Breve análisis de la obra “ÉTICA A NICÓMACO” de Aristóteles

...

A todo lo anteriormente tratado Aristóteles señala que unido a la felicidad y a la virtud se encuentra el placer, el cual es parte de nuestra naturaleza y que explica que los educadores la utilizan para junto con el dolor, dirigir a la infancia. Según este autor todos aspiramos al placer porque todos deseamos vivir, y además, si la vida es actividad, y uno hace lo que más ama, entonces el placer perfecciona la actividad, y por lo tanto a la vida, es entonces que todos lo deseen. Un ejemplo sería la actividad de un artista, que ama lo que hace y vive de ello; o el ejercicio de una profesión elegida por vocación, en la cual uno se prepara todos los días con el afán de hacerla más enriquecedora y así mostrarla al mundo.

En cuanto al alma Aristóteles señala que consta de una parte racional y otra irracional; pero como nos involucra la parte racional nos detendremos en ella. La misma está compuesta por una parte científica y la otra deliberativa. En la zona científica las realidades son de una manera y no de otra, en tanto que en la zona deliberativa las realidades pueden ser de una manera o de otra, es decir es una zona contingente, en donde se persigue la consecución de la verdad, en tanto que la parte científica persigue la verdad intelectual.

Continuando con lo anterior, mientras que la parte científica persigue las virtudes intelectuales, la zona racional deliberativa del alma, persigue el deseo racionalmente recto, las virtudes, el arte lo que constituye productividad, y por el otro, la prudencia referida a la actuación, lo que es bueno para el sujeto.

Con respecto a la prudencia, Aristóteles la considera un bien como virtud ética; la misma necesita de la virtud del entendimiento, tal que aquel que es prudente es porque entiende, por lo tanto a la prudencia es necesaria tenerla en cuenta. Lo que diferencia a la prudencia del entendimiento, es que éste último necesita de principios que no requieren demostración.

En lo que atañe a la sabiduría, Aristóteles señala que la sabiduría común es la más perfecta ciencia.

Con respecto a las virtudes que se encuentran en el alma, esto tiene que ver más con las virtudes morales e intelectuales. Las virtudes morales carecen de razón, mientras que las virtudes intelectuales reposan en el entendimiento. Ambas, tanto virtudes morales como las intelectuales constituyen las funciones del alma.

Dentro de las funciones del alma, el entendimiento contiene facultades con principios que son así, es decir, se demuestran científicamente, y facultades contingentes dadas por las opiniones.

El accionar del hombre está dado por el intelecto más el apetito, ambos sirven para alcanzar la verdad y obrar correctamente, para esto, es necesario contar con los sentidos del entendimiento, en donde conocemos sobre la base de la verdad, y la parte del apetito o del deseo, el cual es la base de toda acción buena o mala.

Así pues, las bases de las virtudes que están en el entendimiento y el apetito, se ha de actuar siguiendo estos caminos para que exista la razón.

REFLEXIÓN

Aristóteles fue un filósofo que vivió trescientos años antes del presente, lo que constituye un enorme mérito por su parte el trascender tantos siglos con su pensamiento a través de la historia. De lo expuesto fácilmente se podría aplicar actualmente, donde existe un escenario con personajes que no dejan de ser y de sentir como seres humanos que son, como hombres, como esclavos de sus deseos, de sus placeres.

¿Qué es ético para mí o para el resto del mundo? Lo que es moral o ético para uno no lo es para otro, por más que la cultura apremie. El bien particular no debe prevalecer por sobre el bien común, pero todos sabemos que muchas veces esto no es así. Muchas de las ambiciones personales se enmascaran tras un falso altruismo. Tras un falso profeta existe el más vil de los animales: el hombre.

“La ética a Nicómaco” sería para mí una falacia que se podría traducir en nuestras mentes como un ideal a lograr, un objetivo al que aspirar, una esperanza de supervivencia en un mundo a punto de colapsar. Porque el hombre es hombre, aunque pasen los siglos continúa adoleciendo de avaricia, de egoísmo, de algunas ambiciones que muchas veces no las comparte. A expensas de la solidaridad se reúne en manadas solo para conservarse a sí mismo, con la peculiaridad, de que su torpe y minúsculo razonamiento lo envuelven en una nube tal, que no deja que vislumbre la salvación más allá de su agónica supervivencia. Porque generalmente la felicidad de los demás no es el mío propio.

“La ética a Nicómaco” que son sino palabras muertas, porque la felicidad es alcanzada por unos pocos, porque muchos pasan la vida buscándola, cuando al final de sus tiempos se dan cuenta que estuvo siempre a su lado, en una flor, en una mascota, en un compañero, en sus aciertos, en los pequeños logros, hasta muchos creen que ni virtud ni alma poseen. Pero, personalmente, en realidad el bien último al que aspiro, es a vivir sin dolor. ¿Acaso vivir sin dolor es vivir en estado de felicidad?

WEBGRAFÍA

“Ética de Aristóteles”.pdf recuperado de www.lasangredelleonverde.com

“La ética a Nicómaco” recuperado de www.webdianoia.com