres, que no necesites que nadie te lo exprese, más sin embargo cuando no te la crees y dudas tu siempre requieres corroborarlo con otras personas, más sin embargo de algo que tienes que recordar es que todo lo que necesites esta en tu mundo interior.
Cuando una persona se acepta tal y como es, también tiene la capacidad de aceptar a los demás tal y como son, y así mejoran las relaciones con los demás. Tratándolos con el mismo respeto y el mismo amor con el que tratas a tu propio cuerpo.
“El cuerpo ya se siente satisfecho porque tiene todo tu amor. Nunca más estarás solo porque te satisfarás a ti mismo con tu propio amor.”
Por ultimo en el capítulo décimo primero debemos sanar el cuerpo emocional. En este mundo la verdad es relativa; cambia sin cesar porque vivimos en un mundo de ilusiones. Lo que es verdad en este mismo instante no tiene por qué serlo más adelante. Y después, podría volver a serlo.
El autor menciona que debemos perdonar a todas aquellas personas que te hirieron, porque los perdonarás no porque merezcan tu perdón, sino porque no quieres sufrir y causarte más dolor a ti mismo cada vez que recuerdes lo que te hicieron. No importa lo que otras personas te hiciesen, las perdonarás porque no quieres sentirte permanentemente enfermo.
Y cuando las heridas estén limpias se requieren que se sanen con AMOR.
El amor es la medicina que acelera el proceso de curación. No existe otra medicina más que el amor incondicional. No se trata de: “Te amo si…” o “me amo a mi mismo si…”. Sin condiciones ni justificaciones ni explicaciones. Se trata sólo de amar.
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