La divina comedia es una epopeya medieval escrita por Dante Alighieri
Enviado por mondoro • 12 de Enero de 2019 • 2.328 Palabras (10 Páginas) • 567 Visitas
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Vencida la dificultad de la áspera bajada, llegan los Poetas al valle del séptimo círculo del Inferno. En el primer espacio hay un rio de hirviente sangre, dentro de la cual se castiga a los que quitaron la vida o los bienes a los semejantes. Una escuadra de centauros recorre las orillas del lago que forma aquella sangre, para vigilar a los condenados, sobre quien cae una lluvia de flechas, éstos tratan de salirse. Quisieron al principio esos centauros oponerse al paso de los Poetas; pero Virgilio les convence, y hasta consigue que uno de ellos los pase hacia el otro lado. Pasan los poetas al segundo compartimento, donde son castigados los suicidas; esto es, los violentos contra sí mismos, y los que dispararon contra su propia fortuna. Los primeros están transformados en nudosos árboles, en que hacen su nido las arpías. Los segundos se ven perseguidos por los perros hambrientos que los despedazan. Ellos encuentran a Pedro de Viñas, que les explica el motivo por el cual se mató y cuáles son las leyes de la divina justicia respecto a la delincuencia de su género. Luego ven a Lano, güelfo y natural de Stena, a Jacob de Santandrea, Paduano y otros florentinos que se ahorcaron en sus propias casas. El tercer compartimiento del séptimo círculo, es en el que penetran ahora Dante y su maestro Virgilio, es una llanura de ardentísima arena, en que llueven continuamente copos de fuego. En él se castigan a los que hicieron violencia a Dios, a la Naturaleza y al arte. Entre los violentos contra Dios figura Capaneo el Tebano. Siguiendo su camino, se encuentran después con un rio de sangre, y Virgilio el misterioso origen de éste y de los demás ríos infernales.
Se hallan los Poetas, caminando ya por la arenosa llanura, porción de violentos contra la Naturaleza. Uno de ellos, que es Bruneto Latino, habiendo reconocido a Dante, su antiguo discípulo, se le acerca y le ruega que ande en su compañía por un rato para tener el gusto de gozar de su conversación. El Poeta oye de su labio la futura ingratitud de sus conciudadanos, los daños que le aguardan y por fin los nombres de varias personas condenadas por el feo vicio. Junto al término del tercer compartimiento del séptimo círculo, donde ya oía el Poeta el ruido de Flegetonte precipitándose al octavo, se encuentran con otra banda de almas sucias del vicio indicado. Se apartan de ellas tres, dirigiéndose a Dante, y son de ilustrísimo conciudadanos suyos, y le entretienen hablándole de Florencia, hasta que llegan al pie del alto brocal; y allí, a una señal de Virgilio, se asoma un extraño monstruo, el cual ha subido nadando por el aire. El octavo círculo, llamado “Malos Sacos”, se divide en diez grandes fosos circulares y concéntricos, en cada uno de los cuales se castigan a una especie de fraudulentos.
Dando la espalda a Malos Sacos, penetran los Poetas al centro del círculo octavo, donde está el gran pozo por el cual se baja al noveno círculo. Alrededor de dicho pozo están los gigantes, saliendo hasta la cintura de su cuerpo, cuyo portentoso tamaño se describe. A petición de Virgilio, toma uno de ellos en la mano a entrambos viajeros y los ponen suavemente en el último abismo del infierno. El arca del noveno círculo es un pavimento de hielo durísimo, formado por el derrumbe del Cocito, y el cual se inclina hacia el centro como el seno de “Malos Sacos”. Está dividida en cuatro departamentos concéntricos, y en cada uno de ellos se castigan una especie de iniquidad fraudulenta. En el primer departamento, que se llama Caína, del nombre del primer homicida, están los traidores contra su propia sangre; en el segundo, que se llama Antenora, del troyano Antenón, que vendió Troya, sufren su castigo los traidores a la patria y a su propio partido; en el tercero, que, por el que vendió el gran Pompeyo, se llama Tolomea, yacen los traidores a sus amigos y, finalmente, en el cuarto llamado Judeca, por el malhadado Iscariote, se hallan los que hicieron traición a sus jefes y bienhechores. Todos los traidores están sumergidos enteramente entre el hielo y en esta última división del abismo, llamada Judeca.
Aparece Lucifer, y se describe su espantosa figura. Agarrándose al espesísimo vello de que está cubierto el cuerpo de aquél, atraviesan los Poetas el centro de la tierra; de donde, siguiendo el murmullo de un arroyo, salen al otro hemisferio a disfrutar la luz del día.
Aquí es donde concluye la primera parte de “La Divina Comedia” llamada Infierno. Durante el transcurso de la lectura, se puede apreciar los distintos castigos que reciben las personas pecadoras y los distintos tipos de pecadores, y entre ellas, muchos grandes personajes de la historia que se podría creer que están ocupando un lugar en el cielo, sin embargo para Dante, estos Poetas, Filósofos, etc. Están sufriendo un castigo en alguno de los distintos círculos del Infierno, como es el caso de Homero, Tales de Mileto y Marco Tulio entre otros. Cabe aclarar que para Dante, la cuidad de Jerusalén es donde “comienza” el Infierno, ya que inicia debajo de esta ciudad, y en su antípoda estaría el Purgatorio. En el cuarto foso del noveno círculo, el rey de las tinieblas; Lucifer, castiga a uno de los traidores más reconocidos de la historia del Cristianismo, comiéndoselo4, éste es Judas Iscariote, que fue aquel hombre que traicionó a Jesús para entregarlo a los romanos, también son castigados Marco Junio Bruto, asesino de Julio Cesar y Cayo Casio Longino5, que fue amigo y cuñado de Junio Bruto, que junto a éste realizaron el atentado contra el Cesar (quizás cuando Dante se atribuye a sus grandezas, se puede referir a Lucio Casio Longino, que fue político y cónsul de la República Romana).
Fuente:
https://es.wikipedia.org/wiki/Dante_Alighier
https://es.wikipedia.org/wiki/Divina_comedia
http://www.ciudadseva.com/textos/poesia/dante/da.htm
Bibliografía:
Alighieri, Dante, La Divina Comedia, Losada, Ed. Losada, S. A., Buenos Aires, Argentina, Traducción: Juan de la Pezuela.
Nota:
- “A mitad del andar de nuestra vida, extraviado me vi por selva oscura, que vía directa era perdida.”
- “Antes de yo existir no hubo crianza: ya eterna sólo; y eterna yo duro; ¡oh los que entráis!, dejad toda esperanza, estas palabras vi con rasgo oscuro en lo más alto escritas de una puerta. Maestro – dije –, su sentido es duro.”
- “Y aquí la peste huyendo condensada, que de hondo abismo al interior vomita, nos resguardamos tras la tumba alzada,
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