El estado de naturaleza de Hobbes en Macbeth de Shakespeare.
Enviado por tolero • 12 de Marzo de 2018 • 1.991 Palabras (8 Páginas) • 525 Visitas
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Anticipándose a la descripción del tiempo como perpetuo mal tiempo que hace Hobbes, Shakespeare utiliza la oscuridad para caracterizar el tiempo físico y el espacio en Macbeth. Como la oscura violencia en el estado de naturaleza, la oscuridad que pervierte a Macbeth emana de la oscuridad y el terror de sus deseos e imaginación, como dice el protagonista, “que la luz no vea mis negros y profundos deseos” (I. iv. 52). Luego de la muerte de Duncan, Ross dice: “Ya ha amanecido, pero todavía la noche se resiste a abandonar su dominio. Quizá se avergüenza el día, y no se atreve a derramar su pura lumbre” (II, v, 60).
La violencia que asesina a Duncan genera una oscuridad en toda la tierra que define la naturaleza del tiempo físico. En la obra siempre está oscuro. Aun cuando debiera ser de día, es de noche. Cuando la obra se acerca a su violento final, Macbeth, reflexionando acerca de su vida y anticipándose a su muerte grita: “Extínguete, extínguete, fugaz antorcha”. (V. v. 23)
La antorcha también representa la fragilidad y la brevedad del tiempo en el estado de naturaleza de Hobbes y en la obra de Shakespeare. En su descripción de la vida en estado de naturaleza Hobbes asegura que el tiempo de vida es breve. Casualmente, de todas las obras de Shakespeare, Macbeth es la más breve y la más veloz, temporalmente hablando. Como la vida en estado de naturaleza, el movimiento de la tragedia es rápido y la obra en sí misma es breve debido a la omnipresente violencia. La obra comienza violentamente y termina violentamente. Macbeth, como los individuos en estado de naturaleza, está intensamente envuelto en cada momento porque su supervivencia está en riesgo. El tiempo en el estado de naturaleza está comprimido, un momento sucede rápidamente al otro.
La obra termina cuando Malcolm y Macduff reúnen un ejército y marchan en el Bosque de Birnan. En un desenlace veloz, Macbeth es asesinado. La muerte de Macbeth y la famosa frase acerca del tiempo que simboliza el evento, ilumina la más importante consideración acerca del tiempo en el estado de naturaleza y en la obra. Luego de que Macbeth muere, Macduff dice que “el tiempo está liberado”. En la superficie, esa frase señala que el período de desorden, caos e injusticia se ha terminado. Anuncia que el tiempo, el mundo y todos los individuos que lo habitan, todos mal influenciados por la inmoralidad de Macbeth, son libres. Durante el período de violencia, Van Doren señala que “el tiempo está disuelto e inoperante” (Van Doren 123). La declaración “el tiempo está liberado” anuncia el retorno de la paz y la justicia al reino natural y político. Implica que ha aparecido un orden moral que gobierna a los hombres y direcciona sus políticas.
Contrariamente a la lectura de Van Doren, Dungey sugiere que la muerte de Macbeth no garantiza el orden moral. Visto desde la perspectiva de Hobbes, la frase “El tiempo se ha liberado” toma otro significado. Por eso, Dungey hace una distinción entre el tiempo libre y el tiempo político porque Hobbes asegura que “durante el tiempo que el hombre vive sin un poder común que lo una, está en una condición llamada guerra y en esa guerra siempre se da el enfrentamiento hombre versus hombre… todo el otro tiempo es paz” (Lev., xiii, 8)
Entonces, decir que el tiempo está liberado significa que los individuos están radicalmente libres de desear y adquirir lo que desean. En ausencia de una resolución política de la obra, el tiempo está libre en el mismo sentido que en el principio de la obra. Decir que el tiempo está liberado es fácil de decir luego de presenciar el horror del estado de naturaleza. Matar a Macbeth significa matar a un competidor; no resuelven la crisis política. Sólo una solución política creará el tiempo en el que los individuos serán libres de perseguir sus propios deseos. Como Hobbes señala, cuando hay un poder para garantizar la paz, el tiempo realmente está liberado. (Dungey 18)
La solitaria naturaleza de nuestras vidas
Hobbes asegura que anterior a la creación de la comunidad política, la vida en el estado de naturaleza se caracteriza por ser socialmente cruda y brutalmente solitaria. Así es como encontramos a los personajes en la obra de Shakespeare. Hay pocos personajes, sus roles están circunscritos a una determinada actividad, y las perspectivas que determinan sus acciones son altamente subjetivas e inestables.
El absoluto centralismo de Macbeth, la falta de profundidad y de desarrollo de la individualidad encontrado en los otros personajes y el total solipsismo que define las acciones y pensamientos de Macbeth son las que encontramos en el estado de naturaleza de Hobbes. Por eso, no es accidental que las lealtades de Macbeth sean tan fácil y rápidamente disueltas. En la ausencia de un orden moral e intoxicado por su inventada gloria, Macbeth únicamente persigue su deseo de “poder por poder”, que como Hobbes señala, es un deseo que “termina únicamente en la muerte” (Lev., xi, 2).
Macbeth encarna la descripción del hombre en estado de naturaleza. En esa condición, dice Hobbes, “no hay lugar para la industria… y consecuentemente, no existe cultura de la tierra, no hay navegación… no hay aprovechamiento del mar, no hay cómodos edificios… no hay tiempo, no hay arte, ni letras ni sociedad” (Lev., xiii, 9)
Esa descripción de la vida en estado de naturaleza no es más que el aviso de Hobbes para ordenar nuestros deseos y mantener nuestras promesas.
Mientras el depuesto rey llega a su violento final, reflexiona sobre el sentido de la vida: “Es una historia contada por un idiota, llena de sonido y furia, que significan nada” (V.v 27-8). A lo que Hobbes agregaría, que la vida de Macbeth y los otros es realmente “solitaria, pobre, bruta y corta” (Lev., xiii, 9).
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