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Se entrega secretamente al vicio y al crimen, al tiempo que lleva una existencia fastuosa

Enviado por   •  24 de Octubre de 2018  •  2.416 Palabras (10 Páginas)  •  315 Visitas

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Al burlar la ley del padre, es decir negar la interdicción del goce, no existe límite de éste, y a diferencia de los demás sujetos neuróticos que lo reprimen, el sujeto perverso goza si limitar su satisfacción pulsional, reniega es decir sostiene una contradicción, afirma y niega a la vez, dicho anteriormente, dice sí pero actúa como si no hubiese dicho sí: pasa al acto. Entonces, ¿cómo logran desarrollarse a nivel interpersonal?, estos sujetos que buscan satisfacer sus pulsiones se relacionan con los otros de manera digamos violenta, pues tratará de acercar al sujeto neurótico al goce lo cual éste le asusta y es precisamente las reacciones del sujeto neurótico las que le proporcionarán el goce buscado por el sujeto perverso, puesto que el saber esta de lado del perverso, saber hacer gozar y sería durante la realización de esto que ocurren las trasgresiones antes mencionadas.

Los sujetos con esta estructura perversa seducen al otro mediante la palabra para entrar en una situación cíclica según Ernesto Sinatra (2004) la cual comienza precisamente con la seducción, el enamoramiento de la “víctima”, su desprecio, coerción, terror, arrepentimiento, entrega y humillación retornando de nuevo al principio, que es la seducción. Y además describe Sinatra que en algunos casos se pudieran omitir algún o algunos pasos sin embargo, la secuencia se mantendría o seguiría el mismo orden. Este ciclo que plantea el autor no es solo para las relaciones sentimentales o de pareja como se podría imaginar, sino que a mi entendimiento es una forma casi general del cómo en que se relacionan los sujetos perversos con las personas que encuentra a su alrededor.

En su libro el psicoanalista argentino relata la historia de un paciente suyo el cual acudió a consulta con la demanda “ayudarme a no morir es, desde este preciso momento, su misión” (Sinatra, 2004), lo cual es más un imperativo que le da al analista que un llamado de auxilio y la necesidad de ser ayudado por alguien. Además también el analista relata la historia del paciente el cual le menciona que en una ocasión cuando se encontraba en un bar miró a una mujer la cual tenía una boina estilo militar y que él, sin pensarlo, se acercó a ella a tal punto que quería, incluso, abuzar de ella. En otra escena que cuenta del mismo caso es cuando el paciente salió de noche a la calle y un autobús de trasporte público lo tropelló, sin embargo, dicho accidente ocurrió debido a que el sujeto de colocó frente al autobús.

Tomando como referencia estas dos escenas, podemos dar cuenta de que efectivamente era muy probable que su vida estuviera en riesgo por las conductas que ejerce en su vida diaria, la mujer a la cual se encontró en el bar indudablemente pudo hacerle daño y más aún evidente en la segunda escena cuando se coloca frente al autobús del servicio público para que éste le atropelle. Sin embargo, lo que más llama la atención es que según lo relatado por Sinatra el sujeto no se encuentra preocupado por los demás dentro de su historia, se preocupa, desde la demanda inicial, de sí mismo. Pero, ¿qué sería lo que lleva al sujeto, al paciente del psicoanalista, a cometer dichos actos? Lo que busca, precisamente, es el desafío, aquello que es prohibido, aquello que no se debe hacer, lo que regula la ley eso es lo que busca burlar el sujeto que presenta una estructura perversa. Entonces, como se dijo antes, lo que le interesa a él es su vida, no la de los otros; por ejemplo en la segunda escena con el autobús, según entiendo, siente un goce no precisamente por ser atropellado o salir lastimado del evento, sino más bien de la reacción del conductor al verlo a él posicionado frente a su camino, posiblemente con el miedo expresado corporalmente por el chofer goza; ver el goce en el otro y su reacción por el mismo que es incapaz de sobrellevar y se convierte en sufrimiento, pues recordando unas líneas atrás, el perverso sabe hacer gozar al otro entonces, el sujeto pasa a ser instrumento del goce del otro, del exceso, que es más sufrimiento que placer.

Las etapas que describe Sinatra son de alguna manera las que se llevan a cabo dentro de los dos ejemplos dados, también cabe mencionar que dicho analista recibía llamadas del paciente donde le provocaba quizá con el fin de infringirle temor, siendo esta misma acción la cuarta fase que menciona el psicólogo, infligir miedo al otro. Sin embargo, y como el lector neurótico podrá haberse dado cuenta, en algunas ocasiones es común que se encuentren con personas con rasgos similares a los anteriormente descritos y es que son eso precisamente, rasgos los cuales, incluso los sujetos neuróticos, podrían cometer, eso sin significar que el sujeto que cruce un semáforo en rojo tiene una estructura psíquica perversa. En situaciones como esas, podría asumirse la acción como un acto perverso sin embargo, al no producir un goce en el sujeto y buscar trasgredir directa e intencionalmente la ley no podría considerársele como un perverso, llamémosle, “en esencia”.

Sin embargo también convendría hacer una revisión sobre los actos o conductas que son consideradas como negativas, es decir, Élisabeth Roudinesco

(2009) da ejemplos explícitos en su libro Nuestro lado Oscuro una historia de los perversos donde en el primer capítulo: Lo sublime y lo Abyecto explicita con ejemplos que tiene que ver con comportamientos perversos en tiempos que quizá hoy por hoy se vean demasiado distantes, es decir, ejemplos de actos que fueron cometidos por sujetos en los años 1400 por ejemplo, pero pese a eso, describe también, el cambio de pensamiento respecto a las conductas que se tomaban como negativas, y quizá el ejemplo que más pudiera llamar la atención es el caso del castigo corpóreo, es decir de la disciplina, que se realizaba para purificar y/o enaltecer el alma, castigar al cuerpo en pro de un beneficio extraterrenal, pasó a convertirse en un ato de perversidad, no queda claro, a mi entendimiento, si la autora sugiere que la práctica hizo al perverso o en su defecto, que el perverso se introdujo y adjudicó dicha conducta para sus propios fines de satisfacción.

Entones, lo que anteriormente se consideraba un práctica positiva pasó a ser negativa, claro está que el cambio no ocurrió de la noche a la mañana. Otro término que igual llama la atención es la metamorfosis, palabra que la autora utiliza para hacer referencia a la trasfiguración que sufrían los sujetos que soportaban los grandes tormentos corporales que se provocaban para agradar a su Dios, pasar de ser un cuerpo deshecho a uno resplandeciente, la práctica de la flagelación parece que también sufrió una metamorfosis, sin embargo en un proceso inverso, de algo positivo pasó a tornarse

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