La novela Es una extensa narración en prosa, de asuntos ficticios, pero verosímil, y trata preferentemente temas humanos
Enviado por mondoro • 4 de Diciembre de 2018 • 1.300 Palabras (6 Páginas) • 619 Visitas
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Estas representaciones se llamaban misterios si eran escenas bíblicas, y moralidades si los personajes eran abstractos (el pecado, la virtud, el amor…)
A partir del siglo XIII, esos misterios o autos litúrgicos (actos) salieron de la iglesia para que los presenciaran más espectadores. Entonces hubo que hacer “escenario” en la plaza de la iglesia. Este escenario era inmóvil y desde antes de empezar la función tenían montadas todas las escenas del misterio en diferentes compartimientos a los cuales iban pasando los autores a cambiar de escena.
El primer drama litúrgico que ha llegado asta nosotros es anónimo de comienzos del siglo XIII:
LITERATURA GRECOLATINA
La época grecolatina
Sabemos que el pueblo griego pasó a ser provincia romana. Ha raíz de este acontecimiento la historia de Grecia se confunde con la del pueblo conquistador. La cultura helénica se acopla por así decirlo al idioma latino. De ahí la designación de la grecolatina dada a la nueva literatura.
Aunque es período de decadencia, se en cuentan algunos escritores de notable mérito.
Dos períodos se distinguen en la literatura grecolatina:
1o. Período Republicano
2o. Período Imperial
Período Republicano
La historia
El máximo escritor del género histórico en este período fue, sin duda alguna, PULIBIO. De su vida podemos apuntar hechos como el que fue llevado en calidad de rehén a Roma, donde tubo la fuerte de granjearse la amistad y comienza de Escipión, el Africano, a quien acompañó en varias expediciones guerreras, como la de Cartago. Merced a tan importante protector, Polibio pudo consultar los archivos del estado, donde recogió datos de gran interés para sus obras.
De sus obras las más importantes la que ha inmortalizado su nombre es Historia General, escrita en cuarenta libros, de los que únicamente se conservan los cinco primeros y fragmentos de los restantes. En ella trata de los sucesos más memorables ocurridos desde la primera guerra púnica hasta la desnutrición de Corinto.
Polibio es el primer autor que plasma la idea de una historia universal, y que propone el ejemplar de una obra que sirva de aleccionadora enseñanza a los pueblos y gobernantes. Amante de la verdad, rechaza cuanto tenga visos de mítico y legendario.
Período Imperial
Perdida la independencia de Grecia, se pierde aquella pujanza y originalidad del genio helénico; subsiste, sin embargo, el Alejandria en gran centro de cultura en que figuran gramáticos, comentaristas e imitadores.
En este período brilla intensamente la realidad de PLUTARCO, quien es considerado el más notable de los historiadores que florecieron en la época romana, sólo fecunda en este género histórico. Perfeccionó sus conocimientos y formación en Atenas, cuna de las artes.
Encargado de ciertas negociaciones, fue también en viaje de estudios a Roma, donde dio algunas conferencias y reunió gran parte de los materiales para sus obras. Fuera de sus viajes Atenas y a Roma, toda su vida de estudio y de producción corresponde a su ciudad natal (Queronea). Murió en ella hacia el año 120 después de Cristo, casi a la edad de setenta años.
Su obra principal son sus Vidas Paralelas donde nos va trazando con mano maestra, la biografía de un célebre personaje griego en parangón con otra parecido. Veinticuatro son las ilustres parejas grecorromanas que en Vidas Paralelas nos presenta Plutarco. Entre estas podemos mencionar: la de Teseo, el gobernante de Atenas y Rómulo, el fundador de Roma. Licurgo y Numa Pompilio, legisladores Temístocles y Camilo, conociendo a sus pueblos en las guerras, lo salvaron y lo engrandecieron con triunfos materiales y morales. Demetrio y Marco Antonio, Alejandro César, Demóstenes y Cicerón, etc.
La obra de Plutarco está escrita con amenidad. Da a conocer completamente a los personajes y emite sobre ellos juicios sólidos y atinados. De la comparación nace la luz. Más que como verdadero historiador, aparece Plutarco como una moralista.
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