Un ensayo a partir de textos escritos durante la dictadura

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Lumpérica (1983), de Diamela Eltit, moviliza también la dimensión del anonimato […] pero aquí el anonimato está dotado de una función potencialmente liberadora: la comunión de la protagonista con los cuerpos desvalidos de los mendigos en la plaza pública parece inventar una política y una sexualidad alternativa al terror que se cierne sobre la ciudad, terror filtrado por la violencia fálica que emana del letrero de la plaza. (Avelar, 16)

El anonimato que se presenta en Lumpérica es una forma de libertad, debido a que los pálidos no poseen una identidad, ya que no han sido iluminados por el cartel, por lo tanto son ignorados por la sociedad, de lo contrario, si fueran nombrados se restringiría su libertad por la violencia y el dolor que está presente en el país y que se ve reflejada por el letrero de la plaza.

Retomando nuestra hipótesis: debido a que la dictadura militar ejerció una violencia en todas sus manifestaciones: física, simbólica e ideológica, desencadenó una pérdida de la identidad colectiva, debido a la transgresión de espacios sociales y personales. Esto se puede evidenciar en las obras, en su representación del vaciamiento de la ciudad y la pérdida del lenguaje, puesto que se pierde el espacio público y se produce un quiebre entre significante y significado. Tanto en Anteparaíso como en Lumpérica, el cuerpo adquiere el rol de campo de batalla, y resignifican los signos como una manera de volver a la identidad colectiva.

En la obra de Eltit vemos en primer lugar el problema de la identidad a través de los pálidos que son seres sin una forma definida, marginados que parecen ser como una masa fusionada de cuerpos no distinguibles, además en Lumpérica que no tiene una identidad definida, porque parece mujer, luego hombre y hasta se le describe como animal.

Porque el frío en esta plaza es el tiempo que se ha marcado para suponerse un nombre propio, donado por el letrero que se encenderá y se apagará, rítmico y ritual, en el proceso que en definitiva les dará la vida: su identificación ciudadana. (Eltit, 15)

En esta cita se puede apreciar el anonimato de los pálidos que no poseen identidad al no ser iluminados por el cartel, estos marginados vienen a representar a esa minoría que ha sido ignorada por la sociedad, esa minoría que deambula por los espacios que fueron públicos y que hoy se encuentran resimbolizados.

En cuanto al uso de la corporalidad como campo de batalla para representar la situación del Chile de ese tiempo, Eltit hace uso de un cuerpo femenino que se expone en el centro de la plaza, atentando contra sí misma, ya que el cuerpo es el último límite transgredido por el Golpe.

Tiende sus manos, se aferra al árbol más cercano y aproxima hasta allí su rostro: esa cara humedecida por las lágrimas, hasta que la separa de la corteza y aparece entonces una de sus decisiones en la plaza: Estrella su cabeza contra el árbol. Estrella su cabeza contra el árbol una y otra vez hasta que la sangre rebasa su piel, le baña la sangre su cara, se limpia con las manos, mira sus manos, las lame. (Eltit, 25)

En esta escena se ve representada la corporalidad como un instrumento de manifestación máxima, en donde la protagonista atenta contra su propio cuerpo, puesto que ya fue transgredido por el golpe, usa su cuerpo para proyectar el dolor de los marginados que allí se encuentran como espectadores de ese montaje.

Estas constantes escenas son captadas por las cámaras que vienen a invadir la intimidad de los pálidos, registrando momentos que elige revelar de la cruda realidad.

[…] la escenificación de la seducida. Desde su resistencia hasta la entrega total. (Eltit, *en mi texto es el 40)

En esta cita se entiende la idea de escenificación a partir de la intimidad capturada de estos seres no nombrados, lo cual se puede relacionar a la idea del montaje hollywoodense que se armó para el 11 de septiembre de 1973 y para el resto de la dictadura, con las posturas, uniformes, tanques de guerra, himno nacional, cantos militares, entre otros elementos que hicieron de este hecho una verdadera performance. La cámara cumple un rol importante en esta partida, ya que ella escoge lo que quiere recortar de la realidad, de esta manera, en el momento que se capta una realidad se acaba con ella, debido a que por una parte se invade el espacio público y privado y por el otro se le da un significado que restringe su libertad.

Pero entonces con la boca pegada a su mano comienza el sentido inverso de su frase.Desconstruye la frase, de palabra en palabra, de sílaba en sílaba, de letra en letra, de sonidos. Torciendo su fonética. Alterando la modulación en extranjero idioma se convierte. (Eltit, 42-43)

Esto quiere decir que para construir un nuevo lenguaje se debe primero desconstruir el mismo lenguaje, con el propósito de resignificar no sólo los símbolos impuestos por la dictadura sino que también se busca resignificar la realidad y el dolor para darlos a conocer al resto de la población que se mantiene infantilizada como consecuencia del golpe militar.

En la obra de Raúl Zurita, Anteparaíso,

Anteparaisof

el paissaje y la tierra como cuerpo. campo de battalla

página 18

a través del dolor la busqueda de la comunidad, resignifica y amplia simbolos cristianos del tormento

página 108

resumen y afirmación tesis

Como se puede ver tanto en Lumpérica, y como en Anteparaíso existe una propuesta estética y ética que se enfrenta a la impuesta por la hegemonía militar. Pues la dictadura resignificó la realidad, el lenguaje sufrió un quiebre, significante y significado ya no se remitían, como el ejemplo de la palabra “patria”, que estaba cargada de ideología. El toque de queda y la ocupación de los militares en el espacio público provocó el vaciamiento de la ciudad, mientras que el uso de los Medios de Comunicación Masivos como canales de manipulación transgredió el espacio privado, de esta forma las fronteras de lo público y lo privado se desfiguraron. La pérdida de la identidad colectiva surge como consecuencia de la resimbolización del espacio público que realiza el Golpe, el cual pretende unificar al país en una misma ideología y en un mismo lenguaje, por lo cual, se quiebra con la libertad de pensamiento y expresión y se rompe con la historia previa a la represión. Además se debe considerar, como expresa Eltit en Las